Guillermo Presti nació en Buenos Aires a muy temprana edad. No es conocido en los medios literarios, pero sí en las comisarías y juzgados civiles, penales y comerciales de Argentina. Pocos artículos del Código Penal se ha salteado. Ha intentado, inútilmente, implantar el reinado del bien en la Tierra. No se amedranta ante bancos o multinacionales. Educado en colegios católicos, es considerado un apóstata, un hereje recalcitrante. Ocupa el primer puesto para ser arrojado a la hoguera en caso de que reverdezca la añorada Inquisición. Habitante del Universo, tiene residencia temporal en la Tierra. Se burla de las cosas importantes y orina en mitad de la vereda. Es probable que algunas de sus opiniones provoquen una expresión de perplejidad intelectual. Guillermo Presti es un antipático y eso responde a todas las preguntas. Las mujeres, no obstante, lo aman, aunque no lo soportan por mucho tiempo. Ha pasado por todos los estados civiles. Los leones también lo aman, han convivido juntos en pleno centro de Buenos Aires. Pero ahora, todo sucede en Barcelona.
Faltaba un detalle. Solo está inscripto en el Registro Civil, y porque lo hicieron sus padres. Es el único ausente de toda red social de la actualidad.
Otro detalle que lo define como un auténtico animal de galaxia es que su teléfono móvil solo sirve para hablar por teléfono.
Que todo lo dicho, incluso la foto, sea cierto o no, carece de importancia. Pero, considerando que nada realmente está donde debería estar, puede aceptarse como casi válida o casi falsa. No es al autor a quien deben amar, sino a sus obras.
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Vaya... si no fuese mi padre, y que lo conozco tanto como él me conoce a mi, diría que todo es mentira :-)
ResponderEliminarPero como bien dice don Guillermo, no importa el autor sino sus obras, y son las obras que hacen al autor, así que juzguen vosotros mismos. Aunque si me permiten, si una hija cuenta como obra, podría asegurar que el autor es excelente.
Buenas noches
Bárbara Presti