PRESTITANGO: ENSAYOS - El Libro de la Realidad

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(guillermo@prestitango.com)

I) La Era del Fracaso

Si hiciéramos un resumen valorativo de la historia humana, desde el comienzo de la civilización, pasaríamos una gran vergüenza. Salvo en lo científico y tecnológico, hay demasiados fracasos y todos totales. Nada que rescatar.
La Democracia ha fracasado. En su momento fue importante. El auténtico gobierno del pueblo. El hombre y su codicia la han envilecido. Ahora es una forma de opresión.
El Cristianismo ha fracasado. En su momento fue importante, podíamos amarnos los unos a los otros y los camellos no pasaban por el ojo de una aguja. El hombre y su codicia lo han envilecido. Ahora es una forma de opresión. Las agujas son sorprendentemente grandes. (Marcos,10,17-27 - Antes pasará un camello por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de Dios).
Dios ha fracasado. Sentado a la mesa del poder se ha vuelto un mercenario. Pero, la creación del hombre ha quedado demostrada. Realmente somos... a su imagen y semejanza. Génesis (1:26).
El Capitalismo ha fracasado, la riqueza generada por el trabajo humano beneficia a una minoría, usurpadora del poder. No se ha envilecido. Siempre fue una forma de opresión.
No somos comunistas ni predicamos una inútil igualdad. Los hombres no son iguales. ¡Qué sigan los ricos y que sigan los pobres! Pero hay ricos demasiado ricos y pobres demasiado pobres. Los excesos no son buenos. Atentan contra la libertad. Son los que irritan y provocan las revueltas. En la Naturaleza nadie llega a ese extremo, es reemplazado antes.
El Comunismo ha fracasado, en su momento fue revolucionario, anunciaba la llegada del bienestar social. Tampoco se ha envilecido. Siempre fue una forma de opresión.
Los Parches Civilizadores, las ideas redentoras que se aplicaron siglo tras siglo, han fracasado una tras otra. La codicia humana transforma todo en otra cosa. Quienes combatían con fervor el vicioso estado de las cosas terminaron envilecidos y unidos a los vicios que combatían. Los rebeldes oprimidos pasan a ser opresores.
Salvo el sentimiento religioso, el instinto de la conducta, perteneciente a la Naturaleza y el capitalismo, la misma forma de gobierno de la Naturaleza, el resto son diseños humanos. A través de la historia fueron puestos, sin ton ni son, unos sobre otros, a modo de parches remendones... Todos han fracasado.
Parece que la libertad del hombre no le agrada a nadie, incluso a quienes la pregonan. Claro, el predicador de la libertad y los derechos humanos..., en realidad quiere someter.
La siniestra organización del poder humano es tan poderosa como inamovible. Cualquiera sea la forma de gobierno, sigue incólume a través de los siglos... y de los parches.
Como animales que somos de la Naturaleza, podemos definir el siguiente esquema como una selecta flor y nata de machos dominantes. Una élite —aristocrática o democrática—, que ostenta más poder y riquezas de lo que puede disfrutar. Una población sumisa y obediente que se conforma con los mendrugos restantes de la riqueza... y una gran cantidad de pobres que vive de la riqueza negativa, llamada comúnmente caridad.
El factor común de los fracasos es la presencia humana en las instituciones. Una especie cuyos miembros entran en conflicto a la vista del dinero y el poder. No se los puede dejar juntos. No hay leyes capaces de controlarlos. Tampoco podemos diseñar más parches.
Hay que retroceder y buscar un punto de restauración del sistema humano. Comenzar del cero o desde el momento en que preferimos seguir siendo animales de la Naturaleza.
Frente a la cruda realidad, el salvajismo prevalece sobre todas las leyes. La fuerza define. Se compite por el poder, el alimento y la reproducción, tal cual sucede en la Naturaleza. No somos diferentes. Hacemos lo mismo. Nuestra civilización trascurre en un escenario.
Los animales salvajes son irracionales, pero no tontos. Comprenden la realidad de la Naturaleza y la aceptan sin remilgos. Los humanos, si bien sabemos de esa misma realidad, tejemos a su alrededor un entramado de fantasías, mitos, creencias, leyes, edificios, fusiles y aviones. Lo llamamos civilización. Decimos que somos inteligentes y estamos en primer lugar en la escala biológica, pero nadie lo ha confirmado. Solamente lo decimos nosotros.
La civilización es, fundamentalmente, lo que aprendemos en la escuela. Una democracia que no existe, una justicia que no es tal, una honradez que solo se ve en el cine, un sistema económico que parece equitativo y no lo es, un Dios creador de todas las cosas que no existe en ninguna parte del Cosmos infinito, ni éste ni otro... Es el Dios de nada, ni siquiera lo es de sí mismo. Sin el hombre, sencillamente desparece.
La realidad de la Naturaleza continúa tal cual detrás de este entramado de fantasías. Todos lo ven, pero pocos lo aceptan. El hombre se inclina por lo fatuo, las palabras demagógicas y las soluciones mágicas..., prefiere tropezar otra vez con la misma piedra. Claro, pintada de otro color o disfrazada de hada milagrosa. Vive en una mansión de sueños, un gran escenario teatral..., un gigantesco y fantasioso teatro donde se desarrolla la historia: La Matrix o el Teatro de la Vida. No está en la Naturaleza. Es una creación humana. Específicamente de los grupos que gobiernan a la raza humana.
El hombre vulgar es inocente. Ha sido engañado y embrutecido durante siglos, desde Salomón hasta Hitler. Políticos y religiosos queman libros en las plazas públicas. La inteligencia humana es natural . La ignorancia no es natural, es adquirida..., un bien cultural. Los medios de comunicación lo han educado para que, en el trascurso de su vida realice solamente dos acciones: consumir y asentir. La democracia le dio importancia y agregó una más: votar.
Somos actores de nosotros mismos. Representamos la vida de la especie humana e incluimos, sin saberlo, nuestra propia vida individual. Unos mueren y otros los reemplazan. La obra es nuestra existencia. Pero el guión no es la realidad, pertenece a una obra de ficción. To-davía continúa en escena. Ha batido todos los récords de permanencia en cartel. Los actores siguen el guión que aprendieron en la escuela, pero la obra sigue la realidad de la Naturaleza.
Quizás alguien, dentro de unos años, diga lo mismo que este libro y todos sabrán que América existe. Esta es una buena oportunidad para adelantarse. Este libro no modifica las cosas, varias veces modificadas, sino que muestra la realidad atávica, que permanece escondida debajo de nuestra fachada de civilización. No sé si será bueno leerlo. La realidad asusta.
Los fracasos de la historia han sido demasiados para seguir ignorándolos. La Revolución Industrial ha fracasado, la oferta supera a la demanda y la Tierra está repleta de basura. La Democracia ha fracasado, las corporaciones son quienes realmente gobiernan. Los Políticos han fracasado, de una manera u otra, son todos corruptos. La Economía ha fracasado, los bienes tienen precio pero no valen nada, son basura y causan crisis económicas. Ninguna Religión logró sus objetivos y aún pretenden justificar su fracaso culpando al demonio. La Caridad ha fracasado, hay más pobres que nunca. Y Dios, por otra parte..., ya no convence a nadie.
Los años de prueba no han sido pocos. Fueron cientos, miles de años en pos de diferentes ideales. No se ha cumplido ninguno. No se han evitado las guerras ni la pobreza ni la discordia. Los únicos adelantos han sido científicos. Ningún pecado fue borrado del mapa... como el virus de la viruela. Lejos de mejorar, hemos empeorado. Se nos ha dado ahora por destruir nuestro planeta. El único cuerpo vivo del Universo... hasta ahora.
Aquellos valores en que la sociedad humana cree y por los cuales define su conducta, no es la realidad, sino un gigantesco acuerdo, un fraude forjado a través de los siglos por los propios humanos. Pactos sigilosos, no escritos ni firmados, que permiten el surgimiento de grupos de poder. Una estructura entrelazada y enmarañada en la que todos aspiran a lo mismo: riquezas y salvajismo.
Llamaremos La Matrix a ese entramado de engaños en que se asienta la cúpula gobernante. A esa silenciosa entente entre el dinero, el poder político y religioso para esquilmar a la gente aprovechando su mansedumbre, su falta de memoria y su facilidad para resignarse a ser oprimida. A ese conjunto de decorados e ilusiones montados sobre la realidad y que forman el escenario donde se desarrolla la vida diaria. A esa reiterada profusión de promesas de bienestar jamás cumplidas, que aún siguen pregonando los políticos.A ese canibalismo disimulado,que llamamos capitalismo, formado por las corporaciones y sus amigos del poder. A esa repugnante comodidad de los políticos tumbados en las reposeras de algún crucero disfrutando prebendas pagadas por grupos empresarios. A esos viles beneficios previsionales que se votan a sí mismos con el dinero del pueblo. A ese cúmulo de fantasías con que los medios de comunicación —miembros preferidos— estimulan y conservan la ignorancia de las masas humanas. Son los emisarios de la Anti-Educación. Atosigan al público con engaños y premios ilusorios a seguir solamente tres conductas: asentir, consumir y votar.
Recuerdan a los conquistadores españoles que llevaban espejos, vidrios de colores y chucherías para obsequiar a los indígenas del nuevo mundo a cambio de toneladas de oro. ¡Cuán audaces y valientes nos parecían...!
El lema es: ¡Embrutécete...! consume y vótanos. Haz como el caballo que pace sumiso y no levanta la cabeza.
La riqueza de una nación es el fruto del trabajo de sus habitantes. El pacto siniestro de los miembros de La Matrix les permite apropiarse de la mayor parte. Claro, no de toda, dejan algunas migajas para quienes la han producido. Visto esto, podemos definir la versión actual de la palabra gobernar como el arte de apropiarse del trabajo del pueblo. Antiguamente se hacía sin muchos miramientos. Hoy en día se utilizan métodos civilizados: la democracia demagógica, el capitalismo salvaje institucionalizado, los bancos, entidades financieras y religiosas.... En fin lo que vemos a diario si hacemos un alto en el camino y nos quitamos la venda de los ojos.
La Matrix divide a los hombres en tres grupos: los gobernantes, los gobernados y los independientes. Unos gobiernan a otros con el consentimiento de éstos. No tiene nada de malo, salvo que la expresión gobernar se ha transformado en engañar, oprimir, despojar, robar, avasallar y sojuzgar.
Los independientes son personajes aislados, extravagantes y a veces grotescos. Tienen la costumbre de pensar. Eso no los hace peligrosos. Pero algunos ilustran al pueblo con sus pensamientos. En La Matrix están alertas para estos casos. En la primera oportunidad —tratándose de seres humanos, no demora mucho— realizan alguna acción, generalmente un asesinato, para que todo quede como estaba.
La gente ingresa al decorado de La Matrix a una edad muy temprana. Vive un fantástico espectáculo durante varios años. Cree que así es la realidad. El escenario está profusamente adornado, es muy fácil confundirse. Allí suceden las contiendas y la historia con mucha solemnidad. Somos tan buenos actores que estamos convencidos de escribir la historia cuando, en realidad, nos la están dictando.
Todos luchan por su bandera y mueren por sus dioses convencidos de su importancia. Creemos vivir la realidad, pero se trata de un ensayo. Una obra de teatro. Un reality show.
Nunca es tarde para verla, pero si para reaccionar. Nuestra vida ha sido utilizada y ya hemos pasado el límite. Solo un humano por vez. Hemos dejamos nuestra sangre para regodeo de La Matrix: bancos, tabacaleras, políticos, religiosos y medios de comunicación. Nada es como nos han enseñado. Nuestra vida ha trascurrido representando una obra ajena.
Fuera del escenario, en el patio trasero de La Matrix, que nadie quiere ver, la realidad está presente. Es muy rapaz y sanguinaria. Se nutre de los actores, los va devorando uno a uno. Allí es Naturaleza pura, los seres humanos aúllan a la luz de la luna como en sus mejores épocas. No hay bien ni mal..., pero el que falta más habitualmente es el bien.
Si Dios, con sólo fijarse en algún mono que pasaba por allí, creó al hombre a la bartola, sin ton ni son... ¿Qué podemos esperar nosotros?

II) La Historia. La Matrix. El Poder

Los países que usan armas de gran poder destructivo y asumen la paternidad de la raza humana, son los más desesperados. La angustia los domina. Su barbarie queda oculta por la sombra que arroja la bandera de los derechos humanos. Miran con recelo las armas ajenas, atentos a cualquier excusa que justifique una intervención. No vacilan en defenestrar cualquier bandera de justicia o legalidad. Eso sí, son muy educados. Piden las cosas por favor mientras se abren la chaqueta para mostrar la pistola.s países que usan armas de gran poder destructivo y asumen la paternidad de la raza humana, son los más desesperados. La angustia los domina. Su barbarie queda oculta por la sombra que arroja la bandera de los derechos humanos. Miran con recelo las armas ajenas, atentos a cualquier excusa que justifique una intervención. No vacilan en defenestrar cualquier bandera de justicia o legalidad. Eso sí, son muy educados. Piden las cosas por favor mientras se abren la chaqueta para mostrar la pistola.
La realidad es que necesitan matar a toda costa para defenderse de sus propios miedos. Ven enemigos por todas partes. Crecen sobre los cuerpos de sus víctimas hasta que ellos mismos son víctimas de otros que los devoran. El Imperio Norteamericano se parece al antiguo Imperio Romano. Usan la misma águila guerrera. En la historia, ningún imperio ha sido eterno.
Algunas ideas intentaron cambiar el mundo y lo lograron brevemente. Luego, las cosas siguieron tal cual. Las nuevas ideas fueron incorporadas a La Matrix de siempre. El sistema no ha variado. Los que combatieron bajo una bandera... o una cruz, idealistas o mercenarios; líderes que clamaban justicia; conquistadores que diezmaron poblaciones indígenas, todos, absolutamente todos, terminaron sirviendo a los codiciosos intereses políticos dominantes. Claro, si pensamos que en la Naturaleza, el que no mata es muerto, la conducta de los políticos, aunque sea irracional, es... naturalmente salvaje.
Para lograr una sociedad realmente civilizada debemos salir de la Naturaleza. Abandonarla. Dejar de someternos a sus leyes. Dejar de ser animales y ser una nueva especie. No sigamos modificando una Naturaleza que nunca terminó de aceptarnos. Diseñemos una para uso exclusivo humano. A los individuos póstumos, que están delante del futuro... acostumbran dispararles desde las sombras o crucificarlos. Primero los matan y luego los mitifican. Jesucristo o el Che Guevara vivos, eran enemigos. Muertos fueron exitosos mitos al servicio de La Matrix.
Jesucristo, uno de esos individuos independientes que movilizan multitudes, se dedicó a contrariar al poder establecido. El establishment de entonces decidió matarlo. Un enemigo muerto comienza a ser un mito. ¿Por qué no servirse de él? La Matrix siempre mata, sabe que la muerte invierte los papeles. Necesitan héroes muertos. Si hubieran dejado morir de viejo a Jesucristo —y a tantos otros—, nuestra historia sería muy distinta. La llama del cristianismo se extendió por el mundo sin que ello modificara nada. Algunos muertos ayudaban a propagarla. La Matrix olfateó de qué lado venía el viento y se adaptó a las nuevas ideas. La leyenda de la cruz se convirtió en historia y La Matrix fue cristiana. Todo siguió igual (o peor). El poder político, que se instauró en el mundo después de Jesucristo, era el mismo que estaba antes con otros nombres y costumbres. La ignorancia de la población fue mayor. Cambiaron de dioses, es cierto, pero ¿a quién le importa eso? En las mesas del poder siempre hay sillones libres para dioses influyentes. El cristianismo fue poderoso a partir de su ingreso en La Matrix.
Faraones, romanos o norteamericanos, cristianos o comunistas... con la cruz, el águila o la hoz y el martillo, el poder es el mismo. No hay diferencia. Eso sí, dejaron una multitud de muertos fertilizando la tierra. Es lo que exige La Matrix para la cuota de ingreso.
Alrededor de la codicia se forman los grupos de poder que se asientan en un país —cualquiera sea el resultado electoral— para conservar sus privilegios y enriquecerse del trabajo ajeno. Codicia de gobiernos y de naciones. El pueblo vota a sus verdugos, pero no lo hace por ignorancia. Ha sido entrenado para eso. Unos engañan y otros quieren ser engañados. El complejo sistema del poder humano sigue igual. La misma trama, el mismo acuerdo, diferentes modas... The establishment no ha cambiado....The establishment o establishment es un término inglés usado para referirse al grupo dominante visible o élite que detenta el poder o la autoridad en una nación. Sugiere un cerrado grupo social que selecciona a sus propios miembros sin tener en cuenta las opiniones de la mayoría. Incluye a los dirigentes políticos, los altos funcionarios públicos, los financieros y los industriales más importantes. Fue acuñado por el periodista británico Henry Fairlie, que en en la revista londinense The Spectator definió a la red de personas prominentes y bien conectadas como The establishment: No solo quiero definir los centros oficiales de poder —aunque ciertamente son parte de ello—, sino a toda la matriz de relaciones oficiales y sociales dentro de la cual se ejerce el poder. El ejercicio del poder no puede entenderse a menos que se reconozca que se ejerce socialmente...
Sepamos ser individuos independientes, soportar nuestra propia angustia y no ser víctimas de la ajena. Toda inmolación, religiosa o política, es inútil. Sirve para un período de la historia y es utilizada por el mismo poder de siempre. El pueblo debe cumplir con las tablas de la ley. De las trasgresiones se encargan los poderosos.
La astucia de la mente humana es digna de admiración. Cargaron a los hombres con culpas de pecados jamás cometidos y, como si eso no bastara, introdujeron luego la idea de salvarlos de los inexistentes pecados. Las grandes masas cristianas se convencieron de ser culpables. Debían resignarse a un destino adverso, desperdiciar esta vida y esperar la otra, la que supuestamente vendrá luego del perdón. Hay que reconocer que eso del perdón de los pecados ha sido genial. La esclavitud de la mente es mucho más poderosa que la del cuerpo.
El cristianismo parece haber sido un cambio profundo en la sociedad. En realidad, salvo el calendario, no cambió nada. Adoptó las conductas de sus antecesores. El poder después de Cristo fue el mismo de siempre, hasta se asentó en la misma Roma. La Matrix sigue tal cual aunque hayan cambiado los dioses. Antes eran romanos y ahora son norteamericanos. Antes eran lanzas y ahora son misiles.
Una auténtica civilización humana avanza lenta y sigilosamente a escondidas, procurando no aportar más salvajismo.
Otros leones y otros emperadores mataban a unos en reemplazo de otros. Los salvadores han muerto por nada. Reyes o presidentes, emperadores o papas, todo sigue igual, unos gobiernan y obtienen las mejores presas. En la cruz, la guillotina o la cama, ninguna muerte significó un cambio duradero. Tantos murieron por el comunismo, que al final, el propio comunismo devolvió favores y se murió también. Ninguno de los que estaban en Hiroshima —en la parte de abajo— pensaron que los coches japoneses serían un buen producto en el mercado norteamericano. Los muertos de la historia se convirtieron en adornos de la escenografía.
Las bombas sobre Guernica fueron muy cuestionadas por su crueldad. En Hiroshima y Nagasaki nadie pintó un cuadro. Estaban todos muertos.
Sustituyamos al Homo Sapiens por el Hombre Desesperado. Nos hallaremos más cerca de la realidad y, aún difuminada, podremos comenzar a verla.

III) La Angustia.

El Núcleo Oculto de la Vida

La vida no habrá surgido de un día para otro. Al principio serían partículas, que de alguna manera hicieron algo, un movimiento. Una décima de milímetro ya era una conducta.
En algún momento perfeccionaron esa conducta y fueron criaturas. La cuestión de las conductas habrá sido muy complicada. La vida se encontró con las conductas. La estaban esperando en el núcleo oculto de la Naturaleza. Un salvaje sistema operativo, que contiene las instrucciones, las conductas fundamentales, la estrategia para existir, la incertidumbre y la angustia.Cuando despierta la conciencia, el núcleo se convierte en instinto... Sabe quién es y qué hacer. La vida, en sí misma, no significa mucho, la cosa es conservarla, reproducirse. Hace falta una conducta organizada. Un eficiente sistema operativo.
Después del Big Bang, nada existe que no tenga una conducta. La propia explosión lo fue. El nacimiento de la Naturaleza. Antes del Big Bang no había conductas, tampoco Naturaleza. Existir implica adquirir una conducta. Piedra, estrella, cometa o célula. Sin conducta no existimos. En el Universo todo el mundo se conduce de una u otra manera. Hacen algo. Unos ejercen una intensa fuerza gravitatoria, algunos arden desmesu-radamente, otros giran y dan vueltas sin detenerse nunca y..., en un solitario planeta, algunos comenzaron a respirar.

En el momento del nacimiento suceden cosas misteriosas. Se unifican las conductas. Vivir o no vivir. La cuestión es esa. No parece que haya contienda, pero el retorno es imposible. El no retorno es clave en eso de existir. Para nacer hay que destruir un huevo o abrir una vagina, según dicen. No se nace sin romper un mundo y acceder a otro. No hay libertad. Nadie puede volver al huevo que ha roto, juntar todos los pedacitos y meterse dentro. Todo explota, los big bang se suceden, uno tras otro. El esperma explota en una erupción de furia asediando al útero. Las células comienzan a desplegarse. Saben qué hacer: construir un nuevo ser. ¿Cómo? Arrebatándoselo a la Nada, célula a célula. El embrión explota y nace. El universo también. No hay transición concertada. Una lucha es nacer y otra es no nacer. Nada sucede de manera pacífica. El Cosmos no está quieto. Es la conducta de la existencia.

En muchas mitologías, incluyendo la cristiana, la creación del mundo no fue pacífica. Los dioses se disputaban el poder arrojándose planetas y estrellas como si fueran platos de cocina. Los Titanes, Lucifer & Cía. Huitzilopochtli, Quetzalcóatl. Las conductas de los dioses no difieren de la humana. En la guerra de la existencia suceden grandes cataclismos y las criaturas de la Tierra conviven en estado de beligerancia permanente.

Existir es tener tanto miedo..., que lo recordaremos toda la vida. Es como atravesar un tambaleante puente de lianas sobre un precipicio. Se desea tanto cruzar como caerse y regresar al útero..., al huevo roto. Pero nadie nos espera de regreso, las puertas están cerradas. De pronto, en medio de tanta desolación, se abre una ventana y vemos que los rayos del sol nos indican el camino de retorno. No es muy difícil..., sólo tenemos que vivir. Cumplimos el ciclo de la vida y estaremos otra vez donde comenzamos. Como los salmones. Parecería que vivir no es tan importante como regresar. Siempre es un ciclo.
Una vida comienza. Una por vez, única e irrepetible. El tiempo arranca y todo se complica. Hay nuevas conductas. Respirar, alimentarse y sufrir. Estamos vivos. Comienza la angustia. Las criaturas son pequeñas por una razón muy sabia. Nacer adultos sería tan desgarrador que no podrían sobrevivir.
El parto ha sido una acción belicosa. Los contendientes se observan. Uno llora, la otra nutre al vencedor. Un ciclo comienza. Todo lo que suceda ahora serán batallas.
La conmovedora sonrisa de la madre incluye un siniestro impulso destructivo, pero alimenta lo que ha gestado. La historia continúa. Así es nuestra Naturaleza. Vivir y morir es lo mismo, solo cambia el sentido del tráfico.

Culturalmente, algunos embriones no son deseados y, desde la oscuridad del núcleo, se envía un mandato de inmolación... La madre no quiere parir y la criatura no elige la vida. El hijo depende de quién lo concibe. Algunas madres abandonan a sus crías para que otros se ocupen de ellas.

Nuestra cultura las acusa de crueldad, pero en realidad están salvando la vida del quien debía desaparecer. Antiguos y oscuros mitos eligen destinos truculentos para algunas criaturas. Alguien suelta el rumor que el recién nacido hará una gran maldad. El problema se podría resolver en el acto, pero nadie se atreve. Son abandonados en bosques o ríos. Alguno se escabulle de ser devorado. Finalmente se cumple la profecía. Es lo que querían desde el principio.

En la oscuridad del núcleo se esconden conductas atávicas, fuera del tiempo. La célula sabe ahora que morirá en algún momento. El tiempo y la vida se consumen mutuamente. La diferencia entre existir y la Nada es la conducta. Cuesta imaginar una Nada sin tiempo ni conductas. La angustia es lo único que tendría presencia real en tales condiciones y debería haber sido insoportable. Cualquiera hubiera explotado.

Quizás el envejecimiento y la propia muerte no sean más que una conducta predeterminada de las células de un organismo. O un mandato recibido de la Nada. Quizás, si creáramos una Naturaleza exclusivamente humana, podríamos diseñar conductas que nos llevarían a vivir un tiempo predeterminado y elijamos el momento del descanso. Un instante de alegría. Cuanto más desgarradora es la angustia de la Nada, mayor es el impulso de ir hacia ella. Después de todo el cuerpo muere y se recicla, pero el individuo desaparece por completo, como si jamás hubiera existido.

La materia viva es siempre la misma. Las células de los cuerpos muertos se descomponen en otras células y vuelven a formar otros cuerpos. En este ciclo hay cambios y mutaciones, pero la cantidad de materia viva se mantiene. Ahora o cuando empezó a ser petróleo. Antes había muchos dinosaurios, más de los que el planeta podía sostener y ahora hay demasiados humanos, más de los que el planeta podrá alimentar. La materia viva está en equilibrio con la fertilidad de la Tierra. Las madres conciben cachorros en proporción a su capacidad para alimentarlos. La Tierra también. Las tetas disponibles deciden quien nace y quien se queda.

En la penumbra del útero se va organizando la vida desde la primera célula. ¿Cómo se sabe cuál es la última? A medida que la construcción avanza, se puede ver de qué se trata, un ratón, un león o un humano. La angustia se va instalando. El conjunto de células recela de la recién llegada que pretende unirse al grupo. Hay merodeadores por todas partes. Se van tomando distancias para no comprometer la seguridad. Todo el mundo crea espacios. Hay que conservar una distancia mínima para evitar conflictos. Células, partículas, planetas o galaxias. La incertidumbre es el núcleo más primitivo de un ser, que existe en medio de proba-bilidades antagónicas y en la más absoluta soledad.

Estamos formados por distintos ingredientes como una receta de cocina. Partes de cadáveres, de cosas vivas, bichos, genes, proteínas, cada uno con su incertidumbre..., como Frankestein. La conciencia de estar vivo no viene sola. Estamos unidos a los cuerpos que nos precedieron y no somos la suma de sus partes. La Naturaleza parece inofensiva..., pero hay que ver el patio trasero. El propio Frankestein no pudo vivir en paz porque estaba vivo. No se puede concebir un ser que no sufra o carezca del sentido religioso de las conductas. Todo es Naturaleza. Siempre se sufre. El Pato Donald también. Vivir es un acto solapado y solitario.

Imaginen un mundo lleno de criaturas aisladas que no se conocen ni saben que son, ni con quién aparearse, ni si deben alimentarse. No tienen sistema operativo o el que tienen no funciona. Ni siquiera saben de la muerte. La desesperación sería de tal magnitud que podría suceder una implosión y la vida simplemente dejaría de ser vida... y nadie moriría. Un humano o una hormiga necesitarán ser parte de una especie. Quizás los dinosaurios se extinguieron porque perdieron el sentido religioso de sus conductas, el ADN, su sistema operativo, dejó de funcionar, perdieron la conciencia de sí mismos y se hicieron petróleo. Sin ADN la vida es petróleo, minerales, piedras. Saber quién es y qué se debe hacer es la parte más importante. Eso es el instinto religioso, la conducta organizada de cada especie.

El humano primitivo, en su afán de imponerse a los demás, agregó una innecesaria liturgia para ingresar a la fiesta de la Naturaleza. Comenzaron a intervenir los dioses y demonios. Con el tiempo todo se fue perfeccionando. Los hombres se pusieron de rodillas y los dioses se irguieron por encima de ellos.

Las partículas desconfían y se distancian. La materia se expande. Las explicaciones a las leyes de la materia son, para unos científica y para otros, existencial. No olvidemos que el total de las ciencias no es otra cosa que diseccionar la Naturaleza. No tenemos otra fuente de información. Las partículas se reciclan en otros universos, pero el espacio es único, nace y muere con cada universo. Es un átomo, un planeta, un hombre, una hormiga o el Universo. Estas maravillas ocurren cuando explota la existencia y aparecen las inquietas partículas de la materia, alborotándolo todo con sus leyes y conductas.

Hay millones de cuerpos celestes, pero cada uno está solo. Hay millones de seres vivos, pero cada uno está solo. Vivir es simplemente estar frente a frente con uno mismo.

Este núcleo oculto en la Naturaleza vincula a los seres vivos con lo cósmico. Cualquier célula de la Tierra no es ajena a una partícula de la galaxia más lejana. Un inmenso espacio las separa y la angustia de existir las une. Nos aterra estar solos. Observamos el firmamento y buscamos otras civilizaciones. ¿Se alegrarán al saber de nosotros...? Probablemente —si hubiera alguna— nos estén buscando por igual motivo. La angustia une a los bichos, las plantas y las piedras. La materia inerte y la viva tienen en la inestabilidad su elemento común. Son parte de un cosmos infinito y desconocido. El espacio entre partículas ha logrado que la existencia sea posible, pero no hay una certeza absoluta.

No habitamos la Tierra, habitamos el Universo. Nada de lo que en él ocurra nos es ajeno.

Quizás haya otros mundos vivos que alberguen también diversidad de criaturas. Algunas podrán ser racionales. Quizás hasta sean civilizadas. Quizás estén tan lejos, que cuando sepamos de su existencia pueden haberse extinguido. Ellos o nosotros.

Lo emotivo altera las leyes de la física. Es la excepción, la probabilidad incierta. Lo que sabemos del Universo son más preguntas que certeza, está lleno de cosas posibles. Es probable que realmente exista y sea tan inmenso que nuestras ciencias no logren abarcarlo jamás, ni siquiera con posibilidades. ¿Es necesario un derroche tan enorme de espacio? ¿No podrían estar las cosas más cerca? ¿El Espacio es realmente enorme o nosotros somos imperceptibles?

Si tuviéramos total certeza de existir... ¿Para qué nos serviría conocer una realidad absoluta? ¿Qué resol-vemos sabiendo que hay una eternidad y un Dios aburrido mirándolo todo? ¿Carecería de sentido el tiempo si fuera eterno? Quizás sería preferible seguir angustiados como estamos. Es mejor soportar la incertidumbre de existir que la certeza de no tener sentido. La Naturaleza no es insensible. Algo de felicidad podemos tener en la esperanza.

La gravitación universal acerca y aleja a unos de otros. Todavía lo está haciendo. La materia se fragmenta para sobrevivir. La vida también lo hace en infinitas especies. La Nada no es la muerte ni el fin. Es la desaparición del tiempo, la no existencia. Desaparece nuestra historia y los miles de años que costó armar este puzzle ya no están... y a nadie le interesa nada. ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos una historia? Los animales no la tienen y no parece que sufran mucho por eso. La muerte no aterra, pero la Nada sí. Es uno de los lados del espejo. La gravitación que separa se recicla con la gravitación que une. ¿Cómo podría ser la no existencia? El solo pensamiento de estar vivos y no existir nos lleva a una especie de vacío en el estómago. Los grandes ciclos de tiempo son tan inabarcables que escapan a nuestro entendimiento. Si el tiempo no regresara, ni siquiera seríamos posibles. Si la incertidumbre es desesperante, mucho más lo será la certeza.

Una criatura que nace a la vida ignora qué cosa es, pero sabe que algo es. La mirada de la madre le indica que es parte de otra cosa y le otorga una identidad. Un servicio gratuito. Comienza la búsqueda de la tolerancia. A medida que se afirma en la vida, todo se hace con mayor recelo. Nadie se deja comer. La conducta es el engaño. Hay que llorar por la teta o engañar por la carne.

Cuando comienzas a sufrir es que has nacido, existes. ¿Qué es la angustia...? ¿Es realmente la falta de certeza? Nada ni nadie tiene la absoluta certeza de existir. Tampoco es patrimonio exclusivo de la sustancia viva. Está presente en todo el universo y determina las leyes de la materia. El Dios omnipotente y poderoso que diseñaron los humanos no está seguro de ser Dios, ni siquiera sabe en qué consiste la divinidad. Claro, si es humano ¿Cómo va a saberlo?

La angustia es la causa más profunda de la inteligencia humana. Ningún animal sufre lo que sufre el hombre. No acepta la muerte, no sabe cómo superarla e inventa un montón de sucedáneos. La creencia en una vida posterior ha sido otra de las brillantes ideas de la mente humana. Le resuelve al poder político el principal de sus problemas: la insumisión. Los humanos primitivos, viendo la desesperación de los suyos frente a un cadáver pudriéndose lentamente, observaron que el suceso podía ser manipulado para obtener poder. Solo el muerto se pudría. Para los que seguían vivos el espectáculo continuaba. Unos miraban, otros hedían y algunos cosechaban los frutos del terror.
A mayor angustia, mayor inteligencia y mejor adaptación al medio. El depredador más sanguinario es el más desesperado. Esto nos llevará inexorablemente a una futura mutación genética. La especie humana se dividirá en dos ramas. Los que tengan acceso a sus códigos genéticos, vivirán en un estado de bienestar. Los otros serán humanoides aptos para el trabajo. Consumirán poco, pero moverán la economía. Las cosas serán iguales, pero diferentes.

IV) Los Ciclos

La Nada y la Existencia son parte de un ciclo que se reinicia... ¡quién sabe cuándo! No sabemos en cuál estamos ahora. Debe ser el ciclo de la existencia porque las cosas duran un tiempo y la gente se muere. Pero no tenemos certeza absoluta, es lo que vemos. En la Nada sin tiempo, todo es eterno y nada existe. Eso es desesperante. Para no tener que soportar la odiosa eternidad, nada mejor que existir..., pero también es agotador. Necesitamos el fin, la muerte, la desaparición, el reloj,el recuerdo. En fin, nunca estamos conformes.
Los ciclos comienzan en el Big Bang, regresan al origen y todo vuelve a empezar de otra manera. Tampoco se trata de ciclos desordenados a la buena de Dios. Una infinidad de ellos son parte del gran ciclo infinito del cosmos. Van de menor a mayor. Explosión e implosión. La vida de un insecto es una reproducción en miniatura del ciclo cósmico. Nace y se expande. Muere y se contrae. Vuelve al punto cero y empieza de nuevo. La mosca y el Universo. Lo eterno y lo efímero. El sol, el agua y el carbono...
La vida y la muerte no pueden ser eventos simples que existen por sí mismas. Forman parte de algo más importante, el ciclo de la energía. La muerte solo es un cambio de seres vivientes. No mueren todos a la vez. Unos se van y otros ingresan, es un ciclo. Si no fuera así, entonces moriríamos de verdad, el ciclo se detendría y la Tierra ya no sería azul.
La degradación del cuerpo y su largo reciclaje, inspira fantásticas ilusiones sobre las otras vidas que nos aguardan después de ésta. Esa es la realidad de la especie. Pero la de los individuos es otra. La otra vida es para la especie, los individuos mueren definitivamente. El tiempo ya no se interesa en ellos. Solo una hormiga por vez, un león o un humano por vez. El próximo cuerpo estará formado por los mismos elementos orgánicos, pero lo emocional, lo que hace único a un individuo, eso no se recicla. En las excavaciones arqueológicas jamás se encontraron emociones. Solo oro, huesos y polvo. Ni odio ni amor.
Creemos estar en el ciclo de la existencia pero no hay una forma cierta de saberlo. Ni siquiera el tiempo nos da esa seguridad. Somos parte de un mecanismo demasiado grande y complejo para entenderlo. Para peor, todo está relacionado y nunca llegamos a conclusiones. Una nueva y más diminuta partícula aparece detrás de otra. ¿Nunca sabremos qué cosa es una estrella? Existir puede ser algo distinto a lo que creemos. El tiempo solo indica que podemos estar existiendo.
En nuestro propio cuerpo tenemos ciclos, de la sangre, del oxigeno, de la mierda... Sucesivamente, todo se envenena y purifica. Los opuestos se juntan. Llega uno y sale otro. La angustia y el placer son parte de un ciclo. El bien y el mal, el odio y el amor, el regodeo y el dolor. Uno deriva del otro. Aparecen los cambios y mutaciones. La realidad es un ciclo completo y nunca una parte. La Naturaleza se mueve por ciclos.
Lo del agua, la sangre y el carbono se repite en el cosmos. Nada se pierde todo se transforma. Lo pequeño se agranda y lo grande se achica. Las galaxias se destruyen y se forman otras. El placer intenso se vuelve dolor y el dolor desgarrador se vuelve placer... Si algo finalizara de verdad y un ciclo se interrumpe, nos veríamos en un lío. No habría límites. ¿Cuál sería en tal caso el del dolor? ¿Se puede amar o gozar indefinidamente? ¿Dejar de morir? Todo debe reciclarse. No existe un punto inicial ni uno final, sino un ciclo de transformaciones. Si una pícara criatura consigue engañar a la muerte y emprende el ciclo de regreso, se encontrará con que debe volver a nacer. Tendrá dos vidas y dos conciencias. Mejor morir y hacer las cosas como Dios manda.
Pero la existencia también es insoportable y el ciclo vuelve a la Nada. El Universo se recicla. Explota otra vez, se expande de nuevo y vuelve a crear el espacio. Pero no será el mismo. No estaremos nosotros. En la Naturaleza todo se reduce a ir y volver, pero el espacio, la distancia, no se recicla. No sabemos cuál es el origen y cual el final. Creemos que el Big Bang es un origen, pero también puede ser el final. Así pasan los milenios, las galaxias, los soles y estrellas, dinosaurios y hombres... yendo y viniendo del ser a la nada. Todo es un trayecto entre opuestos. Del placer al dolor, de la vida a la muerte. En este devenir de la Naturaleza todo sucede y vuelve a suceder, pero nada se repite. Los ciclos se continúan, uno dentro del otro, como matrioskas rusas. El Gran Ciclo no terminamos de conocerlo aún. Ni siquiera empezamos.
Los individuos están vivos. Solo un hombre por vez..., un dinosaurio o una hormiga por vez. Todo sentido que queramos encontrarle a la vida es siempre individual... Las hormigas, solo existen como individuos, cada una por vez, aunque sean millones.
Quizás, en un tiempo futuro el conocimiento humano podrá intervenir en estos ciclos de la materia, corregirlos y guiarlos de regreso a la Nada... a una velocidad menor. La lentitud de la materia en destruirse estiraría nuestra propia destrucción, la ansiedad sería menor y la vida más placentera. Una gran obra humana. La rapidez con que nos estamos muriendo acrecienta la desesperación. No se trata de detener el tiempo, solo que fluya más despacio. Que no se expanda tan velozmente. Que nuestras células no se apresuren tanto en envejecer. Disminuir la velocidad de nuestra propia destrucción es una tarea utópica..., por ahora.
La desesperación de la materia inerte es ínfima debido a la lentitud de su destrucción, por más que su velocidad de movimiento sea mayor. No queda otra opción en un espacio inconmensurable. En cambio la materia viva, a pesar de su menor velocidad, se destruye muy rápidamente. Las distancias son tan pequeñas como la vida.
En lo que al hombre se refiere su opción es la felicidad, la única puerta abierta. Hemos hecho del dinero y el poder el objeto primordial de nuestra existencia. Hacemos lo mismo que sucede en la Naturaleza, pero civilizadamente. Nos sentimos poderosos y superiores al resto, pero igual nos morimos sin poder afirmar que hemos sido felices o que lo hayamos intentado o que nuestras emociones más íntimas nos hayan dejado un recuerdo de felicidad. Tenemos dinero, pero estamos enfermos, tomamos ansiolíticos pero no perdemos la ansiedad, nos rodeamos de gurúes y profetas variopintos, buscamos la verdad dentro del engaño, nos quejamos del poder establecido, pero no dejamos de actuar en el mismo escenario. La Matrix nos tiene tan domesticados que no podemos elegir nuestro camino. Ni bien salimos a la calle nos vemos rodeados de instrucciones, que hacer, que comprar y a quién votar. Nunca salimos del parvulario.
Todo aquello, que según dicen en La Tierra es la felicidad, tiene relación con el dinero. Un yate, un avión, una lavadora, un teléfono móvil, una entrada para un Barça/Madrid... ¿Es realmente así o somos parte de un carrusel de consumidores? ¿Necesitamos consumir bienes para ser felices? El quehacer humano sobre la Tierra crea actividad económica, pero el trabajo está mejor repartido que sus beneficios. Todos trabajan y no todos lo disfrutan de la misma manera. Unos obtienen desmesurados beneficios en detrimento de otros. ¿Eso vale una vida humana? ¿Eso es felicidad? ¿O es otra jugarreta de La Matrix?
La Tierra desarrolló la vida en su seno con la secreta esperanza de perpetuarse. Es el planeta rebelde que no quiere volver a la Nada. Confía en una especie inteligente cuya arma fundamental es la manzana. Morder manzanas es como decir ¡Existo y hago lo que quiero...! Parece difícil encontrar otras formas de vida en el cosmos. Nos ha tocado el premio máximo en la lotería del Universo. Es más probable que la humanidad se extienda más allá de sus fronteras naturales y conquiste otros planetas . En el establishment del cosmos somos los insurrectos, los que incordian el orden universal y pretenden modificar la Naturaleza. Nadie se lava las manos por un planeta que pretende independizarse del orden universal. No obstante, la Tierra espera que el cúmulo de criaturas que en ella habitan, le garanticen su propia existencia.
Hay algo, que excede nuestro entendimiento. dos se alejan de todos. Podemos hablar de una conducta de las partículas. Hasta de una materia emocional. Los ciclos en que se agita la existencia deben estar tan cerca del infinito que se confunden con la certeza absoluta. Su desconfianza, momentáneamente en equilibrio con la de la Nada, explotará cuando el nuevo ciclo se reinicie. Aparecerá entonces una antigua cuestión ¿Ser o no ser?
El terrorismo es un sistema de poder como cualquier otro. Nadie lo vota, pero se sienta en la mesa de La Matrix y participa de las negociaciones. Solamente son excluidos de La Matrix los no depredadores. El pueblo, por ejemplo.

V) El Bien y el Mal - Las Conductas

Nadie en la Naturaleza se preocupa del Bien y el Mal, salvo el hombre... y no todos. El que roba, mata o viola puede hacerlo en honor a cualquiera de ambos. Lo que mantiene la vida es el Bien y lo que la quita es el Mal... Así parece. También podemos decirlo al revés y estare-mos acertados. Muchos políticos adoptan el mismo criterio. Creen que es lo mismo.
Si la bomba la lanza el país del norte es el Bien y si la recibe es el Mal. Los norteamericanos se enfadan mucho cuando son atacados. Pero les parece muy loable arrojar dos bombas nucleares sobre un país devastado y cuya rendición era inevitable..., solo para infundir terror.
¿Acaso Hiroshima y Nagasaki no aterrorizaron al mundo entero...? Estaban habitadas por civiles, gente como uno. Fue un ensayo terrorista, como Guernica. No eran necesarias, digamos que fue una venganza por Pearl Harbor... ¿Quién castiga al castigador?
Nosotros —procesados al mejor estilo kafkiano—, representamos nuestra vida en el escenario de La Matrix. Pero, en el sótano, escondido y oculto a los ojos del mundo, está nuestro retrato, la realidad, el que envejece (El retrato de Dorian Grey, O.Wilde). Una larga caravana de seres civilizados recorre oscuros pasillos de inexistentes tribunales en busca de los expedientes... ¿Por qué no somos inocentes, si somos inocentes...? Sea como sea, nuestra vida trascurre en libertad condicional.
Señores individualistas. No crean en la moral y los principios honestos. Las normas morales, implantadas por políticos y religiosos, son para que las cumplan los otros. Policías, políticos, religiosos y delincuentes circulan por los mismos caminos. No hay una línea divisoria definida. Una reja no alcanza. Están mezclados, demasiado cerca unos de otros. Son vecinos, se ven a menudo y se saludan... Al policía heroico de las películas se lo puede ver en el cine. A veces hay sorpresas. En esas instituciones marginales se encuentran personas valiosas. No persisten demasiado, el sistema los devora o los expulsa.
De la moral, dice Freud... Podemos decir a la sociedad que lo que ella llama su moral cuesta más sacrificios de lo que vale, y que sus procedimientos carecen tanto de sinceridad como de prudencia... Aquel que después de haber luchado contra sí mismo consigue elevarse hasta la verdad, se encuentra al abrigo de toda inmoralidad y puede permitirse tener para su uso particular una escala de valores morales muy diferente de la admitida por la sociedad.
El hombre, un animal desorientado como judío en el desierto, no tiene grandes interrogantes. Solo ansía una conducta válida para vivir y morir dignamente. Le preocupa más la forma de morir que la muerte misma. Religiosos y políticos continúan diciéndole lo que se debe y no se debe hacer. Día a día, Moisés desciende de cumbres misteriosas envueltas en la niebla.
La Matrix confía plenamente en su eficiencia. El engaño es tan perfecto, que nos dejamos robar y vejar sin chistar... y sostenemos en el poder a quienes nos hunden en la congoja.
Las normas morales empiezan por reprimir lo sexual, lo receptivo y lo femenino. El placer y el bienestar rechazan la opresión. Las masas insatisfechas son más fáciles de manipular. El humano que conoce la felicidad, no acepta órdenes incoherentes.
Para quien quiera verla, la realidad nos llega igual desde lo profundo del cosmos. Debemos ver la vida (la nuestra) tal como es, sin dioses ni conductas predeterminadas. Es todo muy sencillo y nada difícil. La realidad es lo único que alivia la angustia existencial. Nos hemos envanecido de ser los racionales, pero la inteligencia no resuelve todo. Actúa como un instinto y se transforma en conductas predeterminadas. Nos indujo el temor a la existencia... y allí quedó por los siglos de los siglos. Así fue, que siendo los racionales..., nos embrutecimos.
La imagen de un Dios encolerizado, que lanza rayos de fuego y destruye ciudades pecadoras, ha servido para aterrorizarnos. Nos hicimos bestiales, resignados y sumisos. La inteligencia humana podría haberse preguntado ¿Qué hay de cierto en todo esto?... Pero no lo hizo.
Vemos que todo comienza con el terror. Alguna razón de ser tiene, después de todo. En ese entonces no había nadie para acusar al relato bíblico de terrorista. El terrorismo de antaño es el cristianismo de hoy.
Si realmente somos obra de ese Dios y le damos tantos disgustos, es que algo salió mal. No resultamos como él esperaba. Pues que empiece de nuevo y cree otros hu-manos lo más lejos posible. Espacio no le falta. Mientras tanto que se ocupe de sus propios vicios, que tampoco le faltan. No es un Dios para sentirse orgulloso de haberlo creado a uno.
Estamos tan temerosos de nosotros mismos que copiamos conductas ajenas. Pero solo las que son segu-ras, según dicen. Los que nos dictan conductas seguras también tienen miedo. Experimentan con nosotros. El miedo está en la Naturaleza. Mientras seamos animales debemos convivir con él.
La satisfacción ordenada y civilizada de nuestros instintos es un buen estilo de vida. Nos acercaremos a la felicidad. Digo satisfacción civilizada porque vivir sin ataduras de la moral nos vuelve más civilizados, aunque parezca lo opuesto. La opresión no resuelve nada.
La Matrix dice que somos bestias y nuestra bestialidad es bestialmente reprimida. ¿Por qué hay que legislar sobre la bestialidad? En el humano hay también sentimientos nobles. Perfeccionarse y aprender es un impulso natural del espíritu humano, niño o adulto. La Matrix pretende que permanezcamos en lo bestial. Nos prefiere así. Mientras seamos parte de la Naturaleza seremos bestias reprimidas... y podrá hacer con nosotros lo que le dé la gana.
Los instintos más atávicos incluyen la nobleza y el amor a nuestros semejantes. Jesús no inventó nada nuevo. Amarse los unos a los otros es historia vieja.
El objetivo de la leyes es la infracción. Dada la bestialidad del hombre, las leyes represoras solo persiguen la infracción... para afirmarse en el poder. Nos convierten en culpables de cualquier cosa y, graciosamente nos conceden una libertad vigilada. Tengamos leyes basadas en el altruismo del hombre. Es más abundante que lo bestial. No es necesario infringirlas para gozar. Se disfruta cumpliéndolas.
En algunas ciudades nos asombra lo bien que funciona todo. Pero si observamos detenidamente, vemos que lo que realmente funciona es la eficiencia del sistema represivo. Hay más cámaras que habitantes. Los ciudadanos se vigilan entre sí y todo parece civilizado. Dios, el principal inquisidor, habita en los satélites, cámaras y radares. La conducta cívica no es más que la eficiencia de su sistema represivo. El perro tiene premio o castigo. El humano solo castigo. Si en lugar de castigar al infractor, premiamos al cumplidor... ¿Qué sucedería? Pues lo más visible sería el desequilibrio financiero de algunos Ayuntamientos.
El poder no está en quien manda sino en quien obedece. El sumiso le otorga su poder al déspota. Los dictadores se sirven de las emociones del pueblo para llevarlo a la guerra. Si las personas se gobernaran por sí mismas, sin políticos, empresarios o financistas de por medio, las guerras serían mínimas. Detrás de una causa justa se esconden intereses económicos o territoriales. No es cierto que el pueblo es inculto, ignorante y bestial..., sino que lo han educado así desde el comienzo de la historia. La ignorancia de los gobernados es la clave de La Matrix. Solo se puede avasallar a los idiotas. Si no existiera información privilegiada o se hubieran expuesto razones válidas al alcance de la población, cualquier alemán, italiano, judío, palestino o argentino, habría notado la incoherencia de embarcarse en una guerra ridícula.
Las penas y las vaquitas, se van por la misma senda; las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas (Canción de A.Yupanqui). Vivir es una desgracia. No es posible la vida en plenitud. Así nos enseñan. El final feliz solo está en el cine. Esperamos las desgracias como quien aguarda un tren en la estación. Idealizamos figuras del deporte, el cine y la televisión. Creemos que ellos sí pueden ser felices y les toleramos sus caprichos, infidelidades, traiciones y peleas . Nuestras expectativas son pesimistas y aguardamos la llegada de desgracias y traiciones. Nos cuesta concebir una existencia feliz, pero no una engañosa. Las películas más taquilleras son las que representan oscuros desencuentros, amores frustrados, hijos misteriosos, engaños, infidelidades y relaciones tortuosas y angustiadas. Así funciona el entramado siniestro de La Matrix. Nuestro destino aciago es ineludible. Mientras tanto, ellos ponen a punto su yate.
Los medios de comunicación masiva están al servicio del poder. Cada día bajan del cerro, como Moisés, para de-cirle a la gente lo que tienen que hacer. Manipulan las opiniones, las noticias y la información. Pretenden formar una sociedad homogénea y adicta. Publican lo que de una forma u otra, sirve a sus intereses. Las empresas que forman parte de La Matrix son sus aliados. Todo sea para incentivar el consumo de algún producto inservible y contaminante. Dicen que responden a la demanda..., que los brutos son los otros. Pero no es así. La gente no es bruta, es ingenua. Se deja convencer creyendo que sus preceptores son palomas blancas pero en realidad son buitres negros disfrazados. Responde a las engaño-sas encuestas para mejorar nuestros servicios, cuando en realidad, solo quieren mejorar sus ingresos. Después de todo, los productos más inútiles y contaminantes nos los han impuesto las empresas. Y encima debemos reciclar la basura que ellos producen. Eso sí..., después de haberla pagado. ¿Para eso es la inteligencia? Para que Ayuntamientos y empresas nos tomen por estúpidos...
Nos han machacado tanto con nuestra ignorancia que somos incapaces de tomar decisiones propias. Ellos nos dicen qué hacer, que producto comprar, a quien imitar y quien es el trasgresor de turno. Algún iluminado descendió hace siglos de un monte oculto en la niebla. Trajo unas tablas de piedra en la mano y dijo que eran las conductas... Hoy en día nadie baja del monte. Como la niebla es más espesa, prefieren la televisión. Tal es La Matrix, el escenario donde vive el hombre. El mismo desierto, la misma ignorancia.
La vida, propiamente dicha, es lo que vivimos en nuestra íntima soledad.Las especies pertenecen a la Naturaleza. Los individuos existen y solo ellos pueden ser felices.
En vez de vigilar al hombre, vigilemos las leyes. Las le-yes necesitan perdonar, así que dejan espacio suficiente para transgredir. Los que no matan ni roban, la mayoría, dan muy poco trabajo a las autoridades. Hagamos leyes para los honestos y dejemos a los delincuentes extinguirse por sí mismos, son carroñeros.
Imaginemos un país cuyas cárceles estén atiborradas de delincuentes. ¿Qué hacer? ¿Ponerlos en libertad? Entonces vaciamos una ciudad de gente honesta, la amurallamos y trasladamos a todos los malhechores a la Ciudad de los Presos. Los propios convictos elegirán sus autoridades. Dictarán leyes y normas de conductas. ¿Cuál sería el castigo del que delinque en la ciudad de los delincuentes?
Construimos monumentos a los soldados desconocidos que dejaron su vida en las guerras de los países..., que hoy comercian sus productos y souvenires. El resto son cruces en la superficie y gusanos en la tierra. La solemnidad de las crónicas de la historia es otra mentira.
Encienden una llama votiva para conservar nuestra ingenuidad. ¿Cuál es la realidad? Que sigamos creyendo en la heroicidad de sus acciones cuando nos han envuelto en una guerra exclusivamente para obtener beneficios..., que no comparten con nosotros. Cualquier ciudadano hubiera decidido al revés, menos guerras y más gente viva. Los muertos en los combates tienen nombre y apellido. Para ellos son bajas, una estadística.
En las novelas de un famoso marqués, la protagonista buena sufría las mil y una desgracia para conservar su virtud y terminaba perdiendo lo que tanto quería conservar. La mala, en cambio, gozaba los mil placeres porque nada tenía para cuidar. Ambas fueron recicladas por los gusanos. El final para la virtud es el mismo que para el vicio. Lo valioso estuvo en la vida de cada una. La mala gozaba de sus instintos y la buena los reprimía. Decimos buena o mala, pero también podemos escribir tonta, lista, reprimida, avispada, casta, impúdica, recatada, lujuriosa, honesta, inmoral... Dicho al estilo del marqués, en el bien está el dolor y en el mal el placer.
La chica buena sufría por conservar una moral que no terminaba de entender. La virtud es una conducta adquirida y está asociada al sufrimiento. No es natural ni tiene utilidad alguna. Las uñas afiladas podrían ser tan útiles para la virtud como para el vicio. En el caso del marqués un clítoris era más importante. No es malo esto, después de todo. El clítoris forma parte del cuerpo desde siempre. Las virtudes, vicios y martirios son agregados culturales.
Cualquier conducta moralista que nos hayan enseñado desde niños, no es mejor que la opuesta.
Lo que se ve diariamente en el escenario de La Matrix no es la realidad, sino lo contrario. Advierten del peligro de fumar, pero suben el impuesto al tabaco. Alertan sobre el consumo de drogas, pero lo hacen de una manera tan sospechosa que incrementan el consumo. Los traficantes son parte de La Matrix, se esconden en los gobiernos y mueven mucho dinero. Las campañas publicitarias sobre el consumo de alucinógenos son pro-movidas por los gobiernos a instancias de los traficantes —no le veo otra motivación— porque aumentan el conumo. Los políticos no miran quienes se ocultan en las sombras, basta que el dinero esté a la vista. No es casualidad que este tipo de campañas esté dirigida a la gente joven.
Si un chico es sano se beneficia él solamente. Si en cambio es drogadicto, alcohólico o fumador, se bene-fician otros. Esto de nutrirse con la sangre ajena se llama canibalismo. Suena cínico..., pero es así. Nos parece muy cruel que las fieras salvajes prefieran atacar las crías... porque son más vulnerables. Nuestras crías también son vulnerables. Somos la única especie que agrede a las suyas.
¿Quiénes están detrás de estas campañas? Los medios de comunicación, miembros preferidos de La Matrix, publican en primera plana cuanta figura famosa del cine o del deporte consume cocaína. Algo así como:... Si los mejores lo hacen, ¿qué estás esperando tú?
La juventud busca en los adultos referencias válidas de la vida. ¿No lo hacíamos nosotros acaso? ¿Qué clase de adultos somos? ¿Cuánto le deben los traficantes a Maradona?
Necesitamos leyes creíbles Algunas se cumplen por convencimiento. Otras son muy estúpidas. Civilizarnos es cumplir una sola normativa: convivir. Todo es más sencillo después. Sin embargo, para alcanzar el dinero, el poder y la fama debemos ser más salvajes y de-predadores que otros. El prójimo de hoy es un anta-gonista, una víctima o un depredador... ¿Amarlo? Nada de eso, esquilmarlo sí.
¿Cuál es el límite del lujo y la ostentación? Las dictaduras árabes exhiben a sus empobrecidas poblaciones la magnificencia de sus estilos de vida. Derrochan el dinero en cursilerías que no aportan nada ni a la vida del pueblo ni a la de los propios dirigentes... ni a nadie. Los árabes empobrecen al pueblo y en nada cumplen las enseñanzas de su profeta máximo. Las normas reli-giosas son para los pobres. No puede haber mayor lujo que el que un hombre pueda consumir. En algún mo-mento estará satisfecho, en algún momento de la lujosa copulación eyaculará el mismo semen de todo el mundo, en algún momento irá a dormir o defecará. La mierda no es de oro ni el esperma es cosecha exclusiva. Comerá proteínas, hidratos de carbono y grasas. Los médicos no le recetarán oro, sino medicinas. Cien sirvientes por vez, frente al amo, no mejoran la atención de uno. Toma un whisky por vez, un café por vez, un bocado de caviar beluga por vez.
Cuando le llegue la hora, la gente enfurecida saldará las cuentas con su cadáver y su sangre rodará por los lujosos mármoles de las piscinas que quizás fueron usadas una sola vez.
Si este dictador no perteneciera a la Naturaleza, es decir, que no fuera un animal sino que formara parte de una utópica sociedad humana, seguramente sabría esto y no sería ajeno al placer de sus compatriotas. El oro no reemplaza a la alegría. En la Naturaleza humana, la dictadura no es otra cosa que el enaltecimiento del macho dominante por sus adláteres de La Matrix. Uno es la figura visible y otros muchos los que se alimentan de sus sobras.
No reproducirse es inconcebible. La Tierra es inflexible. Quien no se reproduce desaparece. Otros ocuparán su lugar. La materia orgánica nace, vive apresuradamente y muere cuanto antes. La materia inerte no vive, se escapa a toda velocidad. Se agranda el espacio y se achica la vida. Cada vez estamos más lejos de la Nada ¿o más cerca? ¿A dónde nos lleva la huída desesperada...? El ciclo de la materia orgánica lo conocemos, pero el de la materia inerte excede nuestros tiempos y solo podemos conjeturarlo. Si el universo se expande a una velocidad en constante aumento llegará al punto de la luz. ¿Se corta el ciclo? El espacio entre partículas desaparece, la densidad será entonces infinita, la masa cero y el tiempo ya no está. El universo retorna a la Nada y se recicla en un nuevo universo, o no. Lo nuestro es la existencia.
La desvalorización del individuo es prioridad de La Matrix. Los machos dominantes no se conforman con ejercer el poder. Deben humillar a sus gobernados, desvalorizarlos y castrarlos. Desde niños somos instruidos sobre nuestra dependencia de una autoridad superior..., formada por seres iguales a nosotros. De superior no tienen nada. Son tan bestiales, ignorantes, borrachos y demenciales como cualquiera. Nos han inculcado que el pueblo —nosotros somos el pueblo— es torpe, inculto e incapaz de gobernarse por sí mismo. Ellos deben guiarlo por la buena senda. Clarísimo, eligen la senda buena... para ellos, pero no para nosotros. En realidad, a ellos no les interesa ser superiores. Lo importante es que nosotros seamos los inferiores.
La democracia representativa ha fracasado. No nace de la libertad. Más bien es el punto final. Los representantes del pueblo están más envilecidos que nunca y solo representan sus propios intereses. Se reúnen en largas tertulias con recomendados dirigentes de empresas, recién creadas, para discutir tal o cual concesión de obras, de provisión de materiales, de servicios, de publicidad, de revalorización de tierras..., en fin hay muchos negocios para hacer, cualquiera sea el nivel del político de turno, desde poner un sobre al principio de la pila o avisar del inminente cambio de calificación de terrenos. Nadie presenta objeciones a los negocios ajenos porque todos están embarcados en otros más sucios todavía. Este es el pacto de poder y silencio con que funciona La Matrix.
¿Y si volvemos a la vieja democracia de Pericles? Con Internet podemos. Si cada individuo gobierna su vida, todos los individuos pueden gobernar el país. Es mejor dedicar unas horas a esta tarea que embrutecerse frente al televisor. Los ciudadanos deben madurar y ser capaces de gobernar. La Matrix los prefiere ignorantes para que voten a sus verdugos y consuman productos innecesarios. Nos llevan de corral en corral como mansas ovejas blancas.
La democracia representativa actual es manipulada por los grupos de poder. Ya no sirve. La Matrix se nutre de una comunidad de personas (el pueblo) a las que se les pueda prometer, con palabras insulsas pero que suenan fuerte, cosas fantasiosas que no se cumplen.
Otras cosas sí se cumplen a escondidas del pueblo. Son los compromisos electorales, las prebendas con que hay que pagar el apoyo recibido antes de las elecciones. Así funciona esa mafia de personas o empresas, a veces desconocidas entre sí, pero unidas por una ambición común. Después de las elecciones viene el golpe de realidad. Provoca reacciones adversas. No es lo prometido. ¡Perfecto! Hay que hacer otras promesas insustanciales. Se inicia un nuevo ciclo de propuestas infantiles. Así perdura el engaño de la democracia. Los políticos, mientras engordan sus cuentas bancarias en paraísos fiscales, continuarán prometiendo cosas que no tienen ninguna intención de cumplir. No pueden engañar a un niño, pero sí a un adulto... Y mejor a muchos.
Las preguntas del pueblo siguen siendo las mismas. Claro, nunca hubo respuestas. Un ciclo que se repite: engaños, promesas, votación, desengaños y otra vuelta. Los políticos han dejado de representar a quienes los votaron. Una vez electos, solo se ocupan de sus propios intereses. Son parte de una casta de depredadores. El pueblo los ha elegido engañado por su demagogia. En una democracia directa, Internet mediante, la población puede votar en el acto. El sistema representativo actual permite a los allegados de La Matrix, el acceso a información privilegiada. Saben cosas que nosotros no sabemos. Este es el punto findamental de la corrupción.
En una democracia directa la información está a la vista de todos y la tecnología es lo que señala los destinos de la humanidad. Suprimamos la información privilegiada , los políticos y los partidos que los sostienen.
El humano de la Naturaleza es tan rapaz como cualquier merodeador. La presencia de la fuerza demuestra que la ley no se basta por sí sola. Los animales salvajes se quitan las presas al menor descuido como si fuera lo más natural del mundo. Es lo más natural del mundo. Los machos dominantes obtienen las mejores presas y el resto de la manada espera las sobras. Esto es nuestro capitalismo. No es el sistema de la especie humana ni de algunos países, sino el estilo de vida de la Naturaleza, de todo el mundo y de toda la historia. Cualquiera que sea la revolución que hagan los humanos —que no fueron pocas— siempre es un cambio de machos dominantes. El esquema de poder no cambia, se muera fusilado o en la cruz. Civilizar es exactamente lo contrario de lo que entendemos por tal. Una mezcla de leyes y castigos y más leyes y más castigos.
Debemos salirnos de la Naturaleza o pactar con ella una retirada honorable. Apartarnos de sus leyes y diseñar otras basadas en la inteligencia humana y no en su salvajismo. Ya que modificamos tantas cosas, modifiquemos nuestro núcleo salvaje e inscribamos en él otras conductas al alcance de quien está por nacer. Si fuéramos humanos y no animales humanos, las leyes se bastarían por si mismas y el uso de la fuerza quedaría supeditado a una invasión extraterrestre . Seríamos civili-zados de verdad.
La impunidad de una infracción nos da placer. Esta realidad nos permite entender nuestro núcleo salvaje. Víctima y victimario se unen en un pacto siniestro de morboso placer. Matar o ser muerto, torturar o ser torturado es como el tango, cosa de dos. No es posible una conducta colectiva de sumisión si no existiera un siniestro acuerdo entre víctimas y verdugos.
El dinero es importante en nuestras vidas. Todos los días salimos de la caverna para recolectarlo de distintas maneras. Es la unidad de medida del esfuerzo humano. Es un elemento de poder expresado en valores de fluido sanguíneo. Los machos dominantes de La Matrix con-siguen las mejores presas. Así funciona la Gran Manada.
La desigualdad económica es inevitable. El circuito por donde transita el Gran Dinero está muy alejado de la gente, pero La Matrix sabe cuánto pasa por nuestras manos y cuanto nos puede quitar. Si en lugar de dinero usamos las gotas de sangre necesarias para producir una moneda, veríamos con mucha claridad porque los pobres son tan necesarios. Vale más una moneda que la sangre para fabricarla.
No predico en contra del poder, simplemente lo muestro. Cualquiera fuere la idea que lo sustenta, es siempre el mismo. Se nutría de los que morían en las fauces de los leones o de quienes quemaban herejes en las plazas públicas. Solo cambian los machos dominantes y sus vestiduras. Pero el poder —y esto es un secreto— carece de sustento propio. Se sostiene del miedo que inspira en los gobernados. Un león infunde miedo a una manada de gacelas porque éstas ignoran que juntas pueden ahuyentarlo. Nosotros sí que lo sabemos, pero en vez de echar a nuestros predadores optamos por votar. Somos civilizados..., pero podemos echarlos. ¿Es menester ser civilizado frente a las bestias salvajes?
Imaginemos una civilización basada en los instintos altruistas del ser humano, que también existen, donde se otorguen puntos al cumplidor que puedan ser descontados de cualquier obligación fiscal. En vez de reprimir y castigar, estimulamos y premiamos. La sociedad ha sido estructurada a partir del mal. Lógicamente ha fracasado. Hemos desarrollado una justicia que descansa en la probabilidad de ser atrapado. La ley solo se aplica si te encuentran. Pero si la cumples escrupulosamente, nadie se entera. Este detalle daría un vuelco fundamental en la conducta de sociedad humana. Es más fácil identificar a los cumplidores que a los trasgresores.
Los grandes medios de comunicación son mercenarios y, como tales, parte de La Matrix. Inducen opiniones y conductas. Actúan según su conveniencia sin tener en cuenta el daño que puedan causar, haciendo gala de un cruel sadismo y llevándolas con argucias al llanto o la desesperación..., entrevistan en vivo a personas sencillas, afectadas por algún drama familiar. Publicitan a famosos y famosas consumiendo drogas o alcohol, pero se abstienen de registrar el salto de un espectador a un campo de fútbol. ¿No tendría que ser al revés? El hincha espontáneo no hace daño a nadie, pero el famoso produce miles de imitadores. Así es La Matrix, canibalismo puro. El joven lector o se pregunta... ¿Qué será eso de la cocaína? ¿Servirá para tenerla dura? Si los principios morales fueran lo que dicen ser, el consumo de drogas bajaría.
Si con tanta caridad como se hace en el mundo la pobreza aumenta, es que algo raro pasa. Si la prostitución continúa incólume a través de los siglos, alguna razón habrá ¿Cuál es la realidad...? Los fracasos son tan evidentes que resulta cómico insistir con lo mismo. Las reformas parciales ya no sirven. Son vistosos parches para que todo siga igual. Necesitamos empezar otra vez y desde cero. Sin Naturaleza ni especie ni salvajismo. Solo la sociedad humana.
No crean en palabras altisonantes de políticos, religiosos, iluminados o adultos que no hacen lo que predican. Tampoco crean a los medios de comunicación. Las estatuas de los ilustres antepasados adornan los parques y jardines. Si les diéramos vida la emprenderían a garrotazos sobre sus seguidores. Los vivos no tienen cara de estatua, sino de realidad.
Eso de que... la democracia es el gobierno del pueblo es pura mentira. Al menos en estos días. El pueblo está manipulado. Los discursos políticos son muy emocionales, pero poco racionales. Nos toman por niños de parvulario. Nadie muestra un plan coherente de gobierno, prefieren recurrir a promesas ilusorias. Como las instrucciones reales las reciben de afuera, nos engañan en nuestras propias narices. Una campaña electoral se basa solamente en convencer al electorado, no en concientizarlo de la realidad. Votar no es lo mismo que tomar coca cola. Curiosamente, en esta trasgresión de la campaña electoral, vemos la misma realidad que en la coca cola. Un gobierno es una idea en venta como una gaseosa. La realidad está prohibida.
Para La Matrix una elección es solamente una curiosidad..., como si de un partido de futbol se tratara. A ver quién gana. Seguirá gobernando cualquiera sea el resultado. La diferencia entre un partido político u otro es que gobiernan unos corruptos u otros. La suerte del país está decidida previamente. La Matrix se extiende a todo el mundo. Unos países deciden el destino de otros. No existe una soberanía propia sino un cúmulo de intereses internacionales. Prácticamente los países, vistos como naciones soberanas, ya no existen. En realidad solo hay mercados de consumo y no se distinguen sino por el número. Da lo mismo pobres o ricos.
Tampoco existe un electorado sino una gran masa de consumidores. Sean del país que sean o adoren al dios que quieran deben consumir coca cola o hamburguesas o cepillarse los dientes o afeitarse o vestirse a la moda o usar condones.That is the question. La Matrix y su dinero son quienes realmente gobiernan el mundo.
Los electores votan a ciegas. No tienen información fidedigna. No saben que es lo que realmente pasa en su país y en el mundo. Tampoco pueden elegir una realidad. Deben votar alguna de las opciones propuestas. Las reglamentaciones electorales, que aprobaron los políticos, están hechas a su exclusivo beneficio. Cualquier forma de votar que los avergüence no tiene valor legal. Siempre, de una forma u otra; uno, alguno o muchos miembros corruptos de La Matrix salen electos. ¡Qué casualidad!
En el momento de depositar el voto, la decisión es intuitiva y emocional. Unos votan con el corazón, otros con el estómago y otros con los genitales. Aunque quieran utilizar el cerebro no pueden. Han sido embrutecidos. Se vota un rostro, una promesa o una ilusión, en reemplazo de un programa de gobierno. No es que la democracia haya fracasado sino que se ha envilecido. La gente cree y vota. Pero los políticos ya no son como antes. No hay ideales patrióticos sino codicia. Los factores del poder se aglutinan en La Matrix en defensa de sus privilegios y beneficios. Del país nadie se preocupa. La democracia puesta en escena es ficticia. De hecho, si un país ha perdido su soberanía a manos de las corporaciones multinacionales, no puede esperar conservar con el voto lo que ha perdido en los mercados de dinero internacionales.
Después del engaño de las elecciones, aparecen los depredadores. Estaban agazapados en la espesura de la democracia. Hay que ubicarse a favor del viento para sentirlos cerca. Detrás de cada político hay una fiera hambrienta preparada para el zarpazo.
Las instituciones creadas por el hombre funcionan mas o menos bien al principio. Luego caen bajo el instinto salvaje de las pasiones humanas. Dignos animales de la naturaleza. Entonces todo se corrompe.
Hasta tanto no logremos una nueva organización social humana, debemos aceptar la democracia. Es la menos mala.
Pero podemos hacer una democracia directa y desechar a los mercenarios representantes. El pueblo,Internet me-diante, puede estar reunido en asamblea permanente y encomendar a un Consejo Ejecutivo la puesta en marcha de sus decisiones. Así lo hacían en Atenas y funcionaba.

Con Internet no habrá información privilegiada. La transparencia de la economía y el consumo inteligente cambiarán el mundo y, esta vez de verdad. La gente vivirá en una realidad por ellos elegida y no en el escenario de La Matrix. La paulatina madurez del pueblo concluirá con su falsa ignorancia. Las decisiones adoptadas en un clima de realidad son eficientes por sí mismas. En cambio, La Matrix y sus políticos necesitan provocar sus propios errores. Sacan tajada en cada uno.
Lo que ahora llamamos civilización es una gran fábrica de ansiedad. No solo copiamos las conductas que nos imponen, también las infracciones y la ansiedad de hacerlas. El proceso comienza cada vez que alguien tiene uso de razón. Tomamos pastillas variopintas para soportar un ritmo de vida alucinante que nunca mejora. Aparecen en el mercado nuevas pastillas variopintas. Si todo este ajetreo terminaría con una gran parte de la sociedad en estado de bienestar sería tolerable. Pero ocurre todo lo contrario. Cada vez estamos peor. Unos pocos consiguen los mejores bocados sin recurrir al considerable esfuerzo que nos cuestan los nuestros.
El exceso de población y el gran poder económico del mundo tendría que llevarnos a un estado de bienestar. Sin embargo somos cada día más salvajes. Como buenos animales, intuimos la que se nos viene encima.
Al poder no le interesa la ley que se cumple, sino de la que se transgrede. El Homo Sapiens ha sido sustituido por el Homo Culpabilis. Eso sí, nadie sabe de qué es culpable el hombre. Un león mata una gacela para comerla y un humano mata a otro porque es culpable. Los animales roban y matan a cada rato. Solo interesan los que siguen vivos. Esa es la realidad de la Naturaleza. Después de varios años en la cárcel el ladrón vuelve a robar. El castigo ha fracasado. Hemos desperdiciado el tiempo del ladrón... y el nuestro.
Una religión es un compendio de conductas, mitos y leyendas ordenados en algún libro. Cada una se esmera en aventajar a las otras con ingeniosas prohibiciones. Parecen pastores que apacientan sus ovejas, pero en realidad las esquilan. Como los gánsteres de antaño, ofrecen protección Si quieres evitar las llamas deberás abonarte al servicio.
Hay tres clases de hombres. Los que no disciernen y prefieren ser dominados. Los que disciernen a los que no disciernen y prefieren dominarlos. Los independientes son los que disciernen. No quieren dominar ni ser dominados. La Matrix no los quiere.
El humano se alimenta de otros humanos. Las corporaciones lo hacen, las tabacaleras lo hacen. Lo hacen las grandes empresas y las pequeñas. Lo hacen los gobiernos y ayuntamientos.
La economía clásica consistía en canjear el dinero a cambio de algún bien o servicio. Las cosas han variado. No hay ningún bien en canje del dinero. Salvo pocas excepciones, solo se producen bienes que serán basura en meses, días, horas o minutos. Muchos productos de uso cotidiano se rompen antes de llegar a casa. Basta caminar por alguna ciudad para ver la enorme cantidad de basura que se deposita en las calles. Este círculo vicioso de la economía en que se producen bienes constantemente a cambio de dinero, gira cada vez más rápido a medida que más bienes son basura. En cada giro el dinero aumenta su cantidad y pierde su valor. Es obvio que este ciclo termina en una crisis económica... hasta el comienzo de otro.
Pero hay una enorme diferencia. En cada ciclo el mundo se va llenando cada vez más de basura que no se recicla... al menos en la misma Naturaleza.
La materia prima con que se fabrican cosas inservibles se obtiene de la Naturaleza, pero la basura que se devuelve, le es ajena.

VI) La Desaparición. La Vida y la Muerte

El humano no enfrenta a la muerte como el fin de su período vital, sino como la destrucción de su identidad. El DNI ha caducado. Pero las leyendas sobre otras vidas surten efecto. Se la llamó la otra vida, para vincularla subrepticiamente con esta vida y sugerir que una era continuación de la otra. Cualquier fantasía sirve con tal de no ver gusanos. Los dioses de antes solían intervenir en algunos casos de heroicos ciudadanos y se ocupaban personalmente del traslado. Los pobres, en cambio, no solo se morían, sino que además se pudrían.
Una resurrección parece ser un acontecimiento tan extraordinario que solo es creíble como una acción divina. La resurrección de Lázaro, el milagro máximo del cristianismo, muestra el regreso a la vida y la reinserción en el ecosistema. No es un milagro: todos resucitan, solo que demoran mucho. No sabemos si Lázaro quería ser resucitado. ¿Qué habrá sido de él? ¿Habrá muerto por fin o andará todavía vagando por el mundo? ¿Se podrá morir dos veces?
El cristianismo hizo más terribles los mitos ajenos. Agregó una humillación póstuma, el juicio final, una especie de peaje para seguir rumbo a la otra vida. No eran suficientes las culpas que cargaron sobre el hombre. La verdad verdadera solo se sabrá en el juicio final. ¿Quién puede vivir tranquilo con semejante futuro?
Luego de la muerte no hay conciencia. Es lo único que desaparece. Los que asumen la vida como un permiso de la Naturaleza, se reciclarán en infinidad de variantes. Los convencidos de ir a otros destinos de bienaventuranza, perderán su equipaje y solo les quedará la vergüenza. No la de haber vivido, sino la de haber sido tan crédulo. Igual serán gusanos. Ningún Dios vendrá a buscarlos y no podrán dar cuenta del engaño. De-masiado tarde. A Dios no le interesan los muertos. No se los puede amedrentar y, salvo para la Naturaleza que los recicla, no sirven para nada. Quienes se quedan mirando al cadáver son los que interesan.
Visto con ojos empresarios, la astuta artimaña de culpa, confesión, castigo y perdón... ha sido la idea más comercial de la historia, muy por delante de la hamburguesa y la coca cola.
Pensamos que la muerte ocurre por envejecimiento de las células, pero en realidad no es posible seguir vivo. Los tiempos de la Naturaleza son exactos. En la lucha por existir, la angustia ha derrotado al organismo. Lo más terrible no es la muerte sino la decadencia del orgullo, la flojedad del pene, la menopausia, el cansancio de la derrota y la visión del muro..., que obstruye la esperanza de que podamos aún asombrarnos de cualquier cosa.
La medicina desconcierta a la Naturaleza. Su ciclo de vida y muerte está en desequilibrio por causa de la medicina. Nuestras ciencias le entorpecen todo, según dice. Claro, es obvio, paso a paso se siente descubierta. La expectativa de vida es cada vez mayor. Una especie como la nuestra, que desentona cada vez más, tendrá que buscarse otro ciclo, otra naturaleza.
La suma de todas las ciencias humanas no es otra cosa que hurgar en la Naturaleza.
Las órdenes vienen desde la oscuridad del núcleo. Hay que morir sin regresar a la Nada. No podríamos concebir un mundo donde nadie muera, pero sí uno en que todos se reciclan. Solo el humano le llama muerte a la muerte. La fantasía humana de la inmortalidad es adquirida, no forma parte de la conducta vital. Las figuras míticas que dicen ser inmortales en realidad están bien muertas. Solo así pueden lograrlo. Algunos construyeron pirámides. Los turistas le dan vida eterna a los faraones del antiguo Egipto. Se yerguen victoriosos. Han sido inmortalizados por generaciones y generaciones de arqueólogos.
Lo gracioso de la inmortalidad es que se vuelve desesperante. Quizás Dios quiera morir y no lo dejan, como a Lázaro. La historia lo resucita constantemente sin consultarlo.
La muerte terrible es la emocional. Allí se termina todo. Desaparece el amor, el orgullo, la vergüenza, la envidia, la codicia y la alegría... Los animales aceptan la muerte con naturalidad porque no tienen la desesperada emotividad del humano. No tienen DNI.
Envejecer es una experiencia nueva para cada individuo. No sirve ningún libro. Copiamos conductas ajenas, nos jubilamos y envejecemos de acuerdo a las normas de la Seguridad Social. Iremos a la plaza a juntarnos con otros ancianos para transitar en el hastío los últimos kilómetros de esta ruta. Seremos más viejos que ancianos. La decrepitud es contagiosa, la vejez no. Si estás entre decrépitos, lo serás también. No debemos concurrir a las plazas ni a los lugares de ancianos. Sorprendámonos de los cambios. Perdemos estatura. Miramos al sexo opuesto de soslayo... y lo dejamos pasar. Pero conser-varemos la alegría y la capacidad de asombro. Sigamos leyendo libros. No alcanzaremos a leerlos todos. No hay que descansar ni tomar asiento. Los árboles mueren de pié. La jubilación es el ingreso oficial a la vejez.
Un detalle para recordar. En la vejez se destacan claramente las personalidades y características de cada uno. El que ha sido tonto de joven, será más tonto de viejo.
Los humanos copian conductas y envejecen cuando deben hacerlo. Son obedientes. Lo hacen al unísono. Se alejan de la vida porque hay que envejecer ahora. Es la conducta a seguir. Abandonan sus ansias de vivir, se vuelven intratables y esperan los cuidados de sus hijos..
La pena de muerte tiene ventajas económicas y sociales. Es más barato ejecutar a un asesino que mantenerlo en la cárcel el resto de su vida. Claro, que el país que ejecuta a quien ha matado, no deja de cometer el mismo delito que el ejecutado. Así es la justicia humana.
En el instante del cadalso el reo no está solo. Se relaciona con el verdugo, que tampoco está solo. Los une el mismo destino. Quien se enfrenta a un pelotón de fusilamiento y los integrantes del mismo se establece un acuerdo para definir la cuestión. Es tan inevitable para uno morir como para los otros matarlo. El verdugo procura el consentimiento del condenado y el placer de ambos... En las puertas de la muerte se termina el sufrimiento y comienza el placer de devorar y ser devorado. La vida no se pierde nunca... Solo las conciencias.
Entregar algo tan valioso e irrepetible como nuestra vida, al desaforado apetito de una escenografía de políticos, religiosos y financistas, suena a suicidio, o peor aún, a estupidez.
La Matrix nos vigila. No hay nada convenido, pero está todo acordado. Una alianza que ha perdurado en absoluto silencio, siglo tras siglo. Cortan las ramas que sobresalen.
Las encuestas de opinión no son tan inofensivas como parece. Es mejor no contestarlas, así La Matrix se desorienta. No les interesa mejorar nuestra calidad de vida, sino la de ellos. Pretenden imponernos un can-didato o un producto. Ambos inútiles.
En el momento de la concepción los invitados a la ceremonia llegan puntuales: vagina, pene, óvulo y esperma. El evento es amenizado por el calor de la pasión. Todo funciona y..., el fuego se enciende. El encuentro de los genitales es la cita máxima de la Naturaleza. Un instante de puro hermafroditismo. Juntos son muy fuertes. Pero la moral vigila y los aparta.
Pasar una temporada dentro del útero, el santuario de los misterios, es una experiencia intensa e inolvidable. Claro, en algún lugar deben elaborarse los organismos. Los úteros están rodeados de vidas nuevas. No se ven, pero dan vueltas a su alrededor. Buscan un cuerpo para aparcar, lo necesitan; sin el cuerpo no son nada. Los bebés en gestación necesitan componentes. Hay faltantes. Infinidad de células humanas vuelan como luciérnagas sobre la Tierra. Esperan turno para incorporarse en el orden correcto. Quien es compatible ahora y quien después. Una tarea agotadora. Hacen cola. El núcleo íntimo de la Naturaleza toma cartas en el asunto. Aprendemos las conductas y ansiamos arder.
El pequeño individuo que crece dentro del útero tiene una intensa vida social. Las visitas del pene no se inte-rrumpen. Son recreos entre clase y clase. Hay que aprender muchas cosas sobre una sola, la vida.
En uno mismo y en el presente se encuentra la única felicidad posible. Lo que viene de afuera paga intereses. Son engaños y promesas que apuntan al futuro. Alguien se queda con el presente. No hay que exhibirla. Intentarán quitárnosla, pero no siempre pueden. Al fuego le interesa arder. Consumirse no es lo importante.
Yo he vivido ardiendo, transgrediendo y escabulléndome de los perros guardianes. Moriré de pié y seguiré ardiendo en las vidas de mis hijos a los que tanto he amado. No hace falta el cuerpo, basta la energía.
Para La Matrix, la inteligencia es como un avión en tierra... si levanta vuelo se vuelve un poderoso enemigo. El poder político necesita las masas ignorantes para que mueran en alguna guerra. Son imprescindibles.
En la escuela enseñan a los niños a ser parte de un rebaño. Le quitan cualquier vestigio de independencia. Van de un lado al otro al son de campanillas. Los padres repiten en sus hijos lo que vivieron de niños. Es posible lograr varias generaciones similares hasta que aparece algún rebelde. Entonces comienza un ciclo de libertad y esperanza hasta la próxima generación de cavernarios. Los propios padres se encargan. Ante los ojos del niño son la única verdad. La Matrix utiliza esta dependencia de los niños con sus padres para apagarles el fuego. ¿Quién podrá oprimir a una población de seres felices...?
Si los padres fueron instruidos bajo el Dios verde, enseñarán a sus hijos el Dios verde y quien recibió indicaciones del Dios azul, enseñará el Dios azul..., que en la vida en conclusión, todos sueñan lo que son aunque ninguno lo entiende (La vida es sueño, Calderón de la Barca). El niño está a merced de sus depredadores. Pero los independientes crecen de verdad. No abundan, pero son valiosos.
Había una vez corral, llamado nación... Era muy grande y estaba lleno ovejas blancas. Los perros vigilan a las negras. Nunca falta alguna que intenta pintar de negro a las blancas. A veces lo logran. Entonces, los perros, como primera medida, crucifican a la oveja negra que inició todo. Luego, terminan de pintar de negro al resto de las ovejas blancas. Entonces respiran aliviados, todo sigue igual. Ahora se dedican a vigilar a las ovejas blancas. Cualquiera sea el color de las ovejas, los perros son los mismos.
Es bueno saber cómo eludirlos. Otorgan ventaja con su torpeza y arrogancia, igual que la policía. Creen defender la ley, pero protegen a La Matrix. Custodian las puertas de los bancos como si los ladrones viniesen de afuera. Solo ven lo que les han enseñado a ver.
Un mínimo de trasgresión es necesario. La libertad es posible. La plena sexualidad es posible. Amar es posible. Criar hijos felices es posible. La fidelidad de pareja es posible. Solo hay que cuidarse de los hombres de las cavernas. De los perros guardianes. Si muestras tu felicidad te toparás con Caín.
El niño no es pertenencia de los padres. Es un nuevo ser que nace a la vida y se pertenece a sí mismo. Los padres son administradores de sus derechos, no sus dueños. Deben criarse para la vida de ellos, no para la de sus padres...
El sueño de los moralistas es una mutación genética donde desaparezca el clítoris. Es el órgano más temible. Más aún que la inteligencia.
Los gobernados que no están de rodillas e inclinan sumisamente la cabeza frente al poder, son vistos como sospechosos. Toda acción que pretenda mostrar la realidad es considerada terrorista.
No olvidemos el terror imperante en los relatos bíblicos, donde el terrorismo hace de las suyas para que el futuro judaísmo cristiano domine el mundo... Y no fue precisamente amando al prójimo. Nos asombramos de la crueldad de los ritos mayas o aztecas, pero aceptamos al dios cristiano, el mas cruel y despiadado de todos, sin hacer preguntas.
No podemos afirmar si hacemos el bien o el mal... Es lo usual, nada más.
El hombre copia muchas conductas de los animales, pero no he visto un solo animal que copie una conducta humana. Son irracionales, es cierto, pero no estúpidos.
No estamos preparados para vivir demasiado tiempo. Si la vida se prolongara, el ciclo se interrumpe y las especies se extinguen. Tampoco habría incautos. Las argucias de los depredadores, incluida La Matrix, quedarían al descubierto. Por otra parte, si no conseguimos la felicidad en el tiempo asignado será más difícil lograrla en el suplemento.
Los míticos vampiros rozan la inmortalidad por sus particulares costumbres alimenticias. Rechazan el agua, fresca, pura y cristalina. Usan la vida de otro para estirar la propia. El sueño de muchos. Los vampiros católicos optan por comer y beber la carne y sangre divinas. Un refinamiento exquisito. Caníbales o vampiros, propia o ajena, a Dios le encanta la sangre. Comiendo verduras y haciendo deportes es otra manera de llegar a él.
El mito de Jesucristo no admitía otra forma de redimir a los humanos que no fuera sangrienta. Podía haberse sublevado, como Franco y movilizar a las masas con sus discursos y milagros, que tan bien le iban. Pero la cosa tenía que ser cruenta. Sin sangre, no había redención ni cristianismo. Los que matan al que muere, también mueren.
Quien realmente necesita vivir es la Tierra... nosotros la ayudamos nomás.

VII) El Amor - El Sexo

El orgasmo es como nacer otra vez..., pero volun-tariamente. Algo más que una eyaculación. Una emoción tan fuerte es exclusiva de la vida. La primera vez que nacimos parecía que alguien nos tironeaba desde la Tierra... y allí fuimos. A los tumbos, casi a ciegas. Ahora tenemos acceso libre al útero (solo invitados). Se nace otras veces para reafirmar la existencia. La mujer abre la vulva para que el cosmos se ponga cómodo y el hombre es atrapado por un agujero negro.
Los animales se huelen los genitales, pero el humano usa DNI. Es el único que hace eso. El hombre inspira desconfianza entre las criaturas salvajes. Su presencia viene junto con el estampido del fuego ardiente que atraviesa las entrañas. Huyamos de esta criatura sin genitales a la vista..., como sus dioses. La flor exhibe impúdicamente, desnudos y sin recato, sus estambres y pistilos a la vista del universo. Todo el mundo muestra sus atributos de seducción, pero los humanos usan hojas de parra. Cosas de Dios.
El amor es como el oro en la Naturaleza. Se lo encuentra en estado puro y en cualquier lugar. Eso sí, hay que buscarlo y eso puede llevar un tiempo. También lavarlo y comprobar su pureza. Mientras el oro está en la tierra es un trozo de la Tierra, pero en las manos del hombre es un elemento valioso. La pacata moral cristiana disemina afiladas piedras en el lecho para hacer la cosa lo más molesta posible. Trasgredir normas, sin violar leyes, es una buena opción de conducta. Adán y Eva lo hicieron.
La sexualidad humana tiene categoría de arte. Nos eleva por encima de la Naturaleza y nos aleja de sus dominios. Es un instante nomás. Dejamos de ser animales reproductivos para ser artistas, cuerpos entrelazados, besos, caricias y emociones. Devotos peregrinos del cuerpo humano.
Hasta no hace mucho se acuñaban palabras decentes como esposo o esposa y otras indecentes como amante, pareja, concubinos... Unas muy indecentes eran madre soltera, transexual, gay. Aún quedan vestigios. Las conductas qué sobrepasan cierto límite decente, parecen ser trasgresoras. ¿Qué será eso? ¿Trasgresoras de qué?
Los juramentos de amor se escriben en lo alto de la catarata... y se leen en la espuma del torrente. Las leyes del querer no están codificadas. La fidelidad del otro es cuestión del uno. Hay que devorar al ser amado, así se queda en paz. Es la fórmula de la fidelidad. La furia sexual parece inadecuada en la mujer, pero natural en el varón. Pero es al revés. La fidelidad entre los amantes solo es posible por encima de la moral. Es una flor que crece en el frenesí del lecho... y en otros lugares afines. Algunas mujeres no se animan a cultivarla, creen que ocultando su lujuria protegen el hogar. Otras tienen miedo de su propio apetito sexual. Algunos hombres están convencidos que florece sola y la mujer debe ser fiel. Dudan de su virilidad y temen el deseo de la mujer. La lujuria femenina es inversamente proporcional al vigor del hombre.
A estas flores hay que cuidarlas. Razones no faltan. Lo moral es una conducta adquirida que entorpece una buena inmersión en las cálidas cobijas. Cuanto más perversas —por usar una expresión contundente— sean las relaciones sexuales, más cerca estarán de la fidelidad. La misma infidelidad puede ser una parte importante de la fidelidad. En materia de sexo todo es posible entre adultos que consienten. La mejor receta para la fidelidad es el agotamiento.
El punto máximo del sexo es cuando ambos se vuelven hermafroditas y se intercambian roles duplicados. Una pareja de cuatro. El usufructo de los genitales de uno lo tiene el otro y viceversa. No es necesario que sean diferentes. Iguales u opuestos, la cosa no cambia. Las funciones sexuales son siempre dos, como en el tango...
Los hombres —yo también— somos un montón de espermatozoides, puestos unos sobre otros, a cual más ciego y arrebatado. El pene se acurruca junto a la jugosa vagina. Siento todo lo que ella siente. Soy hermafrodita. Me desespera serlo. Debo complacer a varios genitales hambrientos. ¡Qué locura...! Cada uno son dos. Un juego de roles bisexuales. Lo heterosexual es incompleto y lo opuesto también. Lo hermafrodita es el Nirvana.
La naturaleza del macho es atender a la vagina como un artista atiende su obra... La hembra es el lienzo y los colores. El macho es el pincel.
Pero ha sido domesticado. Domesticar es enseñar una realidad ficticia, como hace La Matrix. El león domesticado cree que su hogar es la jaula. La moral ha convencido al hombre de ser un revisor de conductas vaginales, no un león.
La mujer representa el salto al vacío que debemos dar para encontrar América. El salto de fe del existencialismo según Kierkegaard.
Pero, cuando llegamos a la mujer la encontramos tan domesticada como nosotros. Ella puede cobrar por el sexo, pero no gozarlo.
Creo que Adán fue un tipo feliz junto a Eva. Quizás ella era un poco velluda y simiesca para nuestro gusto actual, pero al bueno de Adán le habrá parecido encantadora. Eso enfurece a cualquier Dios.
Los rostros con que nos cruzamos por la calle son como un tejido neuronal, forman una intrincada red social. Parecen desconocidos, pero están conectados. Parecen relacionados, pero están solos. Parecen quietos, pero tienen conductas. Hay rostros alegres, son los menos. La mayoría están preocupados, oprimidos, enfermos... . Los rostros religiosos se los conoce por esa desorbitada mirada de inquisidores que aún conservan. Escudriñan los pecados del mundo. Subrepticiamente descorren las cortinas para espiar intimidades. Son rostros fanatizados. Miran el mundo desde el púlpito. Mens sana in corpore sano, decían los romanos, aquí es al revés. Están enfermos. Concurren con frecuencia a las consultas médicas para combatir los enemigos externos. Virus y otros bichos. Algunos hospedan a sus enemigos.
La angustia de Otelo no era por la supuesta infidelidad de su mujer. Ella podía haber gozado, tenido orgasmos y disfrutado de la infidelidad. ¡Por ello debe morir...! El orgasmo femenino está celosamente escondido en la historia. Es el orgasmo de la Tierra, el gran óvulo. El varón puede fecundar, penetrar y violar. No alcanza. Hay que encender la hembra, encender la Tierra.
Las religiones son crueles con el orgasmo. Unas mutilan el pene de los niños para que no tenga dudas de su castración. Otras les arrojan agua fría en el rostro. ¿Por qué hacen estas cosas con los niños? El daño quedará clavado como un puñal en la carne.
¿Es posible, que algunos humanos, luego de circuncidar o bautizar a un niño o extirparle el clítoris o recortar los pies de una niña, puedan llamarse ministros de Dios o seres civilizados...?
¿O será que Dios los envía al mundo deformados?

VIII) La Existencia

El hombre lleva alas como los pájaros. Son para volar. También lleva una gruesa cadena junto a las alas. No es importante. Lo que hay que cortar son las alas. No se puede volar indefinidamente. Algún límite tiene que haber. La materia se opone a una libertad absoluta. La gravitación no la deja ir demasiado lejos. ¿Qué sería de las ovejas sin los perros? ¿Hasta dónde podía volar el hombre si no le ponemos límites? Claro, podría llegar hasta Dios y pedirle que se vaya.
Cuando todo era Nada absoluta, no habría Naturaleza. Si decimos nada, quiere decir Nada. La Naturaleza comenzó con el Big Bang. ¿Cómo sería antes? Pues, Nada.
En la Nada la eternidad y la quietud serían inmanentes. Sin partes ni todo, ni espacio ni tiempo, ninguna novedad, ningún día nublado, ninguna esperanza, todo eterno. Un punto inexistente de energía, angustia pura. ¿Por qué estalló entonces? La cosa tendría que ser insoportable para generar semejante explosión. El estallido de la intolerancia crea la materia, la distancia y el espacio. La conducta y el tiempo nacieron inseparables. Todas estas cosas, Naturaleza incluida, surgieron en el instante del Big Bang... ¿Cómo habrán hecho todo tan rápido si no había tiempo? Quizás el Big Bang duró miles de siglos. Quizás fueron las avanzadas del anterior universo que huía desordenadamente y encontraron un límite. ¿Cómo habrán sido los primeros segundos del tiempo? ¿Otra vez la de Adán y Eva?
Nuestro pensamiento es lo único que está del lado de afuera del tiempo. Pero, nos es inaccesible, es otra dimensión. Solo podemos pensar.
Algo sucedió. La Nada no era tan Nada después de todo. Una conducta irrumpió en la insoportable quietud y se produjo la explosión que puso en marcha el Gran Ciclo, el primigenio. Ahora las cosas duran, todo existe y no hay más eternidad, sino límites. La materia, una fugitiva de la Nada, huye velozmente, pero ya no es el infinito. Sabe que tendrá un final, un tiempo de existencia. La enorme vastedad del espacio que se está creando, terminará otra vez, volviendo todo insoportable. Poco antes del infinito la existencia encontrará el límite. No se puede volar indefinidamente. El universo se detiene, se acabó el tiempo. ¡Qué paradoja! ¿Cómo regresar, ahora? O bien, la Nada la está esperando en el punto exacto del infinito para hacerse cargo de todo nuevamente. O bien el regreso a la Nada, sin tiempo, es instantáneo. En fin..., habrá que esperar para saberlo.
Podemos imaginar que hubo otros espacios, otras Nadas y otras existencias. No hay rastros de pensamientos. Existimos en un lado del espejo, pero sin saber en cual. ¿Cómo podríamos concebir una nada absoluta? La angustia nos identifica como seres vivos, pero no como racionales. Simplemente estamos aquí... Lo que somos realmente, aún no lo sabemos. Llegará un día en que nuestra mente se libere de los límites que le impone la ciencia, la razón y la Naturaleza. Entonces podremos captar esta incertidumbre.
Nuestro planeta es la criatura viva más perfecta. Es Dios. Crea su propio alimento. Se nutre de sí misma y no se reproduce. Lo que llamamos Naturaleza es propia y exclusiva de la Tierra. Más allá rigen otras Naturalezas. No es lo mismo el carbono que el metano. Otras velo-cidades, otras estrellas, otras temperaturas, otros colores. La Tierra es única.
Nada existe sin el hombre que lo describe. Es la medida de todas las cosas (Protágoras de Abdera)… Ningún Dios puede existir sin que un hombre crea en él.
No se puede diseñar una máquina que realice un movimiento ajeno a nuestras leyes de la física. Una rueda es redonda, debe girar. La fantasía humana no deja de formar parte de lo humano... El conjunto de todas las ciencias, la sabiduría máxima que podamos lograr, no es otra cosa que la misma Naturaleza disecada. Solo la mente humana la investiga. Eso la pone nerviosa. Cada tanto responde con algún cataclismo. Es natural, a nadie le agrada que se metan a fisgonear dentro de uno.
¿Cuándo lo sabremos todo? Mientras pertenezcamos a esta Naturaleza nuestra inteligencia no podrá escapar de sus leyes. Para conocerla en su totalidad tenemos que verla del lado de afuera. Entonces veríamos la jugada que no podemos ver del lado de adentro. Quizás podamos acceder algún día a otra dimensión de inteligencia. Nuestros conocimientos han crecido enormemente gracias a una inteligencia, que no los ha acompañado. Son las cosas quienes nos ven primero..., antes de ser descubiertas. Nos la pasamos descubriendo cosas que estaban allí desde quien sabe cuándo. Tendríamos que construir un telescopio que pueda ubicarse en otra dimensión, enfocando a ésta.
Podemos diseñar un extraterrestre lo más fantástico posible, pero siempre sería una fantasía humana. No nos atrevemos a salir de lo humano o de la Naturaleza. Otras formas de vida pueden ser entidades imposibles de concebir. Por el momento necesitamos de nuestros cinco sentidos, pero es posible que el cuerpo no sea necesario, ni lo racional ni las magnitudes. Con los sentidos y la inteligencia sería suficiente. Después de todo el cuerpo es el soporte de los sentidos, no es tan importante. Solamente sirve para ir de un lado al otro y consume mucha energía. Ni siquiera podremos afirmar si un ser está vivo, el día que encontremos uno. Si una criatura en el Universo nos está observando, quizás solo sea un pensamiento, o una nube de gas, o una gelatina. O nada de eso. Quizás no sepa que es la vida...
Una posible vida extraterrestre puede ser solamente emocional, sin cuerpos. No necesariamente será nuestro enemigo y quizás no se organice socialmente. Es posible que se oculten de nosotros. La guerra ha sido siempre una contienda entre humanos, pero una imaginaria guerra interestelar sería la única con un mínimo de sentido.
Podemos ser dominados por una civilización exclusivamente digital traída a la Tierra por Internet. La vida química frente a la vida digital tiene tantas desventajas que ni será tenida en cuenta. Nadie se ocupará de millones de cuerpos humanos en descomposición. Los seres digitales —los nuevos dueños de la Tierra— carecen de olfato y de sentidos. Internet conduce.
Sabremos si hay alguien vivo en el Universo si percibimos su angustia... Nuestros científicos diseñarán antenas para captarla. Es lo único que universaliza el universo. Nos alegrará compartirla. Los seres fantásticos, como el Pato Donald, fueron creados a imagen y semejanza del hombre. Sufren lo mismo..., aunque resuciten constantemente. ¿Por qué sufre el Pato Donald si nunca muere ni envejece? Debe ser porque es humano.
Un cometa de hielo, que pasea por el espacio, es un cuerpo que huye velozmente de las leyes de la materia. Ha sido engañado. Cree que se aleja, pero vuelve. El preso que se fuga lleva la condena consigo. Puede salir, pero no irse. Queremos captar señales inteligentes. Si otros seres son inteligentes, es probable que no les interese enviar señales en esta dirección. Yo no lo haría.
El hombre del siglo XXI, el de la psicología, no está preparado para una versión de la vida diferente a la propia. Las emociones, que nos acompañan a diario, nos permiten una conciencia de nosotros mismos..., que también puede ser real. Lo emotivo tiene tanta importancia como lo racional, o más. Es la excepción, la probabilidad, la incertidumbre. Hasta podemos considerarlas magnitudes pasibles de ser medidas por mecanismos creados artificialmente. Nuestra ciencia ha desnudado una buena parte de la Naturaleza, pero la sapiencia racional no nos brinda un destino comprensible. Lo imprevisto acecha. Para vivir en la realidad es imprescindible la angustia, lo emocional. Luego podemos pensar.
La Naturaleza ha organizado bien las cosas. Sus criaturas sufren la incertidumbre de existir pero no se apartan del ciclo de vida y muerte. Solo una resultó desconforme y pretende cambiarlo todo. Hemos incordiado a la Naturaleza por siglos. No nos quiere. Cada vez las agresiones son más dañinas. La respuesta, cuando se produzca será definitiva. Simplemente seremos borrados del Universo. Dejemos de lado a esa Naturaleza hostil y creemos una a nuestra imagen y semejanza.
Inevitablemente terminaremos matando a todos los animales que no sean comestibles. Los zoológicos del futuro serán exclusivamente digitales. Los visitantes podrán ver en vivo una manada de leones o jirafas en acción e interrelacionarse con ellos. Ninguno estará vivo. Quizás el visitante tampoco.
El suceder de nuestra conciencia en el universo, nuestra vida, es lo más valioso. Un hombre por vez, un dinosaurio por vez o una hormiga por vez. Esa es la vida individual. La que nos gusta.
El tiempo y la existencia se presionan y culpan mutuamente. Son la conciencia. Se crean al unísono, siguen juntos y desaparecen juntos. Suceden de manera desesperada y hacen de nuestra existencia una realidad sospechosa...
Hace unos años mi hija, por entonces pequeña, me hizo esta pregunta... ¿Cómo sabe la Naturaleza lo que está bien y lo que está mal....? Pues, hija, ni se lo pregunta. Los sucesos simplemente ocurren. Un volcán puede sepultar a miles de personas y, al día siguiente, sale el sol radiante... El Bien y el Mal de los hombres es una apariencia de La Matrix. Se recurre a ellos para organizar la vida ajena, pero son inútiles si se trata de la propia. Un país aturde de misiles a otro y siembran muertos por doquier. Al día siguiente sale el sol radiante.
Podemos diseñar un sistema humano propio. Sin contenidos místicos o salvajes. Ajeno a la Naturaleza y a los demás seres vivos que la componen. Para ser civilizados, tal como nos llamamos a nosotros mismos, debemos dejar de ser animales.
En el mundo de la Naturaleza solo existe la materia, sólida, líquida, gaseosa, viva o inerte. Muerto no hay nada, todo está en proceso; una bulliciosa mezcla de conductas. Solo la conciencia desaparece con la muerte. No deja rastros. Salvo que haya escrito un libro o compuesto una canción,. Nos pasamos la vida buscando un DNI, un documento que confirme nuestra existencia. Estar vivos no basta.
Hay una muerte natural sencilla y simple. Dejamos de funcionar. También hay una muerte cultural. La caída estrepitosa del cuerpo en la tierra y el regreso al mundo del carbono. Parece un castigo —otra genialidad de ese animal que construye cementerios y pirámides para esconder el terror que le acompaña en la vida—, pero es parte de un ciclo. Nuestro cuerpo, tan gallardo, se transforma en sustancias que forman un nuevo cuerpo con otras sustancias extraídas de otros cuerpos. Una promiscuidad espantosa entre vida y vida. El Papa no lo sabe.
Vivir es cosa de cada uno. Un humano por vez..., un dinosaurio por vez. No hay otra chance. A los toros se les aplica grasa en los ojos para dificultarles la visión de la realidad. A nosotros también. Es lo que hace La Matrix. Representamos la vida. Pero la que ponemos en escena es la nuestra. La que se pierde también. Cuando cae el telón, ya hemos desaparecido.
La vida es el período de tiempo que ocupamos en el planeta... Nuestro turno. Hay que aprovecharlo antes que caduque. No tiene sentido perder tiempo adorando dioses o demonios.
Debemos obtener felicidad para nosotros mismos y no dejarnos explotar para la de otros. La economía actual no es más que una forma moderna de esclavitud. A medida que avanza la civilización aumenta la explotación.
¿Qué es la felicidad? ¿La ausencia del miedo? ¿Tener una inmensa cantidad de dinero? ¿Una salud constante, previamente pactada ... no se sabe con quien. ¿Ser poderoso y dominar a otros? ¿Disfrutar de los instintos?
Creo que debe ser un punto de equilibrio equidistante de todos los instintos.
¡Sufro, luego existo...! La angustia es la primera conducta, la capacidad de estar vivo. Cuando toca nuestro turno hay que hacer el trámite completo. Otro turno no se consigue. Solo viviendo, se sale de la angustia. Cualquiera sea la forma que se adopte, hombre, insecto o planeta, siempre se está en libertad condicional. Una piedra puede dejar de ser piedra en cualquier momento.
No hay nada vivo que no pueda ser convertido en petróleo. Los formidables dinosaurios parecían tan indestructibles, que el hombre no hacía falta. El devenir del ciclo de la destrucción y la vida fue pasando de criatura en criatura hasta llegar a esta forma humana de la que aún no sabemos su futuro. Hasta el momento, nada lo diferencia de otras especies anteriores y creemos que logrará su propia destrucción. La inteligencia no es suficiente para desarrollar ideas inteligentes. La Naturaleza experimenta por sí misma. Cada especie crece, se destruye... o enfrenta su propia mutación.
Nuestro planeta, la Tierra, al que mortificamos sin pausa, no se dejará devastar por el hombre. Conservará la materia viva que necesita para sobrevivir en el cosmos. Defenderá a rajatablas su atmosfera, sus filtros de ozono, sus selvas y océanos. Continuará siendo el mismo de siempre, azul, rebelde y solitario. Así es la Tierra. Aún soportando el daño que le causa el hombre, es feliz con sus criaturas. Carece de madre, pero es la madre del resto. Nos deja hacer. Pero no es nada tonta. Espera que desaparezcamos por nosotros mismos. Es probable, que si continuamos dañándola como lo hacemos, nuestra especie dejará su lugar a otras menos perniciosas. Seremos petróleo..., racional y de buena calidad. Pero nadie lo sabrá.
En el pequeño lapso entre la vida y la muerte ocurre la historia humana. Suficiente para cada uno. No tiene sentido vivir muchos años, seríamos viejos aún siendo jóvenes. Nuestra vida se prolongará si hay algo importante que hacer... y necesitemos tiempo suplementario.
El hombre existía en la Tierra antes que Dios lo creara. La salvaje realidad de la Naturaleza le infundía terror y eligió recibir la vida de otro lado. Creo que fue lo único que realmente eligió el hombre, desde entonces comenzó a optar entre lo que otros elegían. Así comenzó La Matrix, Dios fue el primer componente. Desde entonces se acumularon fantasías, fábulas y leyendas y el hombre perdió la independencia. Tal es el significado del mito de la creación. Pero aún estamos a tiempo. Hemos aprendido.
El instante de la concepción es espantoso. Una lucha desesperada de los espermatozoides frente a la arrogante pasividad del óvulo. ¿Lo masculino es más terrible que lo femenino? El desgaste es mayor, millones de espermatozoides son puestos en acción; arrollan sin mirar. La invasión es apabullante aunque las bajas sean millonarias. El óvulo carece de una certeza absoluta de ser fecundado, pero sus expectativas de lograrlo son inmensas. Se apodera del único sobreviviente que lo penetra en solitario. Lo hace golosamente aunque no sea necesario, no tiene escapatoria. Es el apetito femenino.
Lo femenino es un ardor insaciable oculto en la Naturaleza. No es político sino genital. No busca dominar, sino devorar. Dios lo sabe y persigue a la mujer, le teme. El holocausto de lo femenino no ha sido publicitado, está escondido en la historia. Todas las religiones necesitan domeñar a la mujer. La igualdad de los sexos es solamente cultural. En la Naturaleza, uno de los dos prevalece.
Dios no puede hacer nada con la mujer que le ha desobedecido. Es como un marido cornudo. Aunque se canse de azotarla o la mate, nadie le quita los cuernos.
En los tiempos primitivos la mujer sería un espectáculo terrorífico para nuestros antecesores. Peluda, bestial, agresiva, en celo permanente, chorreando sangre cada 28 días, persiguiendo a los machos y expulsando un cachorro cada tanto. Tenía el poder de la vida, de los penes y de la tribu. El macho reparó en la dependencia de su pene y tuvo miedo. Para invertir los papeles —en público por o menos— fueron necesarios muchos siglos.
Dios no se lleva bien con las mujeres. No le hacen caso. Los dioses que conocemos carecen de pene y no se acercan a la vagina... ni la miran de lejos. ¿Están castrados o tienen otros intereses? Utilizan intermediarios para los apareamientos celestiales. Ningún dios —antiguo o moderno— se anima a fecundar a una hembra a lo bestia. Ahora bien… ¿cómo hacen las palomas? Los especialistas en inseminación artificial deberían estudiar sus métodos.
El individuo y la especie están relacionados. En el conjunto de espermatozoides, que asedian al óvulo, hay uno que los llevará al éxito. Supone el triunfo... y la muerte del resto. Los sobrantes de los procesos nupciales mueren felices. Una actividad religiosa los une en un solo objetivo. El gol lo hizo uno, pero el éxito es del equipo. Esto es la religión, al fin de cuentas.
Venimos de la caverna. El terror de lo desconocido es la primera lección. No sabemos si estamos vivos, pero ya tenemos miedo. Cualquier célula que pueda mirar hacia atrás, diría con seguridad... ¡Qué susto...! La angustia y la teta. No es posible una sin la otra.
No se nace sonriendo... El momento más intenso es el encuentro con quien nos precedió en el camino y que solemos llamar madre. Es el instante de la identificación. Dos núcleos oscuros que se reconocen. Los acompasados latidos son el único lenguaje. Una música que identifica a los seres vivos. Entonces se puede sonreír.
No queda otra alternativa que reproducirse. No conozco otra tarea que podamos realizar mientras estemos vivos. Al menos que sea importante.
El hombre está inmerso en la trampa emocional de su existencia. ¿Qué hacer? Muy sencillo, pasársela a Dios. Una entidad extraña que puede hacer de todo, pero no puede dejar de hacer algo. Puede amar, pero no sufrir. Tiene que ser siempre todopoderoso. No puede fumarse un cigarrillo a la luz de la luna. No puede dejar de ser Dios... ni reproducirse. Un extraterrestre. Esas son las características que el hombre necesita para tener un Dios... como Dios manda.
No debe ser nada agradable ser Dios. No le envidio la suerte. Su propia existencia lo agobia. El hombre es más afortunado..., puede morir y reciclarse. Dios no puede ser otra cosa que Dios y tampoco puede suicidarse... Sería una paradoja existencial y de las buenas.
¿Qué hizo la buena de Eva...? Lo que quiso..., como todas las mujeres... Optó por la vida, prefirió a la Naturaleza y rescató a la raza humana. ¿Qué hizo el bueno de Adán...? Lo que ella quería..., es lo que hacen todos los hombres.
¿Qué otra cosa puede hacer un hombre frente a una mujer desnuda con una manzana en la boca y una serpiente en la cintura...? No es para dejarlo pasar. Eva eligió con sus genitales. La primera brújula de la historia fue el miembro erecto de Adán apuntando a Eva. ¿Cómo sería la cosa si hubieran obedecido a Dios...? La inteligencia humana no habría pasado del nivel de una ameba. No existiría el pecado, ni el sexo y ninguna de las contradicciones que hacen tan fascinante la vida. Lo peor es que nadie miraría a la mujer del prójimo. ¡Gracias Eva...! ¡Gracias Adán..!. Son nuestros auténticos salvadores. Les debemos la alegría, el sexo y la pasión.
El que vino después no fue para redimirnos de nada, sino para restaurar el antiguo esquema de poder, La Matrix. La libertad del hombre y la mujer eran intolerables.
Ahora bien. ¿Para que precisamos dioses habiendo mujeres sobre la tierra? Hemos ocupado el mismo útero y mamamos de los mismos senos. El Papa, Hitler y yo. En las más antiguas mitologías las diosas eran vírgenes. Los libros sagrados no mencionan a la jugosa y fresca vagina por donde han pasado todos los seres humanos. El lugar de las más fascinantes tertulias de la historia. Tampoco se ven diosas o santas haciendo el amor o besando a un hombre en la boca. ¿Así será la santidad? Tienen caras de chicas buenas.
¿No sería útil para el cristianismo someter a Dios a una terapia psicoanalítica? Sus relaciones genitales están en las sombras. Un padre sin pene, débil e iracundo. Una mujer asexuada y una paloma que se las trae. Hay tema de sobra.
El demonio sabía muy bien lo que hacía. La mujer pecadora es la más excitante. Podía haber seducido a Adán e inducirlo al pecado, pero no tendría emoción. En todo culebrón la malvada es de rigor. El cristianismo tiene los elementos imprescindibles de todo buen culebrón.
No piensen que solo mencionamos a las lindas... La mujer es hermosa cuando un pene erecto le rinde homenaje. Basta con uno solo.
No hay certeza de existir, pero tampoco de no existir. Somos un ciclo dentro de otros ciclos, parte de un voluminoso equipaje. Vamos de un lugar al otro como un cepillo de dientes en una maleta.
Necesitamos algo que no participe de ningún ciclo, que realmente exista y sea eterno. Un Dios, por ejemplo. Ahora bien... ¿Para qué hace falta algo eterno en un ciclo del cosmos que oscila entre el ser y la nada...? O bien fluye a la existencia o bien hacia la nada. Pero el Dios elegido por el hombre no fluye, no envejece, no participa de ningún ciclo, ni siquiera del bien y el mal y no hace nada. Solo el hombre plañidero lo reclama. Si el Universo activo forma un ciclo donde la existencia absoluta es incierta, la presencia de Dios es un grano extraño. Mejor que no aparezca.
Las criaturas de la Tierra se han puesto de acuerdo en aceptar la muerte y devorarse entre sí. Concurren a una especie de mercadillo donde se intercambian unos seres vivos por otros. Así funciona la Naturaleza, salvaje pero equilibrada (más o menos). Los unos, que se comen a los otros, son comidos por otros unos y vuelven a ser unos y otros. Alguien se come a alguien. El hombre parece que se los come a todos, pero termina devorado por su propia especie. Es devuelto a la tierra para ser parte de los unos... o de los otros.
La Tierra conserva su patrimonio. La materia viva es siempre la misma. Cuando no hay dinosaurios, sobran humanos. Una especie crece a expensas de otras que desaparecen. Todos toleran este sistema. Saben que no viven ni mueren. Son parte del ciclo digestivo de la Tierra. El único planeta vivo del universo..., pero no estamos del todo seguros.
Si el hombre no controla su expansión demográfica, la Tierra se ocupará de hacerlo. El nuevo dinosaurio de dos patas, que agota las reservas energéticas, desaparecerá y su lugar será ocupado por especies que no dependan de su propia desesperación. Los dinosaurios no fueron los únicos incapaces de conservar su hábitat. El humano sigue sus pasos.
La inteligencia no es un don recibido del espacio ni un eslabón perdido, sino consecuencia de la propia angustia, el resultado de la desesperación. Sufrir es una constante. No solo estamos frente a un homo sapiens, también ante una criatura aterrorizada, que no podía evitar nacer o morir. La incipiente inteligencia se habrá encontrado en zonas muy peligrosas. Era tan terrible avanzar como retroceder. Todo lo que al hombre le afligía, en la Naturaleza era cosa de rutina. No se atrevió a salir de ella ni a desafiar la muerte. Optó por crear una figura incierta que explique todo lo cierto. El sol o la luna habrán sido los primeros en recibir las preguntas.
No puedo afirmar si sirve o no ser inteligente. La irrupción de La Matrix y el estilo de vida representativo alejaron la realidad de nuestra civilización. Esta puesta en escena de la vida fue producto de la misma inteligencia. Esta vez lo hizo para obtener poder y riquezas. Así se sentiría más fuerte para vivir en la misma desesperación de siempre. No dejaría de lado la angustia, pero obtendría las mejores presas. Montó un decorado y la inteligencia, que puede llegar muy alto, se quedó en el escenario. Vaya donde vaya nunca sale del teatro. No obstante, se sigue llamando especie humana. Si viviéramos nuestra realidad tangible, sin agregados culturales, dejaríamos de ser una especie animal y formaríamos una sociedad humana. Libre y civilizada de verdad. No necesitamos escenarios ni directores para vivir nuestra propia realidad.
Quizás otros ciclos cósmicos hayan formado anteriores universos, que se expanden, vuelven a la Nada... y vuelven a expandirse.
Los mayas establecían ciclos de 5125 años en que las cosas empiezan a repetirse de distinta manera. En el interior de esos grandes ciclos suceden otros que están más cerca de nosotros. Los Saros de nuestra cultura son ciclos de 6585 días en que la Luna y la Tierra regresan a la misma posición y se pueden predecir los eclipses. El 21 de diciembre de 2012 ocurrirán grandes cosas según el calendario maya. Registraron esta fecha como 13.0.0.0.0, el último día del decimotercer baktún (período de 400 años). Probablemente esas grandes cosas no sean tan terribles como se espera. Casi seguro será el inicio de una nueva era.
Una gran cosa que está sucediendo, y aún está en pañales, es Internet. La nueva era sería la sociedad digital. La humanidad unida en una sola tribu. Lo que no pudo Dios lo puede Internet. ¿Se jubilarán los dioses envejecidos...? ¿Qué sucederá con tantos gobernantes agotados...? El final de la llamada democracia representativa está a la vista. No hace falta.
La incertidumbre indica que hubo y habrá otros ciclos. Los de la Tierra parecen ser de fuego. Repetimos la historia mucho más rápido. El núcleo oscuro del hombre habla de vidas pasadas y sugiere las futuras. Estamos en cada uno de los gusanos y ellos están en nosotros por millones. Somos siempre los mismos. El todo viviente son trozos de cadáveres.
Civilización de verdad es apartarse de la Naturaleza. Tomar el control de nuestro propio atavismo. Si sabemos conducir un coche, un avión o un navío... ¿Por qué no podemos conducirnos a nosotros mismos? ¿Por qué no podamos tener otras conductas que no sean las de la Naturaleza? No importa con tener miedo de existir, basta con saberlo. La actual estructura social humana es la misma que la de cualquier manada de primates, lobos o leones. Somos animales, partes de una especie y nos conducimos como tales. Siendo civilizados no precisamos las mismas escalas jerárquicas que una manada de lobos u orangutanes, pero las tenemos y las ejecutamos. Hemos creado un poder de machos dominantes, externo a nuestra realidad y que nos oprime. Como cualquier otro, está basado en la fuerza... a la espera de ser vencido. Esa es La Matrix. Civilizar es dejar de ser animales por propia decisión. Seguir como somos, pero mejores. Hacer lo mismo, pero de verdad. Amarnos los unos a los otros, compartir este planeta, dictar leyes creíbles y difundir conocimientos. No reproducirse más allá de los recursos solo porque dioses y empresas necesiten consumidores. El exceso de población nos desespera, pero a ellos, cómodamente instalados en las oficinas más altas del mundo, los enriquece.
No consumir productos de empresas caníbales. Negarse a ser manipulados por entidades rapaces, que manejan mucho dinero y pretenden dirigir nuestras vidas. Adán y Eva son los únicos humanos fuera de La Matrix. Imitémoslos.
Podemos cantar la misma zamba con otra letra... La basura y la riqueza, se van por la misma senda; la basura es de nosotros, la riqueza es ajena.
La Tierra está siendo expoliada por las grandes corporaciones. Ellos tendrán sus mansiones equipadas con costosos sistemas de purificación. Las enormes cantidades de basura que producen nos las dejan a nosotros.
Es tiempo de tomar el mando de nuestro propio barco, que navega sin control por el espacio. Ni las empresas, ni los gobiernos ni las religiones han sabido, hasta ahora, aportar un grano de tierra limpia a la Tierra. Si la tripulación no sirve, sustituyámosla. Por ahora todo esto está lejos de la realidad. Pero es el futuro, sucederá tarde o temprano.
Comenzaremos a ser nosotros mismos cuando comprendamos que lo realmente necesario para vivir es muy poco, que no debemos nada a nadie, que ningún Dios resuelve nada y la vida fue un hallazgo que encontramos en el camino… Nos ha tocado el premio mayor de la Lotería Cósmica. Civilización de verdad es lo opuesto a la civilización que conocemos. Una es la realidad y otra el decorado.
Internet nos ayudará en retomar el mando. Actualmente, a modo de ejemplo, vemos que muchos medios, por motivos publicitarios, hacen encuestas instantáneas a través de la Web. Inexorablemente la gente se preguntará por qué tenemos que salir de casa y votar a los mismos mercenarios de siempre, pudiendo sancionar nosotros mismos las leyes. Inexorablemente, la inutilidad de los partidos políticos quedará expuesta.
Pese a nuestros adelantos científicos el misterioso núcleo de la vida permanece tan oscuro como en sus orígenes. Compartimos conductas fundamentales con otros seres vivientes, pero nadie comparte con nosotros conductas humanas. Después de recorrer ese largo camino que llamamos evolución, construyendo rascacielos y aviones, escudos y espadas, leyes y delitos, hemos logrado la misma felicidad de un pajarillo al salir del huevo... Frente a frente, él y nosotros, a pesar todos los misiles que hemos disparado, no tenemos diferencias importantes. Los humanos vivimos en un escenario y el pajarillo en la realidad.
La inteligencia humana es consecuencia de la terrible desesperación que nos domina. Así comenzó la historia. Sabemos muchos misterios de la materia y muchos del espacio. Hemos estudiado a la Naturaleza en nuestro afán de encontrar un lugar libre de acechanzas. Pero sabemos menos de nosotros mismos que el pajarillo de sí mismo. El sabe que su vida tiene momentos de cantar al sol y momentos de huir del gavilán. Y el gavilán sabe lo mismo. Solo el humano vive desesperado.
La Matrix nos induce a ser más, disfrutar menos y dañar la Tierra. ¿En cuántos lugares se encuentra un planeta como éste...? Hasta donde llega la tecnología actual no hay ninguno. La extraña combinación de gases y temperaturas que dieron origen a la vida puede ser irrepetible. Ahora, que la inteligencia se encamina a comprender nuestra relación con la Nada, sabemos que este planeta puede ser único. Imaginamos muchas cosas, pero, afuera, hasta ahora no vimos ni una célula. La Tierra es nuestro útero. Hay que cuidarlo como a cualquier útero que amamos. Aunque accedamos a otros mundos y habitemos en ellos, la desesperación no nos abandonará. Si salimos de este Universo, saldremos hacia la Nada. Del arrogante humano, que se creyó dueño del Cosmos, no quedara ni el recuerdo. Como si jamás hubiera existido. Perder nuestra orgullosa historia sería lo mas terrible.
La máxima ciencia que podríamos llegar a aprender no va más allá de la propia Naturaleza. Allí están los secretos de la materia, de la vida y la energía y todas las combinaciones químicas que podamos estudiar. ¿Qué sucederá cuando sepamos todo? ¿Seremos por fin los dioses de nosotros mismos? Todos los secretos estarán a la vista... ¿Podremos comenzar a crear? ¿Diseñar universos y naturalezas para fines determinados? ¿Combinaremos átomos, células y moléculas para formar otras Tierras y otros hombres a nuestra imagen y semejanza? Tenemos a nuestra disposición más elementos para crear un universo del que tuvo la propia Naturaleza para crear el suyo.
Prácticamente todo estalló como una caja de sorpresas y las cosas tuvieron que ser hechas a la disparada. Así quedaron.
Cuanto antes salgamos del escenario veremos las cosas tal cual son y eso nos traerá muchísima alegría. Las ideas de corte místico que aparecieron para ayudar al hombre, en realidad lo devoraron. Es inconcebible que sigamos creyendo en un escenario puesto solamente para ordeñarnos. Pero, sea cual fuere el escenario, en nuestro interior hay una alarma que se activa con la realidad. Prestémosle atención.
Podemos hablar de materia emocional aunque suene extravagante. Una explosión de la magnitud del Big Bang, que no necesariamente debe haber sido tan grande como imaginamos, pudo haber sido causada por una singular forma de desequilibrio. La Nada se hizo intolerable y generó una conducta... explotar. Nuestra física solo acepta lo que puede medir, no admite la angustia, pero si existió el Big Bang es que fue necesaria una conducta. Algo sucedió.
Elegimos el camino equivocado creyendo que era el correcto. Debemos superar a la Naturaleza. Ser una sociedad y no una especie. De lo único que tenemos certeza es de estar vivo en un instante. No sé quien soy ni si realmente existo, pero estoy vivo ahora. Cualquiera sea el sentido de la vida no tenemos mejor opción que vivirla. Ingresemos al fuego. Lo más importante de estar vivos es arder, consumirnos. Lo que no se consume, no se recicla.
Cuando muera el último ser humano habrá dos opciones: si no sabe que es el último simplemente desaparecerá como uno más. Pero, si de alguna manera lo sabe, la angustia habrá terminado trágicamente, la pérdida de la historia será aterradora. No quedarán testigos de esta gente inteligente que inventó dioses y demonios. Nadie lo sabrá.
Imaginemos el final. La raza humana sucumbe misteriosamente como los dinosaurios. El código genético se ha perdido. Otra especie ocupa su lugar. Las bibliotecas, laboratorios y fábricas permanecen incólumes a la luz del sol. Una nueva raza ingresa a las ciudades. No sabe leer ni le interesa el tema. La Naturaleza ha triunfado. No solo se ha desprendido del hombre sino también de su complicada historia. Los nuevos individuos, peludos y bestiales, husmean por las calles alimentándose de los cadáveres humanos. Ignoran las universidades. Los ordenadores continúan encendidos. Los robots siguen funcionando. No son comestibles.
Cuando un tiburón devora un pez, éste se va transformando en tiburón a medida que deja de ser pez. Por un lado pierde la angustia del pez pero adquiere la del tiburón y éste incorpora la del pez. El tiburón ha sumado la de la víctima. Ejercer el poder es inevitable. Donde existan dos criaturas vivas una tendrá que imponerse sobre la otra. Siempre hay un humano que ejerce poder sobre el otro..., aunque se amen. No se salvan ni los dioses.
Las masas humanas de La Matrix se consumen en la periferia. Los muertos de la historia. Las cifras de las estadísticas. Las bajas de las guerras. Los padres de otros. Los hijos de otros.

IX) Religión y Familia

¡Qué suerte! Dije cuando supe la realidad, luego de vivir engañado desde niño... puedo hacer lo que quiera y Dios no me ve.
Obedeced a Dios!, dicen los religiosos..., como si él supiera lo que hay que hacer.
¿Dios sufre..? Dicen que nos ama. Si ama debe sufrir también; pero no muestra ni una cosa ni la otra. Parece desprovisto de la angustia del hombre, pero sabe de su presencia. Sabe de la desesperación humana, pero le es ajena. No hace nada. Carece de conducta. Se la pasa contemplando el Universo. No se interesa por la desesperación del hombre, pero sí por sus pecados. Tampoco se muere..., pero nosotros sí. ¿Necesitamos realmente semejante Dios?
Cuando la sangre derramada es mucha cantidad, los orgullosos humanos se pasean sobre ella. Quienes predican no matar a uno; predican matar a unos cuantos. Si matas a uno solo Dios te castiga. Si matas a muchos te premia con la victoria. Un muerto nos acongoja, muchos muertos nos alegran: hemos vencido.
Al preguntarle a una persona desconocida si es religiosa... suele responder más o menos así: No soy religioso, pero creo en la existencia de un ser superior. ¿Por qué el humano cree imprescindible la presencia de un ser superior? ¿Nos somos los primeros en la escala biológica de la Tierra? ¿No basta con el mismo humano? Quizás se sienta inferior porque durante siglos ha sido educado como tal.
Ya que hemos creado a Dios podemos echarle una mano con algunos problemas que no puede resolver y que no son pocos. Fuimos más que bondadosos resucitando al crucificado... ¿Cómo debemos, en pleno siglo XXI, rediseñar a Dios para seguir creyendo en él, antes que desaparezca en las fauces de Internet...?
La existencia de Dios sin el hombre sería insípida y aburrida. Ningún animal salvaje lo conoce. En caso de verlo, a lo sumo se preguntarían si es comestible. Ni él mismo sabría que es Dios si no estuviera el hombre, el único que le rinde culto. En medio de tanta soledad perdería todo vestigio de identidad y terminaría dando vueltas alrededor de alguna cosa más grande.
Es más lo que Dios nos debe que lo que creemos deberle. Las plegarias son, en realidad, reclamaciones de viejas deudas contraídas con la humanidad. Debería estarnos agradecido.
Queremos un Dios amigo, que cuando somos niños nos abrace con ternura y, ya de adultos, nos juntemos cada tanto a compartir una cerveza y charlar de las generosas curvas con que ha dotado a nuestras bellas mujeres. Podríamos felicitarlo por eso. No es necesario que se esconda en enormes iglesias con olor a incienso. Lo preferimos en la mesa de un bar.
Abraham alzó el cuchillo sobre su hijo Isaac por orden de Dios. Quería ponerlo a prueba. Eso de probar a sus fieles es típico del dios de la Biblia. Nadie más inseguro que él.
El cristianismo muestra la imagen de un Dios padre ceñudo e irascible. Sus castigos son tremendos. Nunca está desnudo, pero su apariencia vigorosa y su fiera mirada inducen la presencia de un pene enorme y poderoso. Así se imagina uno el de su propio padre. Pero no sabemos si Dios, o alguno de su familia, lo tienen. Papá sí.
En realidad es una entidad torpe, impotente e insegura. Carece de auto estima. Su autoridad emana de los terribles castigos..., que no puede aplicar. Carece de erecciones y su relación con el útero es conflictiva. Se reproduce de una manera indirecta. Necesita emisarios para llegar a la vagina.
Como compañera de semejante entidad, aparece una mujer sumisa, casta y asexuada. No es dueña ni de su propio clítoris. La Gran Esposa, la Gran Madre. Todo lo opuesto a Eva. Esa débil mujer es fecundada por una paloma portadora del semen divino. Nunca un gavilán. No se ve más nada. Ni de donde sale la paloma ni el destino de su vuelo.
Si a Eva se le aparecía semejante paloma en su camino seguro que la tomaría a risa. Ella prefiere el pene..., que no vuela. Adán y Eva visten las hojas de parra. Sus genitales habrán sido impresionantes para asustar a Dios. ¿El pene o la vagina...? La mitología judía arremete con los dos. Un pene o un clítoris erecto indican poder, libertad, anhelos, decisiones, goce... Dios no soporta los genitales humanos. Son omnipotentes.
La pérdida de la identidad con nuestros padres es otra gracia que le debemos al cristianismo. La familia cristiana, la que vemos por las calles, es tal cual la representan en la mitología. Un padre impotente envía a su obediente hijo a morir por sus errores. Una mujer asexuada y sometida a los deseos de su señor, tal como manda la Biblia. Sabe parir pero no concebir. Un hijo que no ignora los calores del sexo, pero no se atreve a mirar su entrepierna, temeroso de no encontrar nada. Lava entonces los pies de la mujer pública, pero no se acuesta con ella... Es la astucia del cristianismo. Todas apariencias y ninguna realidad, como La Matrix. El padre impotente ordena la inmolación de su hijo.
Según diría Salomón, la típica conducta de quien no es el padre de la criatura. Ningún enviado de Dios vino a la Tierra por los pecadores, sino para restaurar la debilitada autoridad paterna. La catequesis aleja al niño de sus padres. Le dicen que es hijo de Dios, sin agregar nada más. Así es la crueldad del cristianismo. Freud vino después.
El ángel de la guarda es otro mito del catolicismo con que engañan a los niños. Este ángel es como la policía. No te protege a ti, protege al poder. Se asegura que no te salgas de carril. Es un espía. Un personaje siniestro que se alimenta de tus temores. Un virus en tu sistema operativo. No se ocupa de la justicia, sino de controlar tu vida privada.
En la literatura el personaje que se vende al Mal obtiene muchos placeres en la Tierra... y al final, el fuego. Ardes en esta vida y en la otra. En cambio si te vendes al Bien, te aburres en esta vida y en la otra. El Bien y el Mal, de última, son una cuestión de marketing. O le vendes el alma a uno o al otro. Los compradores de almas pululan por todo el planeta. Siempre la vendes. La cuestión es el precio.
Las ofertas de ayuda espiritual son abundantes. No hay que confiar en alimañas religiosas que brindan protección. Son cazadores de incautos, lavadores de cerebros. Os quitarán el placer. Amparados bajo imágenes de ángeles guardianes te identifican y rotulan. Las religiones son una organización policíaca que controla la intimidad de las personas. Sirven a La Matrix.
El cristianismo se hizo salvaje para sobrevivir y no lo consiguió amándose los unos a los otros. Más bien matando a unos y a otros. Los mismos métodos de sus antecesores.
La belleza del cuerpo no está bien vista por la moral cristiana. Según la Biblia, Caín mató a su hermano Abel por ser bello. ¡Qué malvado era Caín...! Pero la moraleja es otra..., mira lo que pasa por ser sano y hermoso.
No teman que vuestro cuerpo sea fuente de placer y de salud. Nada de eso hay en el espíritu, todo está en el cuerpo. El alma también. Los demás no importan, son el público. Sabemos que su pulgar sube o baja según la calentura del momento. No confíen en el público, son los descendientes de Caín.
El amor, la angustia, el arte, el sexo... Las emociones suceden en el cuerpo. Estamos vivos. Una ocasión única. Siempre somos uno por vez.
La mayoría de las relaciones en la vida son circunstanciales. La de los padres con los hijos tiende a la independencia. La relación con la pareja apunta al futuro. La relación entre hermanos dura toda la vida. Solo los hermanos escriben juntos la historia. Gracias al cristianismo esta relación está severamente afectada. Como todas en las que ha intervenido. El cristianismo pone en duda todo lo humano. En una familia cristiana nadie es digno de crédito.
El episodio de Caín y Abel no puede ser redactado al revés. Para que tenga el sentido bíblico que tiene, el mal debe prevalecer. La mitología judeo-cristiana predica el amarás a tu prójimo a la vez que te dice, cuídate de tu hermano. Si debemos elegir una mitología maligna, capaz de introducirse —sin ser invitada— en el seno de una familia para destruir la unión del padre, la madre y los hermanos..., ésta es la judeo-cristiana.
La religiosidad estaba presente en los seres vivos mucho antes de que apareciera Dios. Es el instinto de la conducta. De una célula o de un organismo completo. ¿Existir? De acuerdo..., pero ¿qué hacer? Vivir es hacer algo, alimentarse, defecar, cazar elefantes, defenderse, mirar el sol, la luna y las estrellas, curar enfermedades, procrear, comer carne, pescar, escribir un libro, sentir la fragilidad de las cosas... Ese conjunto de actividades forman una conducta propia de cada especie, una religiosidad. Todas las abejas hacen miel. Están unidas por un sentimiento religioso, una misma conducta, un instinto común a toda la especie.
La religión es el instinto de la conducta que determina que las abejas se comporten como abejas y los otros como los otros. La cumplen la totalidad de los miembros de una especie. Salvo la pluralidad de dioses, no existe mayor diferencia entre la de las hormigas y el humano. Lo religioso se desarrolla dentro de la Naturaleza. Refiere a la conducta para sostener la vida y llegar a la muerte. El hombre no es una excepción.
La pareja dominante de una manada es quien tiene fuerza, sabiduría y calidad genética. Conduce a la manada por la buena senda, la del agua, el alimento y la seguridad.
Al viejo instinto de la conducta, la astucia del hombre le agregó una serie de fantasías, una liturgia de mitos y solemnidades que pasó a ser un factor de poder. Dios da las órdenes. El hombre solo lo representa. De esa manera fueron dictadas otras conductas. Todas las religiones lo hacen. Permiten o prohíben algo. ¿No es maravilloso? Solo una inteligencia tan aguda como la humana ha podido diseñar semejante fantasía y que además ¡Funciona...!
No entiendo como algo tan ridículo haya resultado tan efectivo. La conducta de los niños expresa su natural religiosidad. No imitan al perro de la casa, imitan a los padres. El niño sabe dónde está la teta, sabe de la Naturaleza y de estar vivo. Es tan ridícula la existencia de Dios, que no figura en ningún instinto. A nadie se le ocurre semejante disparate. Dios debe ser enseñado, introducido culturalmente en la mente humana.
La única explicación a ese afán de meter a Dios en todas partes es la codicia. El siguiente paso fue el embrutecimiento de los gobernados. El cristianismo perfeccionó este arte como ninguno. Cuanto más débil es el poder, más libros quema en las plazas públicas.
Menos el hombre, todos son ateos. ¡De la que se han librado! ¿Cómo sería historia del hombre si en vez de oscurecer su espíritu con Dios, lo dejáramos volar en libertad...? ¿Cómo pueden todavía creer en quien los ha oscurecido durante milenios?
Religiosos y políticos, dicen que el hombre no sabe conducirse solo y ellos deben cuidarlo. Ocultan la pinza castradora y el collar del esclavo. Mejor sería que se cuiden a sí mismos, motivos les sobran. Nosotros aprendamos de nuestra Tierra, de la vida, el placer y la alegría. Ya dejamos la época del parvulario cultural.
O se humilla al hombre a nivel de insecto, o se ensalza a Dios a una altura inalcanzable. Lo hacen todas las religiones. La fabulosa inteligencia del niño es aplastada por la alianza de poder y religión que rige nuestras vidas.
Nos ocupamos de los derechos de la infancia e incluso, creado una organización internacional para defenderlos, pero cerramos los ojos ante la imposición por medios terroríficos de ideas religiosas en la mente de los niños. La religión es cosa de adultos. Que cada uno elija la que más le guste. Somos expertos en hacer niños felices... y adultos angustiados.
La felicidad de los niños es un mito. Su alegría de vivir no da felicidad a nosotros. Les proveemos de mitos en abundancia para nuestra felicidad, no la de ellos. Los niños solo quieren aprender la vida y estar cerca de sus padres.
De las escuelas religiosas salen futuros líderes de la humanidad. Aplicarán las mismas represiones que les aplicaron a ellos. Pero algunos individuos sobreviven a este aplastamiento.
¿Han visto en una siderurgia como funciona un tren de laminación de hierro? Es como una escuela. El sólido bloque de metal está al rojo vivo y es muy maleable (un niño). Va pasando por rodillos de distintos espesores hasta quedar reducido a una fina chapa delgada, débil y maleable (un adulto).
¿No podemos construir una civilización donde importe más la calidad de vida que el dinero o el poder...? Del sistema actual, vigente desde hace siglos, la humanidad no se beneficia en absoluto, pero si unos pocos individuos . Dicen que el capitalismo brinda oportunidades a quién sea emprendedor. Hay algunas diferencias. No basta ser emprendedor, hay que ser des-piadado y rondar por los despachos políticos. Tampoco hay acceso al poder, solo al dinero y en cantidades moderadas. Las grandes masas de dinero, las que manipulan a los países como títeres, están en manos de La Matrix. El resto es un rebaño de ovejas vigilado por perros guardianes. Somos imbéciles e incapaces de gobernarnos por nosotros mismos y necesitamos estar bajo la protección de los políticos o religiosos... ¿No es tiempo ya de modificar ese estado de cosas luego de miles de años de haber sido explotados para beneficio de ellos? No somos imbéciles, pero nos educan para que lo seamos, para ser un rebaño de consumistas. Podemos edificar un mundo exclusivo para uso humano en que no seamos intrusos ni invitados. Solo debemos desprendernos de La Matrix y vivir en la realidad.
La lectura de los libros religiosos, considerados sagrados, es muy útil. Son un compendio de la realidad del hombre y sus conductas. Nadie describe mejor la naturaleza humana. Saben de sus pasiones, contradicciones, vicios y virtudes. Los dichos bíblicos están sustentados en conductas humanas. Dios va apareciendo a medida que el texto reclama una intervención fantástica. Una doctrina religiosa no nace de la noche a la mañana. Hace falta toda la parafernalia de mitos, oquedades y leyendas. Es un puzzle que se va formando durante años, con las mismas piezas que hay en el hombre: la codicia, la lujuria, la envidia, el amor, la maldad y el altruismo. Hasta han numerado los pecados para servirse mejor de ellos. La religiosidad del hombre, un ser temeroso, inseguro y ansioso de opresión, es innata.
La religión cristiana le da al hombre lo que éste pide, pero no necesita. Humillación, castigos y amenazas. Es un campo de exterminio... espiritual.
Lo religioso pertenece al hombre y no a Dios, aunque parezca lo contrario. Es muy bueno estudiar las normas religiosas y hacer todo lo contrario. Para elaborar una vacuna contra un virus se utiliza el mismo virus. Hay que ver la vida frente al espejo: de un lado se está vivo y del otro se está viviendo.
La religión no se interesa por el hombre virtuoso. Prefiere los pecadores. Son como los casinos o prostíbulos. Explotan los vicios.
Esto es nuestra existencia, vives creyendo que vives, creces creyendo que creces y mueres creyendo que vas a otra vida. Cuando comienzas a darte cuenta que las cosas no eran como decían en la escuela, ya es tarde. Estás debilitado para rebelarte ahora. Si continúas some-tido enseñarás a otros las mismas cosas que arruinaron tu vida. Procura despertar antes.
Mitos como el pecado original, que de original no tiene nada y de pecado tampoco, es otra sutil argucia del cristianismo para cargar de culpas a los hombres, quitarles el placer natural y dejarles, como único legado, siete pecado grandes... y muchos más de los pequeños. Para el cristianismo cada paso que da el hombre es un pecado y, para los gobiernos, un impuesto.
La angustia está en nosotros tanto como el placer. Nuestra felicidad es válida mientras estamos vivos. Lo tengan o no, es ridículo buscarle sentidos religiosos a nuestras acciones. El cristianismo transforma nuestro placer en un doloroso peregrinaje de cilicios y penitencias.
No es necesario adorar a nadie..., podemos bastarnos a nosotros mismos. Que Dios haga lo que quiera. Ser virtuoso es parte de la cultura, pero no de la Naturaleza. La guerra está justificada en todas las religiones y sistemas políticos. Cuando las papas queman, Dios no basta. Hacen falta las armas.
Trabajamos, hacemos el amor, criamos a nuestros hijos y amamos a cuantos podamos. Los hacemos todos los que vivimos en el mismo planeta. ¿Para qué hace falta un solo Dios si con ninguno ya existimos...? En la evolución futura de la raza humana, es más probable que desaparezca Dios antes que los hombres.
Las especies animales tienen su propia religiosidad. Creen en lo mismo. Hacer miel. Cazar antílopes. Procrear y morir. Todo es vital. Hasta la muerte. La conducta humana es la misma conducta animal. Los hombres copian conductas de los animales, pero éstos no imitan las humanas. Quizás por su inutilidad. La religión humana, en cambio, dice que hacer y qué no hacer. Cómo y con quien aparearse. El hombre necesita de un Dios que necesite del hombre. Son pareja. La religiosidad animal rinde culto al sol, a la atmósfera, a la vida, al sexo y a este lugar tan bello llamado Tierra. Los hombres no.
Cualquier bicho viviente, menos el humano, enseña a sus hijos el camino de la realidad. Quién es comestible y de quién hay que cuidarse. En la infancia humana se la desfigura por completo. Comienza la escenografía de La Matrix. Bajo la bandera de la felicidad de los niños —un slogan que conmueve a todos— lo que hacemos en realidad es privarlos de la felicidad de adultos. Lo que un niño recibe en su cabecita lo conserva el resto de su vida. Dominando a los niños se domina a los adultos.
María es la madre de Jesús. ¿Quiénes son los abuelos? Claro..., son el Big Bang. Nos hemos quejado de la confusa familia del Pato Donald y sus tres sospechosos sobrinos o las extraña convivencia de Blanca Nieves con los siete enanitos... ¿Qué les parece ésta?
La religión es cosa de adultos, no de niños. Se elige la que uno prefiera. Abusarse de la ingenuidad de la mente infantil se llama sencillamente barbarie. El niño no tiene opciones, solo puede creer lo que le dicen. ¿Supieron de alguna madre que le haya enseñado a su cría que el mejor amigo de una gacela es el león...? Defendemos los derechos de la infancia y toleramos este avasallamiento espiritual. Los niños tienen más para enseñarnos que nosotros a ellos.
Sabemos de la penicilina, de volar como las aves y llegar a la Luna... ¿Qué sabemos de Dios? ¿Hay alguna ley, ordenanza o reglamento que reconozca su existencia? ¿Alguna investigación científica imparcial? ¿Ha sido descubierto por alguna expedición? ¿Por qué lo toleramos en nuestra vida si es el símbolo de la ignorancia?... Claro, es miembro fundador de La Matrix. El mito más antiguo aún vigente.
Dios está siempre lejos de las catástrofes, las guerras y los problemas. Nadie lo vio cerca de Hiroshima. Nadie ha sido rescatado milagrosamente de nada. Ningún animal se ocupa de enseñárselo a sus hijos. Más bien les dice:... si quieres comer carne, lo último que debes hacer es rezar.
Nada sucede en nuestra vida sin que nuestro cuerpo se entere. Todo pertenece al cuerpo, el arte, el amor, el sexo, el hambre, la música y la danza... No es posible ninguna emoción sin el cuerpo. Aunque su destino final sea pudrirse, la carne humana es muy valiosa. Eso del alma es una mezquina jugada para desvalorizar el cuerpo. Suena a ciencia ficción, o mejor dicho, a ficción pura. Decir que la felicidad sobre la tierra es la satisfacción civilizada de los instintos, es decir bien.
Los clavos deben hundirse en la carne para adquirir sentido en la historia. La religión ataca al cuerpo y los pecados que con él se cometen, pero ofrece a sus adeptos la sangre y el cuerpo de Dios, una vieja costumbre. Se pone énfasis en la otra vida y se le quita importancia a ésta. Hablan de la salvación del alma, pero el objetivo es quitarnos el cuerpo. El alma es una baba gelatinosa que no tiene orgasmos ni nada. Se la compra y se la vende con el verdadero propósito de adquirir los cuerpos. El alma no consume, a nadie le interesa.
Si hablo de cristianismo es porque es lo más cercano a nuestras costumbres, pero todas las religiones son iguales, desde Visnú a Cuthulú. Si este último es imaginario… ¿Por qué los otros deberán ser reales...? No sirven al hombre; se sirven del hombre. Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que ha soñado tu filosofía (Hamlet). Si nos desprendemos de las religiones que enturbian nuestra mente, entonces veremos las demás cosas que hay en el cielo y en la tierra.
Solo la realidad calma la angustia. No debemos rendirle pleitesía a nadie. Estamos realmente en el paraíso, la Tierra, nuestro hogar.
Si Dios existe y nos ha creado, entonces tendríamos certeza de existir y no sufriríamos de angustia. El universo sería un sistema que gira alrededor de Dios y el destino no sería incierto, sino que lo definiría Dios. Pero no es así, gracias a Dios. El hombre lo ha inventado para que haga lo que nosotros tenemos miedo de hacer..., existir. Rindiendo pleitesía a lo que no existe induce a creer que existe, pero no está a la vista..., como una lejana estrella. Quien viene a pedirnos dinero y le respondemos que no tenemos, se aleja convencido que sí tenemos y no se lo queremos prestar.
Las fantasías de los católicos se sostienen con el testimonio de los muertos... Se las han ingeniado para que testifiquen y además las pusieron en un libro ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI sigan teniendo vigencia...?
En las religiones la prueba es a la inversa que en el derecho humano. Todos están procesados y en libertad condicional. Son culpables hasta que demuestran su inocencia... El Juicio Final, el arma definitiva para terminar de liquidar el alicaído espíritu humano..., aguarda.
Eso es una forma de terrorismo espiritual. Un ejemplo de la maldad a que puede llegar La Matrix para conservarse en el poder. La Matrix es atea, materialista y pagana a ultranza. Solo quiere riquezas y poder. ¿Para qué...? Lo ignoro..., también está desesperada. Probablemente esta gente quiera el poder solo para pecar... impunemente. Así de simple sería la cosa.
Si el Dios cristiano es un ente fantástico fuera de la Naturaleza, es obvio que la Naturaleza no existe. Luce atributos que no son posibles en la Naturaleza. No participa en ningún ciclo y carece de sexo. La Naturaleza oscila constantemente en busca del equilibrio, nada perfecto puede haber en ella y no hay certeza absoluta de existir. Lo preferimos así, como siempre.
En cambio, si Dios está dentro de la Naturaleza entonces es parte de ella y sujeto a sus leyes y conductas. Un ente limitado. Padece angustia y no tiene certeza de ser Dios. Un ser de esas características, solitario, triste y desorientado, pero capaz de crear un mundo propio, puede llamarse Dios o puede llamarse hombre.
Pero el hombre prefirió ser creado por una figura fantasmal antes que asumir la responsabilidad de su evolución. Tuvo miedo.
Oculta en lo más profundo del núcleo hay una conducta que impulsa a perfeccionarse. Lo grandioso del humano es que la ha visto. Sabe de su propia perfectibilidad aún sin victorias militares. Son muchas las actividades realizadas para construir su civilización, pero las menos necesarias, como honrar figuras inexistentes, han prevalecido. El hombre fue apartado de la escena, pero conserva la responsabilidad de la historia. Es el engaño supremo de las religiones, el comienzo del canibalismo. Nosotros pecamos y tú eres el culpable.
Supongamos que la más torpe de las bestias podría adquirir uso de razón y pretendiéramos convencerlo de las fantasías de que está convencido el humano. Seguramente nos mirará con sorpresa y revisará el concepto acerca de quién está primero en la escala evolutiva.
Convencer a un niño, mediante el terror, de la existencia de Dios u otros seres fantásticos es una forma de terrorismo. Mutilarles los órganos genitales es otra. Luego nos quejamos de las cosas que hacen de adultos. Podemos hacer maldades, pero no recibirlas.
Lo más importante del sistema de la Naturaleza es su religiosidad. El núcleo profundo de las conductas. No se pueden organizar las especies sino es mediante un esquema religioso. Las conductas comunes. El instinto religioso rige desde el comienzo de la vida y para todas las criaturas; el humano también.
La religión es el acatamiento a la serie de conductas que nos definen como especie socialmente organizada. Los leones saben que son leones, se unen a otros leones y obran como un solo individuo. Lo mismo sucede con todas las especies. La conducta de un enjambre de abejas indica la presencia de un sentimiento religioso. Todas hacen miel y no se les ocurre otra cosa.
Pero el hombre puso a Dios donde las hormigas solo ponen más hormigas. Ha convertido una conducta instintiva y natural en una serie de mitos para obtener poder sobre los otros.
¿Cómo sucedió la degradación del humano? La Naturaleza es caprichosa. Hoy hace un día apacible y mañana una violenta tormenta destroza todo. Estas acciones parecían encadenadas, una era consecuencia de otra. Las tormentas, terremotos o huracanes eran castigos por alguna cosa que no debió haberse hecho. Algo superior vigilaba. Los brujos utilizaron la angustia para enseñorearse sobre los demás. Seres sagaces, viscerales y gordos.
Así como se adaptan los automóviles a diferentes sentidos de circulación, se adapta el mismo Dios a las costumbres y preferencias de otras regiones del mundo. Los judíos lo necesitan severo, prohibitivo y castrador. Otros furibundo, exigente e implacable como los musulmanes. Perdonar y volver a empezar es la preferencia de los católicos. En la desvalorización de la mujer, se han puesto todos de acuerdo.
Es más razonable que Dios adore al hombre y le brinde pleitesía que todo lo opuesto. Después de todo le debe su existencia.
Esta es el arma religiosa por excelencia: jamás lograrás agradar a Dios. Por más que te esfuerces, él es demasiado grande para ti y tú siempre serás un grano de arena en el desierto. El padre y Dios son inalcanzables. El pene paterno es enorme y poderoso como el de Dios. Se puede espiar el del padre, pero no el de Dios.
La leyenda de Edipo tiene mucho de romanticismo y nada de crueldad. Nadie está privado de los atributos naturales; la madre posee vagina y los penes del padre e hijo son protagonistas. Desear a la mujer del padre no es lo mismo que desear a la madre.
Jesús, manso y obediente, espera que alguna mujer trepe a la cruz para seducirlo antes de morir. Así podía sentirse, si no Dios, al menos hombre. ¿Cuál es más cruel?
La cláusula anterior puede resultar ofensiva para algunos, de modo que la suprimimos.
Toda doctrina que nos quite espacio para el conocimiento es esclavizante. Nos quejamos de la esclavitud del cuerpo, pero no vemos la de la mente. El cuerpo que no muere, se cura de las heridas, pero la mente no se recupera por siglos.
El trabajo sucio frente a la Naturaleza, adquirir inteligencia, lo hizo el hombre. Después vino Dios. Como buen político usurpó el trabajo ajeno, se puso al lado del poder y allí está todavía. El mismo Dios que bendice a un niño, mutila a otro.
Desear a la mujer del prójimo está prohibido... ¡Qué tontería...!. ¿No es acaso la más apetecible? Ni a la propia mujer le interesa ¿Quién lo cumple...? Mas que prohibir debemos enseñar a lograr una unión de amor suculenta, apetecible y placentera. A la mujer del prójimo que la cuide el prójimo. Nosotros somos el prójimo de los demás, de modo que hagamos felices a nuestras mujeres. Prohibir es sinónimo de impotencia. Los débiles prohíben.
Lo mágico, lo que se aparta de la Tierra, nos atrae tanto como nos aterra la realidad. Preferimos creer que hay otra vida y nunca seremos gusanos. ¿Qué seremos pues...? ¿Los gusanos también tendrán otra vida o es privilegio del humano nada más...? Nos gusta cruzar el espejo y adaptarlo a nuestro sufrimiento. Dios no participa de la historia humana, pero los humanos participan de la historia de Dios. No creo que exista una vida mejor que ésta. Es hermosa.
Necesitamos creer en una entidad que no se pueda destruir. El poder humano de esta despiadada Naturaleza, está expuesto al canibalismo, desafíos, rebeliones, combates y cambio de poder. Pero el religioso está a salvo. No es comestible. Está fuera del mundo, en otra parte, nadie sabe dónde. Así nació La Matrix y el hombre nunca más vio la realidad. Es el único animal que hizo eso. La realidad pasó a estar del lado de afuera. Los demás aceptaron la vida y la muerte, el bien y el mal... sin aspavientos.
Los animales vuelan, nadan o andan en dos o cuatro patas. El hombre dice que camina erguido, pero es un decir nomás. Las religiones lo han puesto de rodillas. Es un penitente.
Las ideas sólidas no precisan de centinelas. La certeza es suficiente. Los herejes de antaño, los que morían en la hoguera, ¿en qué diferían de los que mataban los leones? Morir por ser cristiano o morir por no ser cristiano. ¿Cuáles van al cielo y cuáles al infierno...?
El hombre se vuelve creyente cuando otros han muerto por la misma idea. Nada es más convincente que la muerte. Ningún libro sagrado es confiable si no hay bastante sangre y fuego en sus páginas. Cuando muchos mueren en pos de una quimera, ésta se transforma en religión y matará a los creyentes de la próxima quimera. El cristianismo, después de muchas muertes pudieron acceder al poder de La Matrix... y matar a muchos más.
Solo ante el clítoris debe uno ponerse de rodillas. La mujer explota como un Big Bang y mostrará al hombre un colorido universo de galaxias. Cada una tiene el suyo y no están descriptos en ningún libro. La hembra intenta la supervivencia del macho para reutilizarlo, pero no está en sus manos resolver esta cuestión.
Copulad con la araña que ella misma se preocupará de vuestra supervivencia... Pero no hay certeza que así sea.
Hay dos órganos humanos que han sido severamente censurados en la historia: el pubis depilado con el clítoris a la vista y el pene en erección. En las playas nudistas no está bien visto un pene erecto ni un pubis femenino depilado. Se permite la erección del clítoris mientras se oculte bajo el vello púbico. Es ridículo crear una moralidad opuesta a la realidad de los instintos civilizados. Mucho peor es obedecerla.
Estos órganos solo se los puede ver en exhibiciones pornográficas pese a que nuestra existencia depende de ellos. La presencia de uno supone la cercanía del otro. Si hay un pene erecto es obvio que una jugosa vagina anda dando vueltas. Lo pornográfico tiene fama de pecaminoso. El Kama Sutra parece que no. Sin embargo, ambos son enciclopedias de nuestro sexto sentido, el sexo. Es mejor aprender antes de rechazar.
Es pornográfico un pene erecto o una vagina a la vista? Obviamente que no... ¿Los es entonces que uno y otro se acoplen entre sí? Obviamente que no... ¿En qué consiste lo pornográfico? Pues, hombre, ¡qué pregunta!... Disfrutan como chanchos. Eso no es decente.

X) Otras Cosas

Un humano cargado de culpas no es suficiente. El drama está incompleto. Alguien tiene que venir a rescatarlo así la culpa es doble.
Salvadores de la humanidad los hay por todos lados. Pasada la novedad, los redimidos continúan como siempre. Es preferible vivir en pecado, que ser salvado a semejante costo.
Aparecen en la Tierra dispuestos a la inmolación. Los hay de varias clases. Los familiares —muy abundantes— se sacrifican para que sus denodados esfuerzos sean reconocidos por la familia. Los sociales, lideran movimientos de caridad y ayuda al prójimo. Son útiles, pero no resuelven nada. A mayor caridad, mayor pobreza. Los idealistas, luchan por un mundo mejor y lideran grupos políticos... o guerrilleros. Sufren persecuciones y suelen pasar una temporada en la cárcel... o caer bajo las balas de la CIA. Al cabo de unos meses resurgen convertidos en héroes legendarios. Los redentores internacionales se enfrentan a La Matrix y encabezan revoluciones. El pueblo los admira y protege. Alguien sucumbe a la tentación del dinero y los entrega. Los pacíficos, no usan la violencia y arrastran multitudes. Para La Matrix son los peores. Se las ingenian para matarlos, sea como sea. Son personas muy valientes, aunque su esfuerzo sea en vano. Muchos ladrillos conforman un edificio... si los dejas apilarse en orden.
Los hay también de ámbito universal. Vienen a por toda la raza humana. El final es el mismo. Una muerte aparatosa, la creación del mito y el posterior ingreso en La Matrix. Una vez muertos y resucitados son inofensivos..., la imagen se convierte en consuelo de creyentes y señuelo de incautos. Un solicitado producto de consumo.
Dijeron que Jesús se inmoló para salvarnos ¿Para salvarnos de qué? ¿Estábamos en peligro?¿Cuál era la necesidad de esta tragedia redentora...? No entiendo de qué pecado hay que redimir al hombre. Esta muerte, tan inútil como otras, sirvió para perpetuar el mismo poder de siempre, se llamen romanos, cristianos o norteamericanos. ¿Qué cosa más grave puede ace-charnos que la propia Naturaleza?
Sí, aunque cueste creerlo, hay algo peor. El poder humano, La Matrix. Los círculos donde se aloja el poder son muy selectos. Solo admiten mercenarios.
El redentor financiero es el último de la lista. La Matrix lo reconoce y calcula sus futuras ganancias. Marilyn Monroe, Diana de Gales, Judy Garland..., son un ejemplo. Llegan a la fama, rodeados de la más absoluta soledad. Ningún amigo. No logran una vida afectiva estable. La desesperación los corroe por dentro. Sus vidas terminan en tragedia o suicidio. Es cuando alcanzan el mayor valor. Aparece el merchandising y el dinero. La imagen se convierte en leyenda. Los turistas visitan los lugares donde nació y vivió el mito. Sus trágicas biografías y viejos vestidos valen una fortuna. La codicia humana no vacila en practicar el canibalismo.
La relación del hombre con los animales es morbosa. Por un lado los admira e imita sus conductas y por otro lado los mata de solo verlos felices y en libertad. Son idealizados como ejemplo de virtudes y valor. Valiente cono un león, dicen aunque el león sea un taimado felino. Es una rata refiriéndose a un sujeto siniestro. Malvada como una serpiente expresión dedicada a una criatura escurridiza. En fin, hay muchas.
No hace mucho matar un tigre de Bengala se consideraba heroico. En mi adolescencia veía a Tarzán como un ídolo legendario. Hoy comprendo que si alguien incordiaba la vida de todos en la selva era justamente Tarzán.
El hombre se asombra de cuán bien adaptados están a la vida. Pero eso no le impide matarlos solo para sacarles un cuerno o un colmillo o la piel. ¿Para qué? Les asignan propiedades afrodisiacas no comprobadas o para tallar bonitas figuras o para lucirlos como trofeo. Seguramente armaríamos un terrible escándalo si entramos a la cueva del tigre de Bengala y vemos, clavados en las paredes, rostros humanos con la piel reseca y la mirada de terror.
Los animales no pertenecen a La Matrix sino a la realidad, son ateos y nos les interesa Dios. Tampoco quieren saber cómo se formó la vida ni los árboles ni nada. Solo les interesa vivir. Es lo que saben y hacen mejor que el hombre. Tenemos una ciencia dedicada a ellos pero ninguna a nosotros. Erróneamente nos incluimos en la misma especie.
Le asignamos símbolos de nuestra cultura, pero a ellos no les importa. Hablamos del Rey de la Selva como si de una monarquía se tratara. ¿Y si el león es republicano...?
Muchos países tienen un animal propio como emblema nacional. Utilizan sus imágenes para definir e ilustrar las banderas de una aguerrida nación. La pobre águila ignora cuántos pretenciosos del mundo usaron su gallarda figura para parecérsele. Romanos, nazis y norteamericanos. No es para sentirse orgullosa.
En banderas, escudos y emblemas hay animales en abundancia. España no es una excepción. Son símbolos de bravura, valor y heroísmo. ¿Para qué los matamos entonces...?
Si dejáramos de considerarnos animales, nos constituimos en una nueva especie y abandonamos esta Naturaleza, demasiado complicada para seres débiles como nosotros, entonces conviviríamos mejor con el resto de las criaturas de la Tierra. Tenemos inteligencia suficiente para crear nuestra propia naturaleza.
Los animales no imitan la conducta humana. Son educados. Ninguno le dice a otro... eres tonto y arrogante como un humano.

XI) La Belleza

Damos por sentado que desapareceremos algún día. Somos criaturas envanecidas y creemos que no se repetirá un ser como nosotros. La especie que nos sustituya tendrá que arrancar de cero... y no sabemos si seguirá ocupando el primer lugar en la escala biológica. La Naturaleza no dispondrá de mucho tiempo para diseños sofisticados. Como que no seamos capaces de crear nuestra propia naturaleza; ésta la destruiremos antes de desaparecer.
Mientras sigamos siendo animales ansiosos de poder y dinero, la Tierra estará en peligro. Para cambiar el mundo de verdad no debemos aplicar parches sobre parches. Hay que ir al origen y comenzar desde el principio. Crear un hombre nuevo, una especie independiente de la naturaleza. No seamos animales, sino humanos. No busquemos el poder sino la calidad de vida.
El arte es un útero alternativo. Da a luz un hombre hecho de colores y notas musicales, una criatura que recorre los pentagramas y se introduce en los instrumentos. Imaginemos un sistema de sonido que lleve la música al Universo y se difunda en todas las galaxias. Estamos vivos..., ¡vean cuantas cosas podemos hacer! ¿Nos aplaudirá alguien...?
¿Se imaginan introducirnos en una escultura y sentir lo que ella siente? ¿Vivir en una estatua? Hay una poderosa fuerza gravitatoria que nos lleva al arte. No hay que vacilar en zambullirse en una pintura, fundirse con una escultura o vivir en un pentagrama. Dios conmueve a quienes creen en él. El arte conmueve a todos..., ateos, pobres, ignorantes y poderosos.
Supongamos que necesitamos crear un conjunto de criaturas que se muevan, alimenten y reproduzcan por sí mismas. Contratamos al mejor estudio de diseño del mundo. Luego de trabajar mil años, asistidos por mil computadores y experimentando miles de veces en busca del diseño más eficiente, terminarán trazando criaturas simétricas, con dos o más patas, bocas, ojos, garras, olfato, sabor, tacto, penes y vaginas. No hay nada mejor para recorrer el mundo. Las criaturas así creadas, por el solo hecho de ser eficientes, serán también muy bellas.
¿Cuántos miles de siglos demoró la Naturaleza para enseñorearse de la Tierra? Nos enorgullece habitarla. La vida es hermosa. La aterradora magnificencia del universo es bella. Un respetuoso temor se apodera de nosotros al contemplar un cielo nocturno. Ni qué hablar si se trata de una Aurora en acción. Estamos rodeados de belleza... Somos afortunados de poder disfrutarla estando vivos ¡Luzcamos La Tierra frente al Universo! La belleza confirma nuestra existencia y la vuelve creíble.
Si en otra galaxia habría quienes se la pasan mirando para este lado, nos esmeraríamos en conservar este planeta para lucirlo, hermoso y azul, frente al pedrusco gris que habitan ellos. Podría desatarse una guerra de galaxias si ponemos a juicio quienes son los más bellos del cosmos..., como Venus, Helena y Paris.
En la Naturaleza todo es hermoso. ¿Cómo pudo suceder algo tan magnífico? La Tierra no es un museo que visitamos cada tanto. Es el hogar, el museo, el salón del arte y el taller de restauraciones. Necesitamos sentir la belleza del cuerpo humano, la de otros cuerpos vivos, la de los árboles que crecen y la de todos los gusanos que protagonizan el insaciable festín de vivir. Otras civilizaciones deben percibir el ensordecedor bullicio de la masticación de las especies terrestres. Mirarán para este lado y se asombrarán de verlas.
Haber protagonizado la historia no nos trajo gran felicidad que digamos. Mejor hubiera sido aceptar la vida como es —sencilla, cruel, implacable y hermosa, un multitudinario festejo de criaturas— sin pretender modificarla...
Nadie es imprescindible en la Naturaleza, el hombre tampoco. La importancia del humano es su capacidad de admiración. Cumple las funciones de notario de la Naturaleza, da fe de su existencia. Escribe la historia de la Tierra para que todo el cosmos sepa del fantástico derrotero de este planeta azul en medio de la bella, inmensa y estúpida vastedad del Universo.
Un hediondo estanque de agua podrida es hermoso. El mismo estanque con desechos industriales ha perdido su belleza. ¿Cuál es la diferencia?
El Cosmos es un infinito salón de arte. Hermosa la forma de los cuerpos celestes y sus movimientos en el espacio. Hermosas las terribles explosiones de la materia Belleza sin par en un rayo de luz que atraviesa el espacio de cabo a rabo..., si es que hay cabo y rabo. La danza de las estrellas anima el baile cósmico. Es la fiesta del Universo. Los cuerpos giran, van de un lado al otro, chocan, explotan y se funden en miles de fuegos, hielo, hidrógeno. ¿A quién se le habrá ocurrido? ¿Cómo lo habrán hecho? ¡Qué bello caos es la energía contenida en un solo átomo! La Tierra, es el más hermoso de todos, de eso no hay duda. Aparte de la luz, el calor y moverse como un carrusel, tiene elefantes, árboles, selvas, dinosaurios, criaturas que la recorren noche y día... y humanos que construyen fabricas.
El hombre, tan sensible a la belleza, fabrica elementos que la destruyen. Produce rechazo. La Naturaleza recela del humano. La civilización que ha construido no es tan hermosa como la diseñada por ella. Ha dado prioridad a lo innecesario, construido fábricas, desentrañado los misterios de la materia y ha creado el más terrible de los inventos humanos, el más peligroso: la basura. Las criaturas de la Naturaleza producen desechos reciclables, el humano basura.
La basura humana es el peor enemigo de la Naturaleza.
Hacemos mucha cáscara de los maravillosos inventos humanos... La penicilina, el teléfono, la rueda, el transistor, la bomba atómica... Pero omitimos el más desastroso: la basura.
No demoraremos mucho más en conocer todas las combinaciones químicas posibles. Entonces habremos creado otra naturaleza, nueva, con elementos elegidos previamente. No estaba allí sino que la hemos confeccionado con cadáveres de otras naturalezas. Es el Frankestein de la existencia. No será espontánea. Seleccionaremos átomos y moléculas a medida. Las grandes fábricas de hoy serán sustituidas por granjas moleculares, dónde se producen y almacenan átomos y moléculas. Se crearán metales y materiales a la medida de cada producto. No serán necesarias enormes instalaciones. Todo estará programado previamente. Las granjas moleculares proveerán los átomos y moléculas seleccionados para elaborar en el acto la cantidad necesaria de una materia prima.
Para actualizar el coche bastará solicitar turno y elaborar en el acto el modelo que se elija. Hay que concurrir a una Granja Molecular . Allí reciclan el viejo separándolo en átomos y moléculas según sus materiales y colores. Con los mismos componentes y eventualmente algún pequeño agregado, se modifica la estructura atómica ordenando los mismos materiales de otra manera, según el programa. Así, sencillamente, sin contaminar ni crear basura, se tiene un último modelo en cuestión de horas. Las herramientas y las fábricas desaparecerán. La Revolución Industrial ha concluido. La manipulación de las células madres, de los átomos y moléculas será el signo distintivo de la nueva naturaleza.
No hará falta seguir estudiando a la Naturaleza ni los secretos ocultos de la materia. Lo que el humano necesita será creado a su medida. Los materiales animados reemplazarán a los robots y prácticamente a todos los mecanismos..., aunque no estén vivos. Las ciudades gozarán de una atmósfera límpida gracias las inmensas pantallas de plástico color verde, que harán la fotosíntesis en reemplazo de los arboles, que solo darán sombra. La madera, pulida y cortada a medida, se produce en la Granjas Moleculares manipulando las células madres.

XII) ¿Qué hacemos ahora?

El poder gobierna a la especie, pero no a los individuos. Somos independientes aunque no lo sepamos... Podemos ser felices. ¡Atrevámonos! Ser religioso o ateo debe ser una preferencia personal, una actividad social, como del Barça o el Real Madrid.
Dios no ha perseguido a nadie por no creer en él. Los hombres sí lo han hecho.
El individuo puede y debe tomar el timón de su propia vida, pero no hay que estar en contra de todo. Incorporarse al rebaño por un tiempo no es malo, a veces hay que hacerlo. Los otros, los que prefieren seguir conductas predeterminadas y que La Matrix elija por ellos, no son enemigos..., convivamos con ellos, invitémosles a que nos acepten. No prediquemos la independencia ni desenmascaremos a La Matrix. Dejemos a cada uno vivir a su estilo, pero protejamos el nuestro. Ellos no nos dejarán en paz... mientras sean humanos. Hay que tomar precauciones para rescatar a quien está en peligro de ahogarse. La Matrix no se hundirá sola.
Dejemos de servir a un poder que ni siquiera logra su propia felicidad, a pesar de apropiarse de la ajena... Algo de civilización existe. Sepamos elegir y diferenciar entre La Matrix y la realidad. Elegir es una palabra clave. Cazar y no ser cazado.
La especie, dominada por la angustia colectiva, no es feliz en su conjunto. Solo el individuo puede ubicarse en la realidad y lograr momentos de felicidad. Alejarse, pero no aislarse, de la propia especie. Los seres vivos se distancian entre sí como los soles y planetas.
Contamos con dos elementos claves para la felicidad individual. Los instintos controlados y la trasgresión civilizada. Un trasgresor es difícil de esquilar. Primero hay que localizarlo.
Conocerse a uno mismo no alcanza, debemos conocer a nuestros allegados. En la familia se mezclan las pasiones. Rencor, odio, nobleza, amor y traición. La madre no necesariamente es el ser bondadoso que sacralizamos. Probablemente sea más salvaje y feroz de lo que se ve. El amor por los padres no debe ser convertido en un culto ciego.
El buen humor es también felicidad. La comedia y la tragedia participan del mismo ciclo. Nada es tan solemne que no merezca una burla, ni tan cómico que no requiera una lágrima. Las cosas solemnes son solemnes, no importantes. Lo fundamental está en nosotros mismos. El resto es convivencia. El culto a los muertos es solemne y cómico a la vez. Pero, si le dices esto a los deudos es probable que te incluyan en el velatorio.
Hay un arma muy efectiva a nuestro alcance para cambiar el mundo, salir de La Matrix y romper el círculo vicioso de la opresión. Es legal. No hace falta salir a la calle y participar de ruidosas manifestaciones que solo consiguen alertar a la policía. Nunca estará de nuestro lado.
El arma es el consumo inteligente. Comprar menos de lo necesario. No dejarse tentar por consumos superfluos que solo generan basura y contaminan el planeta. Si el dinero circulara más lentamente las cosas de la Tierra se adaptarán a su ritmo. No es necesario cambiar el coche cuando ellos lo digan, sino cuando a nosotros nos parece oportuno. Un coche, un avión o un equipo médico son productos que no se pueden hacer mal. Deben funcionar y bien. No aceptar regalos por comprar algo o entrar a un lugar. Son regalos basura, mejor dicho..., es basura regalada. Objetos innecesarios y de una calidad tan espantosa que podemos definirlos como lo defi-nimos: basura. El único animal que produce basura es el humano.
Mediante el consumo inteligente los bienes de la economía volverían a tener un valor residual y las cosas cambiarían de verdad. Es cierto que cerrarían unas cuantas fábricas y habría mayor desempleo, pero también bajaría el crecimiento demográfico. ¿Para qué queremos que nazcan futuros consumidores de basura?
Esto del desempleo podemos verlo como una sustitución de ganancias. Lo que se ahorra en un empleado se traduce en más beneficios. La evolución de la industria y el comercio está basada en la codicia, apunta a suprimir empleos para aumentar las ganancias. Un gran su-permercado dispone sus productos en vistosos envases contaminantes en lugar de ofrecer puestos de trabajo personalizados. No está mal después de todo, así es el capitalismo salvaje. Lo que unos ganan, otros lo pierden. El ahorro de sangre humana se invierte en basura.
Todos, patrones y obreros, buscan el dinero para mejorar su calidad de vida. En esa búsqueda desesperada, lo que se pierde justamente es la calidad de vida.
Después de todo el consumo inteligente no es otra cosa que decidir nosotros mismos el curso de la historia.
A las grandes corporaciones les importa tres pitos la suerte del planeta. No harán más que crear nuevas corporaciones para el tratamiento de los desperdicios....
Pero la basura no pertenece a la naturaleza, se trata de combinaciones químicas manipuladas por el hombre. Su reciclaje no es eterno y no está incluido en los grandes ciclos de la Naturaleza. De ello tenemos absoluta certeza. Las ciencias humanas están plagadas de excepciones y situaciones aleatorias. La basura es absoluta y no pertenece a la Naturaleza. Podemos estar orgullosos. La hemos vencido.
¿Cuál será el precio de esta victoria? ¿Quién vencerá finalmente? La basura terminará de expandirse por todo el mundo. Subsistiremos entre ella. ¿Será nuestra naturaleza.?
Nuestra Naturaleza, terminará creándose de una manera aleatoria . Se formarán nuevas combinaciones químicas y se producirán mutaciones de criaturas vivas. Cuando queramos reaccionar será tarde. Si el humano no se apresura a evitar la constante y enorme producción de basura, será la propia basura la que limite al hombre. De una forma u otra la cosa explotará.
Los políticos tienen aceite en las cuerdas vocales. Ninguno habla de frente y con claridad. Los problemas a los que se refieren son reales, pero las soluciones que proponen son fantasiosas. Se refriegan las manos con entusiasmo pensando en los millones que cobrarán por favorecer tal o cual emprendimiento empresario. Engañan sin escrúpulos, solo quieren el voto. Inmediatamente después de conseguido, se quitan la careta. Esa es la realidad.
La democracia otorga el poder al pueblo, pero, a través de los años, el sistema se ha corrompido. La Matrix lo manipula a su antojo y la opinión pública se lo cree todo. Quienes pretenden encaramarse sobre ella la halagan con mil y una mentiras. Buscan un símbolo adecuado para el engaño. Un líder o una personalidad carismática. A su alrededor se reúne La Matrix. Quienes participan del juego del poder solo quieren el dinero... La gente no les interesa.
Pero a nosotros sí. Somos la gente. Mientras no haya leyes justas y equitativas, que no estén dictadas por La Matrix y que realmente nos protejan, nuestro mejor recurso es el consumo inteligente. Es más valioso que acampar en las ciudades, manifestarse en público o andar a los tiros por ahí. Nadie nos representa... ¡Hagámoslo nosotros mismos! Los medios de prensa estimulan las manifestaciones violentas para justificar la represión. La cosa es crear imagen de violencia y subversión. La policía, como sabemos, no defiende a nadie, pero ataca a todos.
Por parte de los medios, gobiernos y religiosos recibimos el trato de retrasados mentales. De vez en cuando, nos arrojan un hueso como a los perros... y nosotros movemos la cola.
No concurran a espectáculos masivos, grotescos, chabacanos y ordinarios cuya finalidad es exacerbar nuestra ignorancia para recaudar dinero. Una cantante extravagante no es más que un producto de consumo masivo, como una hamburguesa o una coca cola. Demostremos que hace falta mucho más que una aceitada maquinaria publicitaria para quitarnos un euro. La Web está llena de espectáculos gratis, música de todas clases, documentales, conferencias, estudios, visitas a museos, ciudades, paisajes o lugares de interés. Hay abundancia de películas, obras de teatro, revistas y óperas. Y aún es el comienzo. La totalidad de las actividades humanas se volcará en Internet, la nueva realidad. Terminemos con las emociones masivas de un estadio de fútbol lleno de gente. Seamos masivos en la red. Compartamos un gol en Internet.
Nadie podrá acusarlos de subversivos si no compran, no consumen baratijas, no miran televisión, no aceptan regalos y bajan todos los consumos de agua, gas, electricidad y teléfono. Tampoco hay tantos policías para ir casa por casa para obligarlos a gastar. Algo se les ocurrirá, pero mientras tanto el dinero está en nuestros bolsillos y no en el de ellos. La economía comenzará a tambalear. Se encenderán las luces de alarmas. Seremos amedrantados, amenazados y hostigados. No pueden crucificarnos a todos. Cuelgan y exhiben a algunos para escarmiento de los demás. Solamente los vivos consumen.
Viendo películas porno aprendemos conductas sexuales, que en algún momento nos han de servir con nuestra pareja. Son más instructivas que los chocarreros programas de la televisión. Un evento deportivo, visto como un espectáculo, es más interesante que las infantiles aventuras en la selva de los ridículos tarzanes que afloran cada tanto. Aves, insectos, serpientes, cocodrilos, felinos y babuinos... y hasta la vegetación, nadie se salva de ser morbosamente fisgoneado por humanos ávidos de notoriedad.
El investigador científico se introduce entre los animales con prudencia y respeto por su intimidad, el investigador televisivo se dedica a molestar lo más posible. ¿Pretenderá destacar la superioridad del hombre? Apropiarse de su libertad no es el camino. Cualquier bicho no humano, es espontáneo.
Dos sencillas palabras..., consumo inteligente. La Matrix cree poder hacer con la gente lo que le da la gana. Los considera tan tontos que no ha tenido en cuenta que algunos pueden pensar y, en algún momento de la historia, desde sus casas o en la calle, actuar en conjunto, unidos por una fuerza religiosa capaz de tumbar el poder opresivo de La Matrix.
Semejante actitud por parte del público —imaginaria, por ahora— despertará la alarma y se pondrán en marcha oscuros mecanismos de represión. Los medios hablarán de crisis en grandes titulares, infundirán en la gente el miedo al desamparo y la desocupación, sus páginas se llenarán de avisos ofreciendo suculentas rebajas, aparecerán misteriosas investigaciones de ignotas universidades afirmando que..., no renovar el televisor es nocivo para la salud, que consumir mantiene la mente ágil y el pene erecto... En fin, ya lo habéis visto con vuestros propios ojos. Sucede en cada crisis. Imploran vuestro consumo.
Se puede vivir sin producir, pero no sin consumir. Ellos lo saben. Cuando, gracias a vuestro aporte, la crisis ha pasado, nadie os dará las gracias. Los bancos habrán obtenido grandes beneficios con vuestro dinero pero no os darán ni un mínimo porcentaje de tales beneficios. Os están explotando. Bancos, empresas, ayuntamientos y gobiernos. Todos quieren esquilar a las mismas ovejas.
Las crisis económicas se dividen en dos etapas. La primera es la de los bancos y empresas. Aparece en todos los medios y hace mucha bambolla. Se resuelven rápidamente. Despiden gente, se fusionan entre sí o se van a otro país. No sufren en absoluto. La crisis de verdad viene después, es la crisis de la gente, los desocupados. Es silenciosa, no sale en ningún medio. Se la ve en las estadísticas del desempleo. A La Matrix no le interesa.
En los momentos actuales de nuestra historia, la oferta de basura es superior a la demanda. La revolución industrial se ha terminado. Las grandes corporaciones de China, Estados Unidos, Europa u otras partes del mundo favorecen el crecimiento de la población mundial. Necesitan consumidores para sus productos, si es que podemos llamarlos productos. Las personas no existen, solo los consumidores.
Podemos clasificar a la mitad de los productos fabricados hoy en día, como inservibles. Ya son basura el mismo día que salen al mercado. Han perdido su valor ni bien terminan de ser fabricados, pero conservan el precio unos días más. La población crece y consume. La basura también. Las grandes corporaciones no compiten entre sí, dominan el mercado. Pero, las pequeñas sí. Nuevas industrias producen nuevos productos a precios y calidad cada vez más bajos. Más basura. Los medios de La Matrix publicitan algunos productos como no contaminantes. Esto es mentira, lo que no recicla la Naturaleza, es contaminante.
Los gobiernos, aliados de La Matrix, dictan normas para que sea la población la encargada de reciclar la basura que ellos mismos producen y además, debe hacerlo gratis. El dinero se lo han llevado antes. La realidad es que pagamos dinero por la basura que luego debemos limpiar gratis.
¿No nos sentimos engañados y utilizados como niños? Limpiamos gratis la mierda de otros a cambio de nada.
Cuando vamos de compras a un supermercado la mitad de lo que adquirimos no sirve. Hemos comprado basura. Llegamos a casa y de solo desempacar llenamos una bolsa de envases inservibles. A medida que consumimos el resto, aumenta la basura. ¿No sería mejor volver al viejo papel de tantos años...? Eso es inadmisible, significa repartir el dinero entre más personas.
Todos ponen el grito en el cielo para cuidar el medio ambiente. ¿Cuál es la realidad? Que la basura la limpien quienes la producen. La población no tiene porqué ser la sirvienta de sus desmanes. Una tragedia que da risa. Ellos contaminan y nosotros debemos limpiar. ¿Cómo reaccionarían si en cada compra llevemos de vuelta la basura a las puertas del supermercado?
La desocupación no existe. La realidad es ellos se quieren quedar con todo el dinero. La economía parcialmente artesanal parecía una buena forma de vida, pero La Matrix quiere todo para sí. La excusa de los adelantos tecnológicos es un engaño. Se anuncian como beneficiosos para el confort del consumidor. En realidad son beneficiosos para ellos.
El producto del trabajo propio es siempre insuficiente. Hay que sumarle el del trabajo ajeno. ¡Entonces sí que se acumula riqueza...!
La masa trabajadora actual se parece a las viejas plantaciones de yerba mate en Argentina, Paraguay y Brasil, donde los mensúes (braceros mensuales) cobraban sus salarios en vales que debían canjear por alimentos en los almacenes del patrón, a precios exorbitantes. Ahora es igual pese a las leyes sociales. Los mismos que nos pagan la nómina, nos la quitan.
Fraccionando las grandes superficies proveedoras de alimentos podríamos crear muchos puestos de trabajo a nivel artesanal. La economía ha ido concentrándose cada vez más en grandes corporaciones, que absorben la riqueza producida dejando mendrugos para quienes la producen.
Creo que a principios del siglo XX nuestra sociedad había alcanzado el punto ideal entre producción industrial y trabajo artesanal. Las mejoras posteriors solo significaron que las grandes corporaciones se apropiaran del trabajo ajeno. ¿Eso es progreso?
Las corporaciones no tienen interés en cuidar la Tierra. Así lo han demostrado. Es tiempo de tomar el timón del barco y reemplazar a una tripulación ineficiente. El consumo inteligente es el arma que puede cambiar el mundo... y esta vez de verdad.
Podemos crear nuestros propios puestos de trabajo mediante el consumo inteligente. Obligemos a las empresas a modificar sus sistemas de produccion creando empleo.
¿Qué sucedería si no nos dejamos engañar más? Cerrarían muchas fábricas de basura..., de menor a mayor. ¿Cuán enorme cantidad de botellas plásticas dejarían de contaminar la Tierra si dejamos de beber Coca Cola...? Así podemos volver al viejo envase de vidrio.
Decidamos nosotros lo que queremos consumir. No debemos servir los deseos de las empresas. Eduquémoslas a servirnos, tal como nos educan a nosotros a consumir.
En realidad los verdaderos dueños de las empresas somos nosotros. Practiquemos la técnica del despido. Despidamos del mercado a las empresas que sustituyen puestos de trabajo para quedarse con sus beneficios.
Los medios y los periodistas no son de confiar..., nada es como antes. No les interesa la información objetiva sino lo grotesco, soez, ordinario y conflictivo. No informan, pero sugieren. Su léxico está lleno de palabras como sería, parece que, haría juicio a, los vecinos dicen que... Generan conflictos donde no los hay. Forman opinión al servicio de La Matrix.
Los norteamericanos lo saben muy bien. Antes de lanzar un ataque sobre un país se preocupan de convencer a la opinión pública que se trata de un país de malvados... y ellos son los salvadores. Estamos hartos de que nos salven.
La democracia es manipulada de diversas maneras por los medios. No es tan libre como parece... Elaboran encuestas de dudosa imparcialidad para inclinar la balanza a un lado u otro. Las que hacen por Internet son rápidas y engañosas. El votante es una cifra manipulada automáticamente. Así y todo son un anticipo de los que será la futura democracia. Voto directo sin partidos políticos ni representantes corruptos ni información privilegiada.
La misma noticia en diferentes medios induce distintas reacciones. Cada uno lleva el agua a su molino. Su insidiosa redacción provoca diversas interpretaciones. La realidad se esconde entre las líneas de una información. Hay que buscarla. Los medios no tienen otros objetivos culturales que embrutecer. Cada grupo de poder cuenta con sus propios medios de prensa. Así es manoseada la democracia. Es lo que enseñan en las universidades de periodismo: manipular al público. Para corroborar estos dichos solo basta levantarse un día con la mente despejada, comprar un diario y leerlo como si uno fuera extraterrestre y se dedicara a conocer el planeta al cual ha llegado.
La realidad es como la letra pequeña de los contratos. No se ve con claridad, pero existe. Nadie se fija en ella hasta que el contrato se ejecuta y ya es tarde. Nada en la historia sucede por principios éticos, sino por necesidad y conveniencia. Y lo que está sucediendo hoy, ya sucedió ayer. El mismo perro con diferente pelo. Busca en el pasado los elementos que te permitan interpretar el presente. Es un ciclo también. El mismo hombre. El mismo Universo. La misma historia con diferentes actores.
El capitalismo es el sistema que rige la Naturaleza. No hay otro viable. El más fuerte come y copula primero. No se puede hablar de civilización dentro de semejante salvajismo. Otros sistemas de organización social aplicados por la humanidad, se han consumido en su propio fuego. El hombre es el único depredador de sí mismo.
Es imposible negar lo salvaje y dictar leyes civilizadas sin dar el paso previo fundamental: salir de la Naturaleza. Nunca la venceremos. Las conductas salvajes, que rigen sus destinos, siempre arruinarán cualquier intento civilizador, no importa cuán severas sean las leyes que apliquemos.
No hay justicia ni tribunales en la Naturaleza, nadie reclama nada, ningún derecho existe. La razón no sirve y el humano no es una excepción. Si hay que arrojar una bomba atómica sobre una ciudad... ¿Quién se fija en los derechos de los que están debajo...? La Naturaleza no es civilizada. Jamás seremos civilizados mientras seamos parte de ella. Debemos diseñar una nueva, exclusivamente humana, con instintos y conductas humanas. Dejemos de ser una especie y seamos una sociedad con nuestros propios estatutos. Una eficiente empresa humana. La Matrix no ha construido realmente una civilización, sino diversas formas de entretenimiento para mantener al pueblo ajeno a sus desmanes.
¿Cómo se sale de la Naturaleza? La escuela es el sitio indicado para comenzar. Educar es lo primero. No somos animles. La evolución nos ha transformado en una especie diferente que habita un mundo a su medida. Cambiemos nuestros genes salvajes. La biología nos asignará un lugar específico. Así, dejando de pertenecer a esta Naturaleza dejaremos de agredirla. Es nuestra teta. Nos dedicaremos por entero a la otra, la nuestra.
El segundfo paso es quitando a los dioses que nos obstruyen el camino. Nuestra autentica evolución será más rápida y eficiente sin ellos. Las religiones han embrutecido mas que ninguna otra cosa el espíritu humano. Hay que asignarle a las religiones un valor social, sin culpas, dioses ni demonios y sin incluirlas en las decisiones. Dejarles espacio para actividades vinculadas con la sabiduría en el arte de vivir. Cocina, repostería, primeros auxilios, trámites ante las autoridades, técnicas de tratar a los bebés, cuentos infantiles, arte, exposiciones, cultura, talleres de pintura, música y pastelería... Hay una infinidad de tareas que podrían estar a cargo de las instituciones religiosas sin que sea necesario machacarle el coco a la gente.
Serían mucho más útiles que enseñar un Dios cruel, injusto, impotente y encima, que no existe.
Hay que cambiar de instintos y abandonar el incentivo del poder, una sociedad civilizada no necesita de gobernantes, sino de administradores. El dinero debe dejar de ser un factor de poder y servir para intercambiar productos. La calidad de vida es el objetivo prioritario de existir. Acumular riquezas queda en segundo plano.
¿Qué es el dinero? Solo vale por lo que representa. Sustituye a las lanzas, bombas y misiles.
El dinero de hoy está basado en la basura. No vale lo que debería valer. La mayoría de los productos que se fabrican hoy en día tienen un precio, pero ningún valor. Por eso el dinero recorre el mundo como un pirata buscando un bocado que rapiñar. A la larga o a la corta, los países volverán al patrón oro.
Tampoco hay que procrear a la bartola, solo porque a Dios se le ha ocurrido. La Tierra no es de Dios, es nuestra.
El objetivo de la vida no es el poder, la riqueza o la ostentación, sino la felicidad, la calidad de vida. Lo triste del exceso de población no es el hambre, sino la falta de educación. Es como ser un animal sin especie. El hambre es positiva, genera caridad y la caridad estimula la economía.
La historia ha sido rica en experiencias reales y se inventaron cosas muy importantes, como el fuego, la rueda, la penicilina y los misiles. Pero la espiritualidad humana, la clave de la civilización, no ha tenido grandes progresos. Quienes dijeron ocuparse del espíritu han fracasado, no lograron nada y, por el contrario, se envilecieron. Los científicos sin embargo, han alcanzado sus objetivos. Los hombres viven más tiempo. ¿Para aprender más cosas o para hacer más guerras? No tardaremos en ver ejércitos con soldados de 80 años plus...
La transgresión, inteligente y controlada, aparece como la mejor opción. Una tabacalera es una empresa caníbal, se alimenta de sangre humana. Un banco también, se nutre del esfuerzo humano. La mejor arma para enfrentar el canibalismo de los poderosos es el consumo inteligente. No nos dejemos devorar como gacelas de una manada.
La Matrix nos machaca día y noche. Decide que debemos consumir, a quien votar y en que estupidez pensar. Nos creemos libres, pero no lo somos. Realmente no podemos elegir nada, ni un presidente ni una hamburguesa. Solo podemos optar por una, alguna, todas o ninguna de las opciones propuestas. El acceso a la felicidad individual es cada vez más difícil. Hay que rendir examen constantemente... en una sociedad donde cada paso está custodiado.
Internet nos permite vislumbrar un futuro más promisorio. La historia cambiará en lo más profundo. Podremos hablar de AI o DI.(Antes o Después de...). Inicialmente los cambios afectaron al comercio y a las comunicaciones. Pronto vendrá lo bueno, la organización social humana dará una vuelta completa. La población será identificada digitalmente desde el nacimiento. No habrá partidos políticos ni representantes del pueblo. La gente gobierna directamente desde su casa votando leyes en cuestión de segundos. No es bruta, sabe hacerlo. Es su responsabilidad. No necesita representantes.
Esa historia de que el pueblo es ignorante es una engañifa de los políticos. La realidad es que ellos mismos nos han hecho ignorantes. Podemos cambiar. Cada ciudadano destinará un tiempo en su casa para gobernar el país, así como gobierna su hogar. Es lo mismo y más edificante que obnubilarse frente a un televisor. No habrá dinero expresado en papel moneda sino en valores digitales codificados. Lo guardaremos en nuestros ordenadores a salvo de robos. Los bancos serán intermediarios financieros entre países, pero no guardarán el dinero del pueblo. Los funcionarios que desempeñen las tareas públicas serán egresados de universidades específicas. La función pública tendrá un fuero jurídico ad hoc. Los países se organizarán como empresas. El pueblo, a modo de directorio, será la autoridad máxima acompañado de un consejo ejecutivo.
Para el que sea creyente, los dioses del mundo chatearán directamente con sus fieles sin intervención de ministros. El hombre y su dios, mano a mano.
Sin bancos, sin políticos y sin religiosos, ¿se imaginan cuanto bienestar nos espera?
Pero ante tan promisorio futuro debemos estar alerta. Hay otros salvadores al acecho. Son nuevos y muy peligrosos. ¿Qué se proponen empresas como Google, o Microsoft...? Han adquirido un enorme poder. Saben demasiado de nosotros. Prácticamente controlan la información del mundo. ¿Han instalado espías en los ordenadores? ¿Son el nuevo ángel de la guarda? ¿Cuáles son sus reales intenciones? ¿Serán miembros de La Matrix...? ¿Dictarán las conductas del futuro? ¿Saldremos de una para caer en otra?

XIII) El Dinero, Los Pobres

Una colonia de hormigas termitas inicia su día con actividades comunes al sostenimiento de la colonia. Unifican sus conductas y ninguna engaña a otra. Los humanos inician su día en busca de algún incauto para engañar e impedir que lo engañen a uno. El canibalismo existencial es exclusivo de nuestra especie.
Los perros guardianes del dinero se llaman bancos y, como buenos perros, no cuidan tu dinero, cuidan el de ellos. Guardan en sus cajas blindadas gotas de tu sangre.
Hasta ahí, tutto bene. Siempre es bueno tener unas gotas de sangre ahorradas. Los bancos te prestan a ti el dinero de otros y a otros el tuyo. Te ofrecen tarjetas de vistosos colores y te invitan a gastar. Te dan dinero..., pero devuelves sangre. Tú mismo lo has elegido para que guarden tu nómina. Te has entregado. Saben todo de tu economía y te prestan lo máximo que puedes pagar. Te has pasado una buena parte de tu vida pagando cuotas. Entonces, si vas a pedir un nuevo crédito, te atenderá un cortés jovencito recién salido de alguna universidad y te dirá que lo sienten mucho, pero tu edad es un impedimento para contraer deudas. Ya no eres productivo, no llegarás a la última cuota. No te dan nada..., pero se han quedado con tu sangre.
Ganan millones... que se reparten entre ellos. No comparten con sus ahorristas ni un céntimo de sus beneficios. Además los esquilman con comisiones de toda índole. Una entidad bancaria de España intentó cobrarme una comisión por recibir una suma de dinero. Abandonó el proyecto luego del escándalo que suscitó el intento. No es que crea que todo tiempo pasado fue mejor, pero recuerdo que hasta no hace mucho, la sola apertura de una cuenta era suficiente. No cobraran comisiones y te regalaban la libreta de cheques.
¿Qué es lo que cambió? Las excusas que sacan de la galera no son reales. Los depósitos han aumentado. La administración telemática ha disminuido los costes. Cuando les parece bien o hay crisis económicas se fusionan entre ellos, cierran oficinas duplicadas y despiden un montón de gente. Son la causa principal de las crisis financieras y económicas. ¿De qué se quejan?
Todas las leyes, normas o reglamentaciones que hacen al sistema financiero han sido sancionadas a favor de los bancos. ¿Cómo es eso?
Los bancos son parte de La Matrix junto con los gobiernos. Promueven leyes en su exclusivo beneficio. Los políticos, que deberían representar a la gente, los apoyan. Las ovejas solo dan lana, no tienen derechos.
El sistema bancario actual no es más que una forma de controlar la economía de la gente y, conservarles su nivel de sumisión y pobreza, para esquilmarlos hasta el último año de su vida. Cultivan a los clientes para ordeñarle sus esfuerzos, como si fueran animales de criadero. Las grandes crisis financieras son provocadas por los bancos o sus allegados. Mueven enormes cantidades de dinero por todo el mundo. En cada movida de dinero engrosan sus arcas.
La economía del capitalismo es igual que los juegos bancados. Reparten premios entre pocos para sean muchos los que apuestan. La banca siempre gana.
Debemos dictar leyes que regulen el mercado financiero de una manera equitativa. Leyes dictadas por gobiernos independientes, si es que queda alguno. En las oficinas a nivel de la calle te piden un montón de papeles para que puedas comprarte una vivienda, pero en las del último piso prestan el dinero de los clientes a empresas insolventes, pero asociadas con ellos, con solo un llamado telefónico. Son aves de presa que se juntan con otras aves de presa.
Que nadie se ilusione con que esto no sea así. Es preferible verlo ahora porque después será tarde. ¿Qué hacer…? No usar tarjetas de crédito o no usar financiación. Los intereses ocultos son usurarios No comprar en cuotas. Reclamar el sueldo o la nómina en efectivo y guardarlo en casa o en el que más beneficios nos retribuya (Pero no el priemr año, sino siempre). No declarar ingresos. No entrar en ningún círculo de deudores. No asumir deudas de consumo. Ellos suben o bajan los precios de los bienes según sus necesidades. Practica el engaño, tal como te engañan a ti. Usa tu dinero en beneficio propio. Elude los controles electrónicos. No pongas tus datos en Internet. Quedarás registrado como dador de sangre... y entonces comienza la extracción. En toda publicidad de los bancos, del gobierno o de cualquier empresa, se esconde un engaño. Si miras detrás de los avisos siempre encontrarás un vampiro escondido. Si pagan a sus directivos suculentos bonus es porque han ganado mucho dinero... con tu dinero.
Las crisis inmobiliarias es un clarísimo ejemplo. Los bancos sobrevalúan las propiedades en España o en cualquier otra parte. Te otorgan una hipoteca que cubre todo..., el coche nuevo, la pintura, el viaje de fin de curso de los niños, la boda de tu hija.... lo que se te ocurra. En fin, una hipoteca interesante. Crean una burbuja inmobiliaria. ¿Qué sucede luego?
Pues hombre, ¡La realidad! Al cabo de unos años explota la burbuja, el valor de tu casa baja a la mitad, pero el de la hipoteca no y ellos se quedan con tu casa. En pocos años empobrecen una enorme cantidad de gente. Sucede en todos los países. Si extendemos un mapamundi sobre la mesa, nosotros veremos naciones, pero ellos ven presas.
Las leyes favorecen a los mismos poderosos que las dictan. Eso de los derechos humanos es una veleta que se mueve a merced del viento.
Solo una democracia directa, sin representantes ni partidos políticos, lograría leyes equitativas. Los políticos son virus enquistados en nuestra sociedad. El pueblo no les interesa. Todos pretenden ordeñar a las mismas vacas.
La democracia directa es la única forma de suprimir la información privilegiada que engorda a los políticos y enflaquece al ciudadano honesto.
La economía de la Naturaleza está basada en el engaño. Es la única manera de sobrevivir. Nadie se deja comer. Tanto una planta carnívora como un pez, engañan a otro para devorarlo. A su vez los devorables procuran engañar a los devoradores mientras engañan a sus propias víctimas. En ese eterno juego de verdad y mentira se desenvuelve la economía de la Naturaleza. Los recursos más inverosímiles e ingeniosos son desplegados para sobrevivir. Las criaturas salvajes no parecen tan irracionales, después de todo.
Los humanos pertenecen a la misma Naturaleza y participan del juego. Bancos, corporaciones, empresas, religiones..., nadie es ajeno. Todos engañan u ocultan sus intenciones. Claro, que en el caso del hombre, tal como corresponde a quien ocupa el primer lugar de la escala biológica, las cosas son más civilizadas. Se usa la publicidad inserta en los medios masivos de comunicación. Los gobiernos engañan a sus gobernados y las naciones a otras naciones.
Engaña el rico y su riqueza, que más cuidados le ofrece; engaña el pobre que padece su miseria y su pobreza; engaña el que a medrar empieza, engaña el que afana y pretende, engaña el que agravia y ofende. En el mundo, en conclusión, todos engañan lo que son, aunque ninguno lo entiende. Este párrafo también es un engaño, lo escribió otro
En la intimidad sexual desaparece el engaño. Es un instante nomás, un acto auténtico, en que el propio cuerpo es ofrecido como alimento. Los amantes se lamen, mastican y devoran mutuamente; hay sed de sangre. En el frenesí de la pasión sexual surge un descontrolado vampirismo mutuo. Es como ir a misa. Suceden las mismas cosas..., pero es más lindo.
El engaño está presente en todos los aspectos de nuestra vida y no solo en la publicidad. En los contratos, transacciones, compras, ventas, promesas... La economía humana está basada en engañar al otro. Hasta los países requieren ejércitos de abogados para engañar y evitar ser engañados.
El Derecho es justamente la habilidad de engañar impunemente. Es lo que estudian los abogados. La Justicia no es más que una forma de administrar el engaño. El gobierno cimenta su fuerza en el engaño al público. El poder religioso también.
Dioses, santos, vírgenes, juicios, castigos, La Matrix. ¿No es todo un fenomenal engaño...? Si nos saliéramos de la Naturaleza probablemente cambiaría esto.
El engaño, la trampa, el ardid, la artimaña, o como quiera que se llame, es uno de los pilares del sistema capitalista humano.
El otro son los pobres. El verdadero motor de la economía, el nutriente básico de todos los demás. Los ricos no existirían de no ser por la cantidad de pobres que hay. Justamente, el exceso de riqueza que observamos en algunos ricos, es lo que les falta a los que viven en exceso de pobreza. El propio indigente vive de otro más indigente. Con solo dejar el exceso de riqueza en circulación, se evitaría el exceso de pobreza. Ese espacio vacío es el que cubre la caridad.
A nadie le interesa la vida de los pobres. La caridad es una falsedad del capitalismo para mover la economía.
Si la caridad, después de tantos siglos de limosnas, tuviera el sentido que se pretende, ya no tendría que quedar ningún pobre.
Lo realmente importante es que su cantidad no disminuya. La caridad es falsa e ilusoria, solo engendra más pobreza. Eso significa dar limosna. El pobre no trabaja pero consume. Se cultiva a los pobres, como el trigo o el maíz, para cosechar los frutos. La caridad, esa miserable dádiva, pone en marcha la economía mundial.
Los países ricos también necesitan de los países pobres para enriquecerse. En el sistema del capitalismo de la Naturaleza, nadie gana nada si otro no pierde.
Los pobres son carne de cañón. Construyeron las pirámides y murieron en las cruzadas. Los ejércitos transitan sobre sus cadáveres. Nuestros caminos están pavimentados de pobres. Son mucha cantidad y mueven el mundo. Un pobre ha sobrevivido sobre otro que se está muriendo... y otro sobrevivirá sobre él. Esa es la realidad.
Es inevitable una mutación de la raza humana. Cuando no haya motivos para crucificar a alguien. Cuando se agoten las banderas de revoluciones ilusorias. Cuando nadie crea en héroes míticos que mueren por nada. Cuando se agoten los recursos mágicos. Entonces la raza humana mutará en dos ramas y será legalizada una situación de siglos. Por un lado, una raza de mutantes serán los destinados a sostener la economía consumiendo, gracias a la caridad, un mendrugo de pan por día. Máquinas vivientes. Serán muy baratos. No tendrán acceso a la salud ni a la educación, al igual que ahora. Esta mutación será inevitable. No es posible ver la realidad tal cual. Es preferible una mutación para que todo siga igual y podamos designarlos con una palabra nueva y no repetir la de siempre.
Puede ser un sueño pensar que no son necesarios ni los pobres ni los ricos. Por ahora nadie lo va a creer. Antiguamente el poder económico de un rico se medía por la cantidad de esclavos que poseía. Hoy vale a razón de cuantos pobres equivalen a sus ingresos extras, los que sobran, los que no necesita, igual será rico sin ellos.
La realidad de la caridad no es evitar la pobreza, sino todo lo contrario. La esclavitud sigue vigente.
La riqueza excesiva es lo que pierden quienes están en la pobreza excesiva. Los ricos no la necesitan, seguirán siendo ricos, pero los pobres dejarán de ser pobres definitivamente. Ese exceso de pobreza les pertenece. Lo han producido después de todo. Bastáría para ir a la escuela... ¿A quién le interesa que un pobre vaya a la escuela? Es subversivo.
Esta inmensa masa humana, que sobrevive a través de los siglos en todos los países y bajo todas las religiones, es la que sostiene el estilo de vida del resto. Con leyes o sin leyes siguen siendo esclavos. Son los que nacen de más (Nietzsche). Los protegidos por las leyes antiaborto. Los primeros en morir en cualquier circunstancia. Los hijos de Dios. Y así debe ser. Son lo más parecido a su imagen semejanza.
Nunca nos hemos preguntado que es el dinero. Sabemos para qué sirve pero no sabemos que es en sí mismo. Es la unidad de medida de la sangre humana. Mide la cantidad necesaria de sangre para producir una unidad de riqueza. A mayor esfuerzo de unos, más dinero para otros. Los bancos y sus tarjetas de crédito absorben mucha sangre humana. Gracias a sus inge-niosas tarjetas de crédito, un individuo vive permanentemente endeudado. Dijeron que era por seguridad. Sí, claro, por seguridad de ellos. En su momento fue un avance, ahora se ha envilecido y es una forma de opresión. El dinero que no existe y que no existirá nunca, porque siempre es imaginario, termina provocando las grandes crisis de la economía. ¿Cómo se resuelven? Endeudando más aún a la población, aumentando impuestos y gastos imprescindibles. Los que menos tienen son los que más pagan.
Un imaginario observador extraterrestres notaría que la sociedad humana se divide en castas irreconciliables. No son castas sociales, sino económicas. Una enorme masa de dinero está en poder de una minoría. Son los que constituyen La Matrix. Controlan el mundo. Parece que hay sobrantes, pero está todo estudiado. Una ínfima parte se destina a ilusionar a los que llamamos clase media. Los emprendedores obtienen beneficios. A veces importantes. Se festeja la libertad del capitalismo. Pero las apariencias engañan. Los emprendedores también son explotados.
Para hacer dinero de verdad lo mejor es prestar servicios a La Matrix. Son muy bien remunerados. Hay que introducirse entre los estratos del poder político y religioso. Así y todo, no es fácil. La zona es peligrosa. Los mercenarios están controlados. Alguien dicta las órdenes. La gran masa de dinero que controla el mundo sigue en manos de unos pocos. Esto es un fenomenal engaño... ¿O no?
En los mercados internacionales de dinero se mueven grandes sumas que tampoco existen. Un especulador puede tambalear la economía de una nación sin mover un centavo de lugar, incluso sin tenerlo siquiera. Esto es el capitalismo. Así son las disposiciones que ellos mismos promueven.
La avasallante presencia de Internet en la sociedad humana modificará muchas cosas. Solo estamos en el comienzo. Los primeros cambios afectan al comercio y la tecnología. Es mucho más lo que se viene. Internet no se puede controlar. Aunque los gobiernos lo intenten y amenacen con cierres y bloqueos, en realidad, es imposible de controlar. Los sistemas operativos incluyen cada vez más controles, pero serán sustituidos por otros más liberales.
Políticos, dioses y bancos desaparecerán en un futuro no muy lejano. El dinero, expresado en billetes, no es necesario. Será un valor digital. Probablemente se volverá al patrón del oro u otro similar. Un valor real. Actualmente, los billetes, ocultos en las cajas fuertes de los bancos, son reemplazados por promesas de pago, créditos, compras de pago diferido y un montón de operaciones financieras que se hacen sin que los billetes se muevan de donde están. Así comienzan las crisis financieras, por el dinero que no existe. Cuando llega el momento de mover los billetes descubren que no están los que deberían estar o hay más de los que debería haber. El dinero futuro será un valor digital codificado. No se puede emitir moneda imaginaria. Cada uno lo guarda en su ordenador. Las transacciones deben ser al contado, no faltaría ni sobraría nada.
Así se terminan las crisis financieras, que en realidad tampoco son crisis en el sentido real de la palabra , sino especulaciones provocadas por inescrupulosos y codiciosos banqueros... o sus allegados. Si reemplazamos el dinero por valores alfanuméricos de existencia virtual tendría otro nombre, pero sería el mismo dinero. No harían falta los bancos para atesorarlos porque no hay nada que guardar. Los valores virtuales representarán poder de intercambio. Cualquier ciudadano los recibe y guarda en su ordenador, a salvo de robos o banqueros. Paga sus deudas con los mismos valores.
Veamos el ciclo del dinero. Una gran cantidad de gente concurre día a día a distintas empresas y con su esfuerzo genera riqueza. Al final del mes, las empresas lo retribuyen pagándoles un sueldo o una nómina. Estos pagos van directamente a los bancos. Dicen que es por seguridad del asalariado, pero es por la de ellos mismos. Los asalariados han generado el dinero, son sus propietarios legales..., pero no lo poseen. Se lo han dejado quitar gracias a las normativas dictadas por los propios poderes financieros. Al día siguiente de acreditado el pago, a veces el mismo día y hora, el banco recauda sus créditos por hipotecas, cuotas o tarjetas. Unos días después se pagan otras obligaciones por servicios de agua, luz o teléfono, luego los gastos domiciliados por compras u otros compromisos. A la semana queda la mitad o menos de la nómina. Luego vienen los gastos por alimentación, transporte, escuela de los chicos, vestimenta o esparcimiento. Antes de cobrar la próxima nómina el asalariado ya ha gastado la actual y se ha endeudado a cuenta. La mayor parte regresó velozmente a las empresas antes de los primeros diez días. El banco fue el primero en cobrar . El resto lo hará más lentamente. Esto es un ciclo pero también es una trampa. El dinero regresa al sitio de donde salió y su verdadero dueño ni lo ve pasar. Así son las modernas técnicas de esclavitud.
Recuerda las épocas en que los trabajadores recibían vales por su trabajo para ser canjeados en los almacenes del patrón.
Cada treinta días una gran cantidad de dinero sale de los bancos y va a la gente. No demora en retornar a los bancos. Lo poco que algunos pueden ahorrar queda también en los bancos. Mucho mas de la mitad de la nómina regresa a las empresas (los almacenes del patrón) antes de una semana. A los treinta días el ciclo se repite. En cada ciclo muchos pierden y unos pocos se enriquecen.
Los gobiernos con sus impuestos, los ayuntamientos con sus contribuciones, las empresas con sus productos o servicios, los eclesiásticos con sus donaciones y los bancos con sus exacciones, todos, absolutamente todos, esquilan varias veces a las mismas ovejas.
Acerca de la economía hemos escrito muchos libros, desarrollado teorías de todos los matices y creado carreras universitarias, pero el engaño sigue siendo la base oculta del sistema. No es posible obtener un beneficio sin engañar a otro... La justicia social consiste en reunir grupos de gente y engañarlos en conjunto. Suena cínico, pero es la realidad. En los tratados de economía se habla de los beneficios que recibe el consumidor.
En realidad el consumidor vive engañado. Se lo mantiene endeudado mientras dura su capacidad de pago. Luego es considerado fuera del sistema. Recibe la jubilación para continuar consumiendo. Es otra forma de caridad viciosa. Un beneficio social percibido mes a mes..., que lo devuelven en el mismo mes bajo diferentes formas de consumo. El jubilado es un prisionero de las modernas cárceles Socio Económicas. Pero, de momento no hay nada mejor en su reemplazo.
En la sociedad humana la vida trascurre como en cualquier selva. Las fieras depredadoras están al acecho de los incautos que pasan por sus puertas para mostrarles vistosas tarjetas de crédito. Un cebo de agradables colores. Las puertas se abren como las hojas de una planta carnívora. El incauto confía. Estará endeudado el resto de sus días.
Un avispado pez exhibe alguna manera de atraer incautos a su cueva, para luego mostrarles la realidad del almuerzo. Nadie caza a otro de frente. Hasta el rey de la selva debe ocultarse en contra del viento para engañar a su presa. Detrás de una atractiva publicidad se oculta la codicia de las empresas, listas para capturar incautos.
La actitud embustera y prepotente de las corporaciones han modificado y envilecido el altruismo humano. Nos hemos vuelto desconfiados, descorteses, agresivos y mercenarios de nosotros mismos. El solo hecho de llamar por teléfono o ir en persona a cualquiera de las corporaciones de servicios al público, ya nos despierta el estado de alerta máximo. No falta mucho para que los abogados y notarios tengan un nuevo trabajo: acompañantes de usuarios de empresas caníbales. No contemos con policías o guardias de seguridad. Están a su servicio.
Los costes de las materias primas no difieren mucho en todo el mundo. Lo que cambia el precio de los bienes es el valor de lo que llaman mano de obra. O sea, el coste de la sangre humana necesaria para elaborarlos. Cuanto más pobre es un país más barato es el precio de la mano de obra. Los bienes se pagan en divisas y la sangre en la moneda local. Muchas corporaciones llevan sus fábricas donde el costo del trabajo humano es mínimo. Hay además una importante ventaja. En caso de ocurrir algún accidente grave, los que se mueren son los otros y las indemnizaciones son nimias. Hay varios ejemplos. (En la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984, 40 toneladas de metil-isocianato y otros gases letales fueron liberados al ambiente en una fábrica de pesticidas de la empresa Union Carbide en Bhopal, India. Este accidente es el peor desastre químico de la historia del mundo. Entre 3.500 y 7.500 personas murieron por la exposición directa al gas. La cantidad exacta de víctimas se desconoce. Sin embargo, la noche del desastre sólo significó el comienzo de una tragedia que aún hoy continúa. Union Carbide, la empresa que poseía la planta de pesticidas en el momento del escape, abandonó al poco tiempo las instalaciones dejando una gran cantidad de peligrosos venenos en el sitio; los habitantes de Bhopal se quedaron así con sus fuentes de agua contaminadas y un legado tóxico que hasta el día de hoy persiste).
Lo que uno gana es porque que otro lo pierde. El que come y el que mira. Nadie recibe el total de su esfuerzo, una parte es el beneficio de otro. Si no hubiese pobres no habría ricos, ni casi ricos, ni acomodados, ni pudientes. Son tan necesarios que han persistido durante siglos. Dios no interviene, también los necesita, son los que creen en él.
Cuando el ser humano abandone la Naturaleza y deje de ser especie para constituirse en una sociedad de individuos, entonces no será necesario engañar a nadie. La pícara Naturaleza es quien ha creado este ingenioso sistema de desequilibrios..., para conseguir su famoso equilibrio. Acumular recursos para unos en desmedro de otros no está mal, es una maravillosa forma de armonía, al final unos son ricos, otros pobres y otros desaparecen. El hombre adoptó el mismo capitalismo. Ahora es una forma de opresión.
Las masas de dinero que se mueven por el mundo son como una inmensa manga de langostas que oscurece la luz del sol. Impide a los países ver la realidad. La langosta se posa en sus campos. Cuando ha devorado una buena parte de su riqueza, entonces levanta vuelo. Dejan todo arrasado. El dinero, tal cual los piratas de antaño, se refugia en algunas islas del Caribe. Es el único dios con fieles devotos en todo el mundo. Y hace milagros.
Los países preferidos son aquellos que poseen materias primas, bosques, uranio, diamantes, cobre u otros. Reciben préstamos de los grandes centros financieros. Están endeudados permanentemente como el más humilde ciudadano. Otra forma de canibalismo.
El empleado es quien paga más impuestos. Está atrapado por todos lados. El gobierno parece que lo defiende, pero en realidad lo tiene registrado. No se escapa ninguno. Todos esquilan las mismas ovejas.
Después de todo un empleo se genera por afán de lucro del empleador. Si contrata a una persona es para obtener de su trabajo un beneficio igual o mayor que el costo de contratarlo. Nadie lo hace con fines sociales. Los gobiernos parece que sí, pero en realidad muchos puestos públicos son retribuciones de La Matrix por los servicios de sus adeptos. Así funciona el complejo entramado del poder humano.
Las empresas, cuanto más grandes, menos impuestos pagan. Son intocables. Amenazan a los gobiernos con cerrar sus puertas, irse a otro país y dejar una cantidad de gente en la calle. No falta mucho para que sea al revés. Los gobiernos los amenazarán con dejarles el país a su cargo. Prácticamente ya no hay naciones independientes y soberanas. Todas son sucursales.
La verdad será usada siempre en tu contra. Guarda tu dinero, transgrede y rapiña hasta donde puedas. Haz todas las trampas posibles sin quebrantar las leyes. Permanece oculto en el sistema electrónico porque serás obligado a consumir. Lo menos que puedes hacer con tu dinero es gastarlo como se te dé la gana. Recuerda que recibes dinero, pero devuelves sangre.
Eres ejecutivo de una importante empresa. Tienes ínfulas. Te dan una lujosa oficina, una hermosa secretaria y un jugoso sueldo. El trabajo que debes hacer es construir pirámides. Cuando hayas aportado abundante sangre, recibirás una elegante patada en el culo y serás reemplazado por alguien más joven y barato. Te despedirán sin fijarse cuanta lealtad aportaste ni cuanto depende tu familia de ti. Tu sangre queda en la empresa. No te la devuelven. Ellos se abastecen a bajo costo.
Ocúltate en la maraña electrónica. No te muestres. Si no existes no te engañan. El exceso de honestidad es tan pernicioso como su ausencia.
En la actualidad, las crisis económicas bien pueden ser ataques a la economía de países indefensos por parte de otros, cuyas intenciones belicistas son bien conocidas, para empobrecer a sus imagianrios enemigos. Son ciclos demasiado obvios para que sean casuales. A algún lado va a parar el dinero que le falta a la gente.
Países que han usado armas atómicas, devastado selvas y matando científicos nucleres junto a sus belicosos aliados... ¿creéis que vacilarían en provocar crisis económicas para seguir fabricando armamentos mientras los demás no pueden hacerlo por la crisis...? .

XIV) Las Soluciones

No basta quejarse de todo. Hay que aportar soluciones.
Desertemos de la Naturaleza Clásica y diseñemos una exclusivamente humana. La tecnología nos ayuda. Podemos dividir el mundo en dos naturalezas separadas. Una estará ocupada por... la Tierra y la otra por los terrícolas. Es lo que ha recorrido el Homo Sapiens.
Desertar también del reino animal. Donde hay dos criaturas juntas en estado vivo, se genera un conflicto de poder. Una debe dominar a la otra. Es el leit-motiv de existir. La conducta fundamental. Dominar es sobrevivir. Claro, son animales de la Naturaleza, nosotros no.
El poder y el dinero son anhelos naturales, pero es mejor abandonarlos. No es necesario dominar a nadie para llegar a viejo. La tecnología ha avanzado más de la cuenta. La supervivencia humana está resuelta. Dejemos de lado La Matrix y vivamos en la realidad. La felicidad es nuestro objetivo. No seamos demasiados. No somos animales. En todos los momentos de la historia siempre hubo gente de más y terminamos arrancándonos los ojos.
Compartir la Tierra...¡Pero sin saturarla!
Abandonar la democracia representativa, los políticos y los partidos. Solo han servido para generar corrupción. Han creado una casta de influyentes amigotes de empresa, gestores, intermediarios, vagos y corruptos.
Crear la carrera de Funcionario del Estado a nivel universitario. Ocuparán cargos directivos en los organismos de estado. El pueblo vota las órdenes por Internet. Los desaciertos iniciales se irán corrigiendo en la medida que se adquiera madurez cívica. Ignorar a quienes vengan a cuidarnos. En ningún caso habrá una transición violenta ni una generación perdida.
Los funcionarios y las relaciones de los ciudadanos con el Estado, tendrán un fuero jurídico propio. El mismo pueblo que vota..., destituye a quien no cumple sus funciones. El delito de corrupción administrativa no será necesario probarlo , bastará que la asamblea del pueblo expulse al culpable para que sea juzgado.
En la medida que desaparezca la información privilegiada la corrupción será casi nula. Toda la información estará en la red a la vista de los ciudadanos. El gobierno estará formado como una empresa, un Directorio... y todos los habitantes del país en uso de razón. Se reúne diariamente y vota las leyes. Un Cuerpo Ejecutivo..., los Funcionarios Administrativos encargados de poner en práctica las leyes... y los tribunales de justicia. Será suficiente.
En semejante sociedad no harán falta servicios de inteligencia, espionaje o ejércitos.
La educación es fundamental. El objetivo del hombre sobre la Tierra no será el dinero ni el poder, sino la felicidad. Las religiones no tendrán nada que ver con el gobierno de un país. Serán grupos de actividades sociales o litúrgicas sin presencia en el gobierno. La práctica de la religión se asimila con la de cualquier deporte o actividad recreativa. Dios pasa a ser un ídolo de quien quiera seguirlo, como cualquier celebritiy.
Para amarnos de verdad entre nosotros debemos desandar el camino de razas, pieles, culturas y religiones, hasta encontrar el punto en que comenzamos a odiarnos por esas tonterías. Entonces retomaremos de nuevo el camino. Juntos, pero menos. Piadosos, pero ateos...
Las grandes corporaciones demostraron ser irresponsables en cuidar el planeta. Han hecho mucho daño a la raza humana. La Revolución Industrial ha fracasado también por causa de ellas. Hay fábricas en todo el mundo que producen constantemente cosas inservibles. La oferta supera a la demanda y la basura aumenta. Los precios no pueden bajar eternamente y se llega a una crisis económica. Estamos en un círculo vicioso que se retroalimenta y genera cada vez más basura. ¿Quién paga las consecuencias? El pueblo. Las empresas no tienen otros objetivos que la ecuación: dinero = poder = más dinero ¿Cómo quitarles el poder? Con el consumo inteligente. No hace falta mostrarse en público ni alterar el orden, basta comprar lo indispensa-ble y buscar productores artesanales... todo en absoluto silencio.
Tengamos en cuenta que cuando las papas realmente quemen en la Tierra, los poderosos ya tendrán sus vehículos preparados para irse a Marte. Como son previsores, todo estará listo para recibirlos gracias al denodado esfuerzo de los astronautas, que habrán dejado su sangre en la rojiza tierra marciana. Una atmósfera nueva, libre de polución, creada a partir del abundante hielo marciano albergará hermosas mansiones y pintorescas mini ciudades. El agua marciana será fresca, pura y cristalina. Se divertirán recorriendo Marte de cabo a rabo. Desde allí contemplarán nuestra agonía rodeados de la basura que nos han dejado.
Las grandes masas de dinero que circulan por el mundo están basadas en su mayor parte en bienes que no valen nada, pero tienen precio. El dinero generado a partir de la basura lo sabe. Entonces recorre el planeta pirateando donde puede.
Crear el dinero digital supondrá el certificado de defunción de los bancos y los misteriosos mercados, que todo el mundo menciona y nadie sabe quiénes son. La economía volverá al patrón oro . La normativa financiera ha sido diseñada y aprobada por los propios financistas para su exclusivo beneficio. Han creado el crédito y el dinero que no existe. Parece cosa de avanzada pero es todo lo contrario, solo a ellos beneficia. Es su arma más temible y causa de las crisis financieras..., las que termina pagando el pueblo. ¿Para qué necesitan tanto dinero? Para fabricar armamentos... ¿Creéis que lo van a destinar a escuelas u hospitales...? Claro, son animales. Si dejaran de serlo probablemente las guerras serían mínimas o con alguna civilización que quiera apoderarse de la Tierra. Seríamos algo así como ovejas independientes que no volverán a escuchar el ladrido de un perro.
Las modas son artilugios para crear consumo. Eso lo sabemos pero nos gusta. No hace falta seguir a rajatablas sus dictados. Tengamos nuestra propia moda y calidad de vida. No hay que preocuparse por los medios de comunicación. Perecerán junto con La Matrix.
Los ricos no hacen daño. Lo pernicioso es el exceso, como todas las cosas. Para lograr un equilibrio en la distribución de la riqueza, hay que dejar de hacer caridad, que solo crea consumidores forzosos. Más importante es educar a los pobres a terminar con ellos mismos Nunca lo hicimos. Elegimos darle limosnas.
Tenemos una hermosa casa con selvas y mascotas de toda clase. Es grande, podemos compartirla y amarnos los unos a los otros... si los otros no son demasiados.

aqui se terminó todo

2 comentarios:

UMXlunes, agosto 06, 2012
Esto que he leído en el blog no me parece nuevo... me recuerda que alguien hace más de 2012 AÑOS ya dijo.... "amaos los unos a los otros como yo os he amado" seguramente desapareció del texto sagrado algo que es obvio... "si los otros no son demasiados.... podréis vivir en paz".
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Anónimomartes, enero 22, 2013
SI HITLER HUBIESE TRIUNFADO ( FUE ENGAÑADO POR JUDIOS INFILTRADOS EN LAS SS Y TERGIVERSADO POR JUDIOS SIONISTAS DUE;OS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACI'ON.) SERIAMOS OVEJAS SIN PASTORES, Y POR LO TANTO NO OIRIAMOS LOS LADRIDOS DE NINGUNA CLASE DE PERRO.

HEIL HITLER.!!!!!

HEIL HITLER.!!!!!

HEIL HITLER.!!!!!

14/18/88

PD> TENGO GENES JUDIOS, DE HECHO, A VECES ME DAN GANASA DE VOLARME LA CABEZA CON UNA LUGGER DE 1933.
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